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- 29/06/2018 02:02
Municipio lanza ‘Plan Ordenamiento de Panamá S.A.'
Todos los residentes, de cada barrio, deben estar enterados de un plan que afectará su propiedad y su vida y convocatorias deben llevarse a cabo en las comunidades. En un Plan de Ordenamiento es el habitante, el elemento principal. De esas reuniones con la comunidad saldrá el diagnóstico para planificar correctamente la ciudad.
Municipio invitó a ‘algunos' presidentes de asociaciones a un hotel, para presentar un ‘Plan Distrital'.
Inicia la presentación un arquitecto, diciendo que Panamá depende de una economía global y que sus actividades económicas son logística y turismo. Muestra mapa de la ciudad, indicando que estas actividades se desarrollan en todas las áreas céntricas de Panamá; donde están también las zonas residenciales, a las que no mencionó como tales, y el Área de la Región Interoceánica.
No menciona al habitante, el elemento principal ni cómo su ‘inversión' —su casa, su salud, economía y bienestar— están siendo afectados. Presenta el asunto al revés. Plan económico es el eje central y la población, a la que no menciona, tiene que adaptarse a eso.
Dos años atrás, este mismo arquitecto dijo en una universidad que el caos en Panamá se debía a falta de planificación. TOTALMENTE FALSO.
En 1997, un consorcio, presidido por la compañía norteamericana Dames & Moore, presentó planes de ordenamiento de los distritos de Panamá, San Miguelito, Arraiján, La Chorrera, Capira y Chepo en el Pacífico y el distrito de Colón en el Atlántico. La incapacidad y corrupción engavetaron estos planes, afectando negativamente el desarrollo de estas ciudades y de sus habitantes y ahora pagamos las consecuencias, que fueron advertidas en esos planes, de no cumplirse su aplicación.
Padecemos diariamente el absoluto desorden, malestar y atropello causado por falta de aceras, de áreas verdes, absurdos tranques en toda calle, contaminación por ruidos, por monóxido de carbono, por aguas servidas corriendo libremente en calles, malos olores, falta de agua en sectores, inundaciones en la ciudad por insuficiente y descuido total de infraestructuras, lo que revela incapacidad administrativa municipal. Rellenos, sin importar a quiénes afecten, y en áreas que no podían ser ocupadas, por ley, como manglares de Juan Díaz.
La sistemática intervención de zonas residenciales con todo tipo de actividades, especialmente comerciales, incompatibles con residencias; violando leyes y normas. A pesar de los reclamos de residentes, la Alcaldía hace caso omiso a ellos, provocando frecuentes conflictos y demandas. Edificios de alta densidad en zonas de residencias, con la misma infraestructura, poniendo en peligro vida y propiedades de personas, por posible epidemia por contaminación o colapso de estructuras, devaluando su propiedad y afectando gravemente su economía, bienestar y tranquilidad.
Situación promovida a propósito por el Municipio, MICI e instituciones para favorecer a grupo político-económico con cambios de uso de suelo, para forzar a residentes a vender y abandonar sus barrios.
Ejemplo: el desastre en que han convertido San Francisco para contratar una empresa extranjera para hacerle un ‘Plan de Ordenamiento', aislado del Plan Distrital. Ambos una farsa, donde se utiliza una asistencia mínima y limitada participación, como consulta.
Alcalde dijo: ‘No habrá barrios exclusivamente residenciales, el único que quedaría como residencial Altos del Golf'. La ciudad no es suya. No puede tomar esa decisión.
Incumple con su deber (fallo CSJ 17/10/2016), al permitir cambios violando normas. Ni hablar de planos aprobados por ese municipio, tan irregulares, incluso violando normas de seguridad.
La ciudad ha sido convertida en una mercancía al servicio de los intereses de un pequeño grupo político - económico que pretende desposeer a los habitantes del derecho a la ciudad.
Este proceso genera desigualdad social, espacial y de segregación urbana.
Privatización de espacios públicos: parques convertidos en estacionamientos para concesionarlos a empresas privadas, ocupación de manglares y costas, privatización de servicios públicos, parque Omar en San Francisco, a pesar de consulta ciudadana que dio un ‘NO' rotundo a intención de intervenirlo, ahora el Plan de San Francisco altera esa decisión.
La gente tiene que recuperar la ciudad, y (los) funcionarios y promotores (deben ser) castigados.
Es necesario que la gente vuelva a ser dueña de la ciudad y rescatar al hombre como protagonista de la ciudad. El derecho a la ciudad es restaurar el sentido de ciudad, la posibilidad para todos de vivir bien y convertir la ciudad en lugar para la vida colectiva.
¿Con todo lo expuesto, es entonces esta administración municipal la encargada de elaborar un Plan de Ordenamiento Territorial? ¿Y a un año para la finalización de su período?
¿Es la forma en que este grupo político - económico asegure ya beneficios de cambios de usos de suelo, nuevas normas para favorecerlos y la posesión de todo lo que queda de nuestro patrimonio?
EL QUE DESORDENA, ‘ORDENA' y el afectado paga la cuenta. Si no fuera una situación trágica, sería risible.
ARQUITECTA