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- 16/09/2008 02:00
El PRD, un partido sin rostro propio
El Partido Revolucionario Democrático —PRD— fue formado por los militares en 1979, con el objeto de organizar a los civiloides dentro de una organización política y darles, de esta manera, tareas coordinadas dentro de una institución orgánica.
En su declaración de principios y programas de acción, se señala: “3. El partido es Unitario: los miembros del partido hacen suyos los postulados del movimiento iniciado el 11 de octubre de 1968, el ideario del general Omar Torrijos Herrera.”. Se trata, pues del brazo político de los militares.
Destaco que luego del sospechoso accidente en el que murió el general Torrijos, ninguno de los miembros del partido, “fieles al difunto”, exigió una investigación exhaustiva, al contrario: corrieron hacia el nuevo general a rendirle las pleitesías con las que los plebeyos adoran a sus reyes. Los teóricos del PRD hablan del “ideario Torrijista”, y yo me pregunto: ¿ese ideario es igual al “norieguista”?, porque si bien es cierto algunos miembros del partido dieron su paso atrás, la mayoría se dedicó a seguir obedeciendo a los cuarteles.
Este partido, que todos dábamos por muerto después que desapareció la dictadura militar, logró volver al poder en 1994, entregándonos una nueva propuesta. El concepto de “democracia”, impensable varios añas atrás, empezó a permearlos, y de hecho, el PRD se fue reestructurando con un rostro propio. Sus dirigentes firmaron un pacto ético y jurídico con la sociedad que le daba la estocada de muerte a cualquier tipo de totalitarismo. Así el PRD se incorporó a la vida política y participó de la misma con apertura al debate interno, por lo que muchos pensamos que desde la sombra de la dictadura el partido se dirigía hacia una democracia participativa que podía servir de ejemplo a los otros colectivos políticos.
Lamentablemente, tal como ocurre con los zombies cuando los disfrazan de humanos y no les quitan los dispositivos que los estimulan a volver a sus estados iniciales, un militar, en este caso el teniente coronel del Estado Mayor de Noriega, Daniel Delgado Diamante, tocó el botón que activó la médula del partido con la creación de los decretos leyes por medio de los cuales se reinicia la dictadura militar, para que el PRD se cuadrara de inmediato bajó el mando de sus antiguos dueños.
Lo ocurrido el 10 de septiembre en la Asamblea Nacional, cuando se le dio cortesía de sala a la Red Democracia Ciudadana, y la coordinadora y vocera del grupo les solicitó a los diputados que estaban en contra de estos decretos de la muerte que se pusieran de pie, sólo lo hizo la bancada de oposición. Entre la alternativa que les planteó la Licenciada Maytín de regresar a la dictadura o de consolidar la democracia, los diputados del PRD de manera unísona y con la mirada perdida en la nostalgia, nos dijeron, sin palabras, que ellos actúan muy bien cuando un militar es quien ordena, porque ellos son un partido sin rostro propio.