“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 30/08/2024 11:27
Políticas neoliberales afectan la CSS
Siempre hemos defendido la autonomía de la CSS; han sido los gobiernos los que han ido cercenando la autonomía; jamás han propiciado la autonomía financiera de la Caja, en la medida que la han utilizado como su caja menuda y aval de la deuda externa.
Igualmente, luchamos por el carácter público de la institución en toda su extensión; han sido los gobiernos neoliberales en conjunto con el sector empresarial los que han ido desmantelando los servicios que presta la Caja para justificar su privatización.
En este sentido, desde Frenadeso se ha planteado la necesidad de fortalecer su autonomía, al igual que preservar el carácter público y solidario.
Pero el problema de la CSS también está relacionado con el conjunto de las políticas macroeconómicas, sobre todo aquellas de inspiración neoliberal, que afirman la libertad de mercado como mecanismo esencial de funcionamiento del sistema económico, agravando aún más la concentración de la riqueza y la marginación social.
Las políticas macroeconómicas neoliberales, además de agudizar la concentración de la riqueza, los bajos salarios y el deterioro del poder adquisitivo, también han disminuido la creación del empleo formal y han favorecido la creación de empleos informales, cuyos trabajadores perciben muy bajos ingresos.
Bajo esta lógica, el programa de IVM sufrió una reforma catastrófica en el 2005 en el gobierno del PRD con Martín Torrijos. Se crearon las cuentas individuales, que era la propuesta promovida por el sector empresarial, y con ello se cerró la entrada de nuevos cotizantes al sistema solidario. Frenadeso denunció en ese momento que se estaba condenando a la muerte el Sistema de Pensiones Solidario y que ello produciría graves problemas en el futuro, ya que los pensionados continuarían aumentando mientras no habría nuevos cotizantes. Pero, el plan del Conep y del Gobierno complaciente, junto con la administración de la CSS, en ese momento encabezada por René Luciani, era privatizar las reservas de la CSS y hacer negocio con las llamadas cuentas individuales. Hipócritamente, hoy se presentan como si nada tuvieron que ver con este malévolo pacto de Gamboa.
Con lo anterior no se desconoce que la CSS afronta dificultades, y no solo en el programa de pensiones (IVM). Pero sus causas son más estructurales, vinculadas a la ausencia de autonomía, a un modelo económico neoliberal, excluyente, concentrador de la riqueza y profundizador de la desigualdad social, que no genera empleos dignos y salarios justos y, contrariamente, produce y reproduce la informalidad laboral. Que se relaciona al uso de la CSS por el Ejecutivo y los políticos como agencia de empleo particular, con la evasión de las cuotas por los empresarios, por el aumento de la morosidad, por las exoneraciones de multas a los morosos, y porque el Estado, quienes lo administran, las castas empresariales del país, han rehuido su responsabilidad de darle a los trabajadores una pensión justa que les permita vivir su retiro laboral con algún grado de disfrute de la vida junto con su familia.
Contrariamente, pretenden que quienes se jubilen lo hagan con sus ahorros, cuando lo que ganan no les alcanza para cubrir sus necesidades fundamentales, menos para ahorrar, y que los trabajadores que logran jubilarse nunca podrán siquiera mantener el nivel de vida de antes, que de por sí ya está deteriorado. Los empresarios no requieren de jubilación, pero lo hacen y sangran la CSS. Su patrimonio les garantiza seguir viviendo bien. El pobre, el trabajador, tendrá que ver cómo subsiste en desamparo. Esta es su forma de pensar.
La historia se repite. Hoy como ayer, el Gobierno, los directivos de la CSS y los gremios empresariales, nuevamente pretenden presentar a la comunidad panameña un escenario apocalíptico con el solo propósito de echar mano al resto de las reservas de la CSS, los fondos de los asegurados, y de sacar el Programa de Enfermedad y Maternidad y unirlo al Minsa, cuestión que no lograron en 2005.
El llamado es a defender la Caja, el derecho a la pensión, a una prestación de los servicios médicos con calidad y calidez, a no permitir las paramétricas ni las cuentas individuales, a rechazar la privatización de los fondos de la Caja.