• 12/05/2024 00:00

Principales desafíos para nuestro nuevo alcalde capitalino

[...] los capitalinos deseamos llevar una vida urbana próspera y justa [...]

El domingo pasado, en nuestras elecciones generales, el 93% de los capitalinos castigamos con un contundente rechazo al actual alcalde, librándonos - ojalá para siempre - de una gestión que nunca llenó las expectativas de los votantes que lo elegimos hace cinco años.

Siguiendo la narrativa que motiva esta entrega, ese día, el 33% de los ciudadanos decidimos que era hora de darle el timón de la comuna capitalina a un nuevo alcalde y elegimos - confiados en un plan de gobierno para una ciudad inclusiva, segura, sostenible y saludable para todos - a un joven emprendedor que se hace llamar “el chacalde”.

Sin embargo, nuestro joven alcalde no puede desconocer que el 67% de los electores capitalinos votaron por otro candidato, por lo que está obligado a desarrollar las estrategias que hagan falta para llevar a cabo un gobierno incluyente y efectivo, que le permita lograr un elevado nivel de consenso político y colaboración que trascienda las diferencias partidistas habituales.

Dicho lo anterior, le dedico el resto de esta glosa a ofrecer algunos aportes sobre lo que aspiramos los habitantes de nuestra capital, con la expectativa optimista de que le sean de utilidad a nuestro “chacalde” Mayer Mizrachi, para no perderlos de vista en su plan de trabajo a partir del próximo mes de julio.

Para comenzar, subrayo que, los capitalinos deseamos llevar una vida urbana próspera y justa. En ese sentido, confieso que la lectura del plan de gobierno de nuestro nuevo alcalde me llena de renovadas esperanzas, pues allí se compromete con “transformar la Ciudad de Panamá en un modelo de excelencia urbana, donde la transparencia, la sostenibilidad y la calidad de vida sean los pilares fundamentales”.

Aunque el plan de trabajo de nuestro “chacalde” es exhaustivo y refrescante, no está de más recomendarle que no pase por alto el cumplimiento con los compromisos que adquirimos al suscribir en el año 2015 la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, en especial, el logro de las metas del ODS 11: “lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles”.

En ese ámbito de las metas del ODS 11, hay, por lo menos, cinco asuntos que deben ocupar la atención inmediata de nuestro nuevo burgomaestre, pues constituyen las principales causas de sufrimiento diario en nuestra capital.

El primer asunto para resolver es el del ordenamiento territorial. Aunque tenemos varias normativas en esa materia, estas no se cumplen, provocando que en nuestra ciudad, el crecimiento urbano haya sido anárquico, y sin planificación alguna. Este auge desordenado de construcciones desproporcionadamente inmensas para los barrios donde están ubicadas nos enferma. Afecta nuestra movilidad, el aire que respiramos, provoca tranques vehiculares, inundaciones, y accidentes.

Por otro lado, la basura se ha tomado la ciudad y la vemos acumulada por doquier, pues muchos ciudadanos la tiran irresponsablemente en las aceras, veredas, zaguanes, calles, quebradas, y después esperamos que vengan los de la Autoridad de Aseo - que alega no tener recursos - y recojan todas las porquerías que arrojamos. Y como eso no ocurre con la frecuencia debida, la basura se acumula convirtiéndose en criadero de alimañas y fuente de enfermedades. Y sumemos a esta inmundicia las inundaciones al llegar las lluvias por el acúmulo de desperdicios en los cauces de nuestros ríos y quebradas.

Nuestros sistemas de transporte tampoco son seguros, asequibles y sostenibles para todos, lo que ocasiona una gran inseguridad vial responsable por cerca de 15 mil accidentes de transporte cada año, la mayoría de ellos por colisiones, como consecuencia de la ausencia de planificación urbana, las calles en mal estado, el manejo desordenado, la falta de consideración y la no menos importante, ausencia de autoridades.

Igualmente difícil, si no imposible, es el acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad. Si no me cree, pregúntese: ¿cuándo fue la última vez que paseamos por cualquier parque?, ¿hay parques cerca de nuestras casas?, ¿cuánto tiempo tardamos en llegar a un parque todos los días?, etc.

Como si lo anterior fuera poco, está el grave asunto de la inseguridad en nuestras calles. La mayoría de los ciudadanos nos sentimos inseguros. Mantenemos altas cifras de violencia general, doméstica y en especial contra las mujeres, el número de pandillas va en aumento, y no son raros los secuestros, asaltos a cualquier clase de negocios y empresas, y las muertes vinculadas a los ajustes de cuentas, como lo demuestran las noticias casi diarias de homicidios en cualquier sitio.

Pero, la recuperación de nuestra ciudad es un asunto de todos los ciudadanos, y no solamente de las autoridades y empresas. Si queremos que nuestra ciudad sea inclusiva y saludable, segura, resiliente y sostenible, debemos ejercer nuestro derecho y deber de participar activamente en la gobernanza y la gestión de nuestra ciudad, comenzando por identificar problemas, proponer soluciones, y sumarnos para el desarrollo de estas.

El autor es médico, exrepresentante de la OMS
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