• 08/02/2025 09:24

Panamá: el Canal es nuestro

Nuestro gobierno debe ser claro, diplomático, estratégico y enérgico frente a la posición en que nos coloca el presidente de Estados Unidos. Sabemos que es típico del presidente Trump amenazar, extorsionar y arremeter con mentiras e insultos, pero debemos mantenernos unidos...

Muchos criterios se han emitido, desde diversas perspectivas y enfoques teórico-jurídicos e históricos, sobre las temerarias declaraciones del actual presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump. Lo cierto es que en todo su discurso se refleja algo de frustración y rabia frente a la pérdida hegemónica del coloso del norte en materia geopolítica, tecnológica, económica y bélica.

Su ego, su narcisismo y su desprecio por América Latina también se ha reflejado en cada una de sus intervenciones, al grado de entrar en fricciones innecesarias con países como México, Colombia, Canadá, Brasil, Panamá, etc., creando una atmósfera de zozobra e inquietudes profundas en esas naciones. En nuestro caso, Panamá, es triste percibir que, el otrora nacionalismo y fervor antiimperialista, amén del rechazo de la presencia yanqui en nuestro suelo, se haya perdido producto de apetitos voraces de nuestra oligarquía criolla y partidos políticos inescrupulosos. Escuchar a un panameño pedir y aceptar la intervención norteamericana en nuestro terruño preocupa.

Preocupa porque el cipayaje, que reflejaba la conducta de algunos “soldados de lndias Orientales al servicio de potencias europeas colonialistas, durante los siglos XVIII y XIX” tuvo, quizás, una razón de ser y, en nuestra América, esta figura se ha inclinado a favor de las políticas de Estados Unidos. Nada justifica el entreguismo de la patria, pese a que nuestra oligarquía oportunista y servil nunca estará dispuesta a entregar su sangre por los verdaderos intereses de Panamá.

Por otro lado, consideramos que si bien, parafraseando un poco a Marcos Gandásegui hijo, la entrega del Canal a Panamá a través de la firma de los tratados Torrijos-Carter, obedeció a un poco a distracción geopolítica del Pentágono y a las motivaciones políticas de Estados Unidos en esos momentos, no deja de ser cierto que “el Canal es nuestro”, está en nuestro suelo y es un bien generador de pingües beneficios para nuestras arcas y, en consecuencia, para crecimiento y desarrollo del país.

Es cierto que los mártires fueron nuestros, es decir, oriundos del sector popular y comprometidos con un profundo sentimiento nacionalista y patriótico, y actualmente quienes perciben los bienes revertidos, los mejores puestos, salarios y beneficios canaleros, han sido el sector oportunista de siempre. No obstante, independientemente de todo, no debemos perder el sentido de compromiso, análisis y criterio frente a una potencia colonialista, avara y mezquina que, desde 1901, con su política del Gran Garrote (presidente Theodoro Roosevelt), dejó claro que ellos “no tienen amigos, tienen intereses”.

Nuestro gobierno debe ser claro, diplomático, estratégico y enérgico frente a la posición en que nos coloca el presidente de Estados Unidos. Sabemos que es típico del presidente Trump amenazar, extorsionar y arremeter con mentiras e insultos, pero debemos mantenernos unidos, pues más que, coyunturalmente, quién se ha beneficiado, todos somos panameños y la afrenta es con nuestra madre patria.

Finalmente, consideramos que, en este contexto, cobran vida las palabras de Simón Bolívar: “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias en nombre de la libertad”, añadimos subyugar, expoliar y menospreciar a nuestros pueblos en función de sus infames intereses. Dios salve y proteja a Panamá.

*El autor es docente

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones