• 20/07/2024 00:00

Pequeñas empresas, grandes impactos

[...] las mipymes se enfrentan a importantes retos que limitan su contribución a la productividad en comparación con las grandes empresas

La raza humana, tal como la conocemos hoy, es el resultado de una evolución de miles de años. El Homo sapiens convivió con otros homínidos que se extinguieron. Lo que le diferenciaba, que fue la clave de su supervivencia, era su ingenio para obtener los recursos para subsistir y el desarrollo de habilidades para crear y transformar. Los microemprendimientos han estado presente en todo este recorrido y siguen siendo fundamentales para la humanidad.

Las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), en la actualidad, representan el 90% de las empresas del mundo, generan cerca del 70% del empleo y el 50% del PIB global. En América Latina, donde uno de cada dos empleos es informal, y el 28% de la población vive en pobreza, la capacidad de las microempresas para generar empleo, fomentar la inclusión financiera, estimular el desarrollo local y mejorar la estabilidad social las convierte en actores claves. Son el motor que más impacto tiene sobre la reducción de la pobreza.

Sin embargo, las mipymes se enfrentan a importantes retos que limitan su contribución a la productividad en comparación con las grandes empresas. No pueden invertir en tecnologías modernas, debido a limitaciones financieras, les faltan recursos y conocimientos técnicos, lo que reduce su capacidad para innovar y mejorar procesos, operan a pequeña escala, con lo que no pueden reducir costos ni aumentar la productividad. Además, suelen tener proveedores menos operativos, lo que afecta a su capacidad para obtener insumos y cuando lo hacen es a mayores costos. Tienen dificultades para acceder a financiamiento adecuado, lo que limita su capacidad de inversión en mejoras productivas y a menudo lo hacen a tasas de interés más altas, aumentando los costos y reduciendo su capacidad de reinversión. En 2030 se necesitarán alrededor de 700 millones de empleos para absorber la creciente fuerza laboral mundial y es innegable la enorme aportación de las mipymes tendrán para generar estos empleos.

Abordar estos retos debería ser una prioridad para gobiernos, organismos multilaterales, tercer sector ... Algunas medidas como los programas para implementar nuevas tecnologías, capacitación de empleados o centros de innovación donde acceder a los avances tecnológicos y asesoramiento técnico pueden incrementar su productividad, mejorar su aportación a la economía y absorber una parte de estos empleos de acá al 2030. Otras iniciativas como; fomentar la creación de redes de colaboración entre las mipymes para compartir recursos y conocimientos, mejorar las cadenas de suministro y poner en marcha clústeres que agrupen negocios en sectores similares que faciliten el acceso a infraestructura y servicios compartidos. Estas son iniciativas que podrían tener un gran impacto en el sector.

Para estas empresas acceder a financiación es un elemento crucial. En la Fundación Microfinanzas BBVA llevamos más de 17 años apoyando a emprendedores vulnerables y la experiencia en cinco países de América Latina, entre ellos Panamá con nuestra entidad Microserfin, nos demuestra que cuando consiguen financiación, sus negocios evolucionan de empresas unipersonales a otras de mayor tamaño con las que crean empleo. El crédito en las fases iniciales, junto a políticas públicas que potencien las microempresas como motores de la economía, sobre todo en los segmentos más necesitados, hacen que puedan recorrer, de manera más sencilla, el camino de convertirse en negocios más productivos y con mayor impacto.

El autor es irdector de research y estrategia de la Fundación Microfinanzas BBVA

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