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- 26/03/2022 00:00
Producto interno bruto (PIB) y nuestro sector primario
Si bien es cierto, el virtuoso y racional privilegiado de la naturaleza, el hombre, se ha tornado fuera de contexto, ignorando lo aprendido y sus experiencias, dejando de lado la buena fortuna del terreno ganado, con pena, debemos asumir la involución en nuestras acciones, alejándonos del destino con definición y metas para lograr un mundo mejor.
En Panamá no ha sido la excepción, hemos perdido la visión y misión de país aplicado a nuestro esencial sector primario, me refiero a que quizás en algunos casos puntuales en el planeta podrán darse el lujo de someter a un deprimido tercer lugar o prescindir del sector primario (agricultura, ganadería, avicultura, pesca, minería y sostenimiento agroforestal), en una economía de mercado con las características de un pequeño país como el nuestro, dejarlo a la deriva y de tumbos en tumbos va contra el natural establecimiento e inició de la nación, pareciera que solo la minería, a pesar de sus grandes riesgos y afectaciones mayores, es la estrella que merece la creación de herramientas y facilidades para un desarrollo expedito.
Lo que sí debe incentivar el Gobierno son herramientas que permitan el crecimiento industrial con el aprovechamiento y reorganización de la producción del sector que citamos, no parece acertada la publicidd política y los apoyos superficiales al agro y que efectivamente no se han logrado soluciones suficientes para el crecimiento y estabilización del mismo, no se trata de comprarles un porcentaje de la producción (IMA) y subsidios confusos con visos politiqueros, se trata de administración pública aplicada para garantizarles pautas de desarrollo y crecimiento.
¿Por qué nos expresamos de esta manera?, porque la realidad es dura y cruel, los más necesitados dentro del sector no reciben siquiera el mínimo apoyo que con urgencia notoria requieren y ¿quiénes son y cuántos suman?, son más de 70 000 pequeños productores agrícolas y otros que suman unos 25 000 como subsectores primarios, que, en su incipiente derrama de beneficios por sus durísimos esfuerzos, apenas logran una derrama con beneficios para un promedio de 5 miembros por familia y 3 colaboradores adicionales, eso refleja alrededor de 760 000 habitantes que representan el 17.3 % de nuestra población total, con generación de ingresos que no superan los B/.10.00 diarios/persona sostenido y constante.
Habidas cuentas, nuestro sector primario hoy día oscila alrededor de tan solo un 4.5 % del PIB, el sector secundario oscila alrededor del 17 % del PIB y el sector terciario oscila alrededor de un 78.5 % (podemos considerarlo de la ciudad y alrededores). Observemos las contradicciones, en situaciones críticas como las actuales, la supresión obligada y con graves consecuencias del sector terciario doblegan drásticamente nuestra economía por la falta de previsión y planes de Gobierno a mediano y largo plazo.
¿Hacia dónde se enfocan las preocupaciones? Hacia el sector primario, deprimido por falta de visión macroeconómica y sensibilidad social. Ahora bien, de costado también nos damos cuenta tarde de que el sector secundario (Industrial) contribuiría más eficientemente a liberarnos del “cuco” de la exportación e importación, enmarcadas en los tratados binacionales, como el de “David contra Goliat”, ya hubiésemos aliviado la tensión que causan las importaciones de los ahora indispensables productos alimenticios procesados extranjeros y la deficiente capacidad de exportación que nos explota en la cara ahora, afectando nuestra producción nacional.
¡Cuánta desidia y desaprovechamiento de un país con más de 35 % de tierras aptas para el robustecimiento de la economía y soluciones de empleo localizadas dentro de las mismas áreas! Es inaudito tener que recalcar que disponemos de más de 500 ríos y afluentes, que indudablemente ofrecen aportes de millones de m³ de agua limpia y nos preocupamos más por construir hidroeléctricas que reducen los beneficios de los ríos a su mínima expresión, es suficiente ya la explotación de esta línea de negocios cuando tenemos otras posibilidades de producción de energía limpia.
Ya se hace necesaria la convocatoria de los interesados en el futuro promisorio que nos merecemos, porque las convocatorias gubernamentales están plagadas de intereses creados y contaminación de política enrarecida. Ya llegó el momento de una cruzada de altura sin palos, sin piedras y machetes, aportaciones claras y concisas, procurando no reñir contra la Constitución de la República. No podemos permanecer de brazos cruzados, es la invitación a que grupos anarquistas y dictatoriales lleguen al poder y acaben con lo poco que nos queda.
Panamá tiene la oportunidad de hacer crecer con adecuadas políticas públicas el sector primario, hay que volar sobre la geografía nacional sin agendas políticas y/o simples intenciones de consecución de adeptos, tenemos que sobrevolar la geografía nacional y aterrizar sobre el escenario y adentrarse al encuentro de la miseria humana de nuestros vulnerables y desposeídos, derrotar esa condición que opaca el progreso de nuestra nación.
Nos recostamos diariamente, al descansar la cabeza sobre la almohada, pensando, preocupados, qué podremos hacer para que, a quienes les dimos la confianza de guiar nuestro destino, despierten pensando que los que le entregamos esa responsabilidad no merecemos más infortunios.