• 16/02/2023 00:00

Peripecias del adulto mayor en Panamá

“[...] no existe una política seria destinada a atender los múltiples problemas que afectan en Panamá a la población de adultos mayores, hay paliativos que se mantienen y que son medidas correctas, pero se percibe que su finalidad es crear una cortina de humo [...]”

En Panamá, la población de adultos mayores está aumentando. Hay 517 488 adultos mayores en el país, según estimaciones del Ministerio de Desarrollo Social y basados en las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud se calcula que, para el año 2050, esta cifra quedará pequeña. Esto nos motiva a presentar algunos puntos que hacen imposible el vivir adecuadamente el proceso de envejecimiento en nuestro país, con el fin de que se subsanen e implementen políticas públicas serias dirigidas hacia este sector poblacional.

El adulto mayor, luego de haber pasado por la etapa más productiva de su vida, su destino es recibir una exigua pensión que, en muchos casos, no le alcanza para casi nada, y qué de aquellos que no lograron llenar los requisitos para jubilarse, pues quedan en total indefensión frente a una sociedad que no les apoya ni se siente solidaria para que tengan una vida holgada, especialmente con programas que les aliente a desarrollar nuevos oficios dentro de las posibilidades de su edad, ya que esta no impide que aun en ese estadio demográfico podamos aprovechar las experiencias que han acumulado a lo largo de esos años.

Si hacemos un breve repaso de la atención del adulto mayor en los centros de salud, tanto de la Caja de Seguro Social como del Minsa, el sistema no está diseñado para atenderlos, dado que aún tienen que, a pesar de estar enfermos, madrugar para obtener una cita, por ejemplo, pese a su doble condición de adulto mayor y de paciente. Y, luego de horas de haber madrugado, deben esperar al médico que normalmente llega a atender a las 10 de la mañana. Los problemas de salud en este tramo poblacional son inmensos y con el pasar de los años esto requerirá de muchos recursos, así como de profesionales especializados en este sector. Deberían retornar las ferias de salud para este sector no solo de medicina general, sino con todos los servicios disponibles. ¿Por qué desde todo el engranaje de salud no se destina un porcentaje de su presupuesto a incentivar la práctica de condiciones de salud y alimentación sana desde la temprana edad? Sí, desde los primeros estadios de vida donde el entorno familiar juega un papel importante y así bajar los problemas de salud que a futuro confrontarán los ciudadanos productivos, y los galenos están debidamente entrenados para saber qué afecta negativamente la salud en el individuo durante su desarrollo.

El consumo de bebidas altamente azucaradas debe ser reglamentado y darle un alto valor impositivo por sus efectos en la salud de las personas, lo que trae, entre otros problemas, el aumento cada vez más de la población diabética, o prohibir el uso de los aceites que contienen mucha grasa trans, son algunos de los ejemplos que inciden seriamente en las condiciones de salud de la población.

Las calles están en total mal estado, las aceras interrumpidas por derrames de aguas servidas o potables hacen imposible transitar por ellas, máxime si hablamos de un adulto mayor que se mantiene activo y deba acudir a su cita médica o a sus labores cotidianas. Si para un automóvil el estado de las calles, con enormes baches o huecos, los afecta seriamente, qué me dicen de aquellos adultos mayores que deben caminar, en muchos casos con problemas de desgastes en sus rodillas. Es un calvario para ellos el tener que pisar esos hoyos, pues con cada pisada se resiente lo poco que les queda de sus rodillas. Y con estos problemas de desgaste, o artrosis, en Panamá hay muchos.

Otro asunto es el problema del costo de las medicinas para atender sus dolencias, ya que a esta edad ya las enfermedades, como presión arterial alta, disminución de la visión u otras que serían largas de enumerar, los afectas. Esto debe ser visto con seriedad y prioridad, incluso el abastecimiento de estos medicamentos para que al faltar no se especule aún más con sus precios. Y sobre todo el alto costo de la vida, lo que ayer podías comprar con un cuarto de dólar, hoy ese mismo producto lo adquieres al triple de su precio. Pero los salarios se mantienen igual, no hay una indexación de estos según se va devaluando el dólar, y me refiero a lo que podías adquirir con ello hace un lustro y los que adquieres hoy, sin que por ello se haya logrado un aumento al salario que percibe el trabajador. Si lo ponemos en la balanza, el costo de otros insumos frente a la alimentación, esta última es la más cara. ¿Qué se hace para lograr su abaratamiento? Las últimas acciones de protestas que se realizaron en Panamá tenían como objetivo principal abaratar el costo de la vida, y solo quedó en ser discutido en una mesa de diálogo para lograr acuerdos; esto, entre otros temas, el viento se lo llevó, pues aún no se han vuelto a reunir.

En buenas cuentas no existe una política seria destinada a atender los múltiples problemas que afectan en Panamá a la población de adultos mayores, hay paliativos que se mantienen y que son medidas correctas, pero se percibe que su finalidad es crear una cortina de humo frente a las exigencias de los organismos internacionales donde nuestro país es signatario de diversos tratados o acuerdos para lograr una vida sin complicaciones para este segmento poblacional, en donde la falta de medicamentos baratos, la falta de atención médica, el alto costo de la alimentación, vías en total deterioro, poca o nula actividad de recreación apropiada para este sector son solo algunos de las peripecias con que se topa el adulto mayor en Panamá.

Periodista
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