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- 28/05/2022 00:00
Protagonismo histórico de la FEP
Del 24 al 27 de mayo de 1972, la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP), que agrupaba tanto a los estudiantes universitarios como a los de segunda enseñanza, celebró su VIII Congreso dentro de la apertura democrática de 1970. La FEP que sobresalió como una fuerza decisiva en el acontecer nacional, tuvo como misión en aquel momento la de elevar a un nivel correspondiente su accionar combativo y unitario.
El VIII Congreso era el resultado del proceso de reorganización de las bases estudiantiles, logrado por los líderes y militantes de antes del golpe militar de octubre de 1968 y por los nuevos cuadros surgidos de estas tareas. Delegaciones internacionales de jóvenes y estudiantes estuvieron presente: UIE, OCLAE, FMJD, FEUCA y organizaciones estudiantiles de la región.
Las condiciones creadas tras el fallido golpe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de 1969, propiciaron un giro en la política oficial. El general Omar Torrijos, a inicios de 1970, toma la iniciativa de reunirse con los líderes de la Asociación Federada del Instituto Nacional y de la FEP. No fue armónico el primer contacto entre el jefe militar y los estudiantes, comprensible cuando lo característico del diálogo con los militares tradicionalmente fue la represión y los carcelazos. La militancia estudiantil reclamó libertades para la actividad de la Federación de Estudiantes, de las organizaciones populares, el cese de la represión, la libertad inmediata de los dirigentes y militantes populares, el retorno de los exiliados, para hacer posible lo que Torrijos aspiraba respecto al rescate de nuestra soberanía y las transformaciones sociales.
Las demandas hechas a Torrijos, contribuyeron a la apertura democrática, lo que favoreció en la nueva etapa, las luchas de las fuerzas progresistas que actuaron por la profundización y radicalización del proceso político hacia posiciones patrióticas y de cambio. Las fuerzas progresistas se propusieron una definición que correspondiera en su plenitud a los intereses de los sectores populares y continuaron consecuentemente la tradición combativa del pueblo panameño.
La FEP, desde su nacimiento, luchó por la democratización de la enseñanza, por el acceso de los sectores populares a la educación, reivindicó y defendió la autonomía universitaria y se vinculó entrañablemente con el movimiento popular en su confrontación con el poder oligárquico imperialista. Sus enemigos intentaron doblegarla y destruir su dirección revolucionaria, para lo que llegaron hasta al asesinato de jóvenes cómo Juan Antonio Navas y de muchos otros. La movilización popular y la FEP, impidieron la aprobación de los entreguistas tratados del canal de 1967.
Esta organización estudiantil enfrentó al principio el golpe militar, a los núcleos derechistas y anticomunistas que ejecutaron las primeras acciones represivas. La oposición al golpe no fue porque viera lesionadas las formas democráticas del Estado, pues “esa democracia era para una minoría oligárquica, contra la inmensa mayoría del pueblo” (Declaración del Encuentro Provincial de Panamá, agosto de 1971).
En un hecho inédito, la institución armada que sirvió a los intereses de la oligarquía y de los Estados Unidos, ahora se convertía en protagonista de un proceso de ruptura con las formas tradicionales de gobierno y de liquidación de las viejas estructuras causantes del atraso y la dependencia compartiendo las banderas de la FEP.
La FEP reorganizada hace cincuenta años asumía las nuevas tareas, la defensa de los derechos de los estudiantes y por la reforma y democratización de la enseñanza. Respecto a la compleja situación política de alianza con las nuevas fuerzas que surgieron en el proceso político, enfrentaría el reto de la preservación e independencia de la FEP dentro de un proceso de liberación nacional.