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- 10/01/2021 14:40
“El 9 de Enero: entre la memoria y el olvido”
Queridos organizadores, participantes y observadores de esta maratónica jornada virtual en patriótico homenaje a la gesta del 9 de enero de 1964:
Hoy compartiré con ustedes las siguientes reflexiones sobre tan importante tema de nuestra historia, puntualizando cuatro temas principales.
El mensaje de la gesta del 64 para el Panamá actual, en mi opinión, es múltiple y poderoso:
*El 9 de Enero es la expresión épica de una visión nacional, construida en el proceso de varias generaciones durante el siglo XX, que aglutinó y dio sentido de pertenencia a panameños de distintas regiones, culturas y banderas políticas, dando continuidad a un proyecto tansitista nacional, para una república independiente y próspera, nacido en 1903.
*El 9 de Enero comprobó que es posible llegar a acuerdos y hacer alianzas, a pesar de nuestras diferencias entre panameños (de clase, ideología, partidos políticos y etnicidad) para que impere un proyecto nacional descolonizador y el desarrollo. Porque esta gesta abrió las puertas al camino hacia la recuperación de la soberanía territorial y a la nacionalización del Canal de Panamá, después de un largo recorrido de negociaciones para un nuevo tratado del Canal y y al proceso de transición del Canal hacia una administración completamente panameña.
*El 9 de Enero, por tanto, no es para mí una fecha de luto, a pesar de nuestros queridos mártires, como sí lo es la invasión de 1989, sino una fecha que celebra la unidad nacional por la soberanía de Panamá. Porque fue ese mismo día, cuando el ejército de los Estados Unidos acantonado en el Canal disparó sobre nuestros estudiantes y población civil desarmada, quienes protestaban por los abusos contra nuestra bandera y soberanía por parte de las autoridades de la Zona del Canal, en ese preciso momento unieron fuerzas el gobierno panameño y la oposición, el gobierno elitista de entonces y el pueblo enardecido (a pesar de personas y círculos disidentes); la zona de tránsito y el Panamá rural. Ese mismo día del 9 de enero de 1964, un día de inmensas proporciones históricas para Panamá, Estados Unidos perdió la batalla moral y política de mantener su colonia en la Zona del Canal. Por tanto, el 9 de Enero tiene un significado de Unidad Nacional frente a la Defensa de la Soberanía. Sin duda es una fecha gloriosa para los panameños.
*Después de la invasión de 1989, no obstante, se firmaron acuerdos bilaterales que intentan deshacer los logros de los Tratados Torrijos-Carter, creando nuevas bases militares con nombres diferentes, junto a otros acuerdos irrespetuosos de la soberanía nacional. En homenaje al 9 de Enero, a sus mártires y héroes, los panameños de hoy debemos ser consecuentes con la misión descolonizadora, no apenas entre Panamá y los Estados Unidos, sino en la misión de desarrollar una democracia amplia, transparente y participativa. Este es el relevo generacional de la bandera del 9 de Enero.
*También nos deja el 9 de Enero la dura lección histórica de que el nacionalismo, por sí solo, no generó la democracia anhelada.
A pesar de que las fotografías históricas del 9 de Enero del 64 revelan una participación activa y numerosa de jóvenes estudiantes mujeres, arengando y portando pancartas patrióticas en defensa de la soberanía de Panamá en el Canal, nuestros libros de historia no las identifican ni las incluyen, por lo que resulta difícil recuperar su identidad, sus nombres y su historia.
Esta inclusión es una tarea impostergable si queremos ser justos e inclusivos, por lo que exhorto a los historiadores a recuperar esta memoria antes de que desaparezcan sus actores por designio biológico de su edad.
Por más que quise hurgar en ese acto realizado en noviembre pasado por un par de jóvenes quemando periódicos en el monumento de La Llama Eterna en homenaje a los mártires del 9 de Enero, no pude contactarlos para entrevistarlos ni conocer de primera mano cuáles eran sus intenciones.
Leí con interés las opiniones, publicadas en periódicos locales, de mis colegas, los profesores Rommel Escarreola y Olmedo Beluche, quienes censuran estos actos como vandalismo juvenil para obtener seguidores en las redes sociales, resultado de la ignorancia histórica sobre el 9 de Enero (Prof. Escarreola) y como expresión de una clase social gobernante antinacional (Prof. Beluche).
No obstante, desde mi formación en la antropología simbólica, no pude dejar de pensar que éste, como cualquier acto público y difundido por sus actores, tenía una intención política o filosófica, fuera consciente o no.
Pensé que podría tener un significado semejante a quemar banderas como expresión de una crítica social y política… solo que, en este caso, se quemaban periódicos en un lugar semejante a la antorcha de la estatua de la libertad…. Imaginé que estos jóvenes quemaban las noticias (como expresión de su protesta e insatisfacción por el presente) ante la llama eterna (símbolo del espíritu inmortal de nuestros mártires), esta idea me conmovía… Pero, al aumentar una de las fotografías de los periódicos quemados, buscando un tema, tal vez una noticia de corrupción que motivara su protesta juvenil y que pudiera entrelazar una generación con la otra… encontré que el periódico quemado ¡tenía alusiones a las fechas patrias! Después fui informada por terceras fuentes de que los jóvenes en cuestión (aún no conozco su identidad) se excusaron en las redes diciendo que desconocían el significado histórico del monumento (a pesar de estar escrito en las paredes que lo rodean) y que no tenían intención de faltar el respeto a los mártires del 64….
¡Qué decepción! Su acto fue apenas un juego, en un lugar que les pareció atractivo por lo de la flama… una trivialidad para que incrementara su popularidad en las redes. Esos jóvenes perdieron una oportunidad de oro para protestar contra la ACP neoliberal, o contra la corrupción, la desigualdad o cualquier otro tema significativo para su generación. Sinceramente, me siento triste por nuestra juventud, y como maestra pido no enconarnos contra estos actores por el solo hecho de su condición de clase media alta, al final son jóvenes educados por nuestro deficiente sistema de educación y por una sucesión de gobiernos neoliberales, corruptos, sin sentido histórico ni pertenencia nacional.
Creo que hasta hubiera preferido que su acto fuera genuinamente una profanación intencional, contra los mártires o el 9 de Enero, por lo menos así hubieran generado un debate ideológico entre jóvenes sobre un tema histórico… pero nos dejaron el vacío y la tristeza de descubrir que la juventud panameña ya olvidó al 9 de Enero (y que carece de formación política y de crítica social).
Como conclusión de las reflexiones anteriores se desprende la necesidad urgente de recuperar, una vez más, la obligatoriedad de la asignatura de Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos, como herramienta académica de la memoria histórica plural, crítica e incluyente, y como motor del pensamiento panameño contra el olvido del 9 de Enero y su juventud idealista y de su sueño de un Panamá libre y descolonizado, democrático, con sentido de unidad en su diversidad.
¡Que viva el 9 de enero eternamente en nuestros corazones!
¡Que los héroes y mártires de 1964 iluminen y guíen siempre a las juventudes panameñas!