• 29/12/2019 00:00

El Patronato de Panamá Viejo, en peligro

Desde muy joven sentí especial interés en las ruinas de Panamá la Vieja. Mi abuelo Samuel Lewis García de Paredes, nos llevaba con mucha frecuencia, a mi hermano Gabriel y a mí, al sitio histórico, donde nos daba, en detalles, explicaciones de cada una de las deterioradas ruinas.

Desde muy joven sentí especial interés en las ruinas de Panamá la Vieja. Mi abuelo Samuel Lewis García de Paredes, nos llevaba con mucha frecuencia, a mi hermano Gabriel y a mí, al sitio histórico, donde nos daba, en detalles, explicaciones de cada una de las deterioradas ruinas.

Por mi buena relación con el presidente Pérez Balladares lo invité a visitar Panamá La Vieja que estaba en total abandono y sus ruinas cubiertas por la maleza. El presidente quedó espantado.

La antigua ciudad se había convertido en un basurero. Los ministerios depositaban en pequeños depósitos todo lo que era desechable, también había un escuadrón de caballería de la Policía. Pudo constatar que se estaba llenando el lugar de intrusos aupados particularmente por una diputada. Tomó de inmediato medidas prácticas para evitar que se siguiera afectando el área de la vieja ciudad, por parte de entidades del propio Estado.

Todos los presidentes que siguieron, hasta el presente que acaba de iniciar su gestión, han cooperado, en distintas formas, a sacar del olvido a Panamá, la ciudad antigua.

Como había que buscar alguna manera para formalizar el interés creciente que existía en la ciudadanía para rescatar y darle el esplendor que tuvo la antigua ciudad, el ingeniero Alberto Vallarino, en ese tiempo gerente del Banco del Istmo y yo, como presidente de la junta directiva del banco, decidimos que la manera más práctica de unificar esfuerzos, era crear un patronato, en el cual participara el Estado y la empresa privada.

Después de muchos esfuerzos y explicaciones, se formó el Patronato Panamá Viejo que estuvo integrado por el gobierno (el director de turismo, el Club Kiwanis y el Banco del Istmo).

Si este patronato funcionaba (afortunadamente así fue) pudiera servir para lograr que otros sitios históricos de nuestro país, salieran del abandono en que se encontraban por desidia de nuestros gobiernos.

Hoy, por primera vez, tenemos un Ministerio de Cultura, actitud esperada desde hace mucho tiempo por los panameños. Lamentablemente, de su ministro se comenta mucho, que es un izquierdista radical. Una de sus primeras acciones es ir acabando con los patronatos y que sea el Estado el que controle todo el arte y cultura en nuestro país. Si hay que hacer algunos cambios en la ley que regula los patronatos que se hagan; pero que no se destruya lo que marcha bien.

Esta actuación del ministro de Cultura contradice la política del señor presidente, quien ha impulsado la “alianza pública- privada” para promover el desarrollo de Panamá.

El ministro logró el apoyo del H.D. Héctor Brands para impulsar el proyecto de ley No.134, que ha puesto en peligro no solo el Patronato de Panamá Viejo sino otros que también lo han venido haciendo eficientemente y la posible creación de otros.

Tanto el Ministro de Cultura, como el diputado Brands, se han negado a escuchar a los representantes de los Patronatos de Panamá Viejo, el del Teatro Nacional, el de Portobelo y el del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz. Esta actitud de estos dos funcionarios contradice también la política de puertas abiertas del Sr. presidente Cortizo.

Hoy día Panamá la Vieja, además de ser un sitio de atracción turística y de estudio de nuestro pasado, es un lugar en el cual todos los panameños se sienten orgullosos.

Yo que vi hace más de 60 años lo que eran estas históricas ruinas en completo abandono y lo que son hoy, me siento feliz y orgulloso por todo lo que se ha hecho.

Les agradezco mucho a todos los que participaron en este gran esfuerzo. Quiero señalar de manera muy especial el trabajo y la visión de futuro histórico que han tenido doña Julieta de Arango, el actual presidente del patronato don Ernesto Boyd y todos los integrantes del mismo.

Los que vengan después tendrán en ellos una inspiración de lo que se puede lograr, como lo ha hecho el Patronato Panamá Viejo. En él han participado distintos gobiernos y la empresa privada. Han trabajado en equipo, con el único objetivo de servirle al país.

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