• 08/02/2019 01:02

OIT: 100 años de diálogo social

La OIT tiene cuatro objetivos esenciales como son: promover normas laborales, los principios y derechos en el trabajo

En 1919, al culminar la Primera Guerra Mundial, surge un organismo llamado Organización Internacional del Trabajo, amparado por el Tratado de Versalles y avalado por la Sociedad de Naciones, la cual se convertiría más tarde en las Naciones Unidas. La OIT (por su sigla en español) indica en su Constitución, conformada por empleadores, trabajadores y representantes de Gobiernos, que la paz universal, y permanente, solo puede basarse en la justicia social. Y expresa: ‘si cualquier nación no adoptare un régimen de trabajo realmente humano, esta omisión constituiría un obstáculo a los esfuerzos de otras naciones que desean mejorar la suerte de los trabajadores en sus propios países'.

La gestión de este organismo internacional ha significado grandes avances en el ámbito laboral, promoviendo las jornadas de ocho horas, la protección de la maternidad, la legislación sobre el trabajo infantil y su erradicación, la seguridad en los centros de trabajo. Debido a su área de competencia, la OIT se convirtió en 1946 en el primer organismo especializado asociado a las Naciones Unidas, propiciando el entendimiento entre las partes en conflicto dentro de la relación laboral, y donde el estado juega un papel importante de mediador.

La OIT tiene cuatro objetivos esenciales como son: promover normas laborales, los principios y derechos en el trabajo; incentivar una mayor oportunidad para ambos géneros, con el fin de que obtenga un empleo digno; aumentar la cobertura, y eficacia de la protección social; y fortalecer el tripartismos y el diálogo social. En 1944, en la Conferencia Internacional del Trabajo, reunida en Filadelfia, Estados Unidos, la OIT se adhirió a la Declaración de Filadelfia, adoptando sus objetivos, los cuales indican que el trabajo no es una mercancía, también afirma que la libertad de expresión y de asociación son esenciales para el progreso constante. Señala, además, que la pobreza es una limitante para la prosperidad, así como que todos los seres humanos, sin distinción de raza, credo o sexo, tienen derecho a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad, dignidad, seguridad económica e igualdad de oportunidades.

Esta organización de la ONU promueve la igualdad de géneros en los centros laborales, ya que aún persiste una alta tasa de desempleo en las mujeres y la brecha salarial alcanza un 15 por ciento, propicia también el trabajo decente, así como ofrecer cooperación técnica que busca formar empresarios en la administración de pequeñas empresas; estas, y otras acciones desarrolla la OIT en el ámbito mundial.

En este siglo XXI el mercado laboral viene sufriendo una transformación radical que pone en entredicho los nichos de trabajo que otrora fueron las puntas de lanza del desarrollo. Nuevas áreas de competencias están desplazando las profesiones conocidas. Esto se debe a la cada vez más creciente tecnología que se viene implementado en todos los sectores económicos, obligando a las generaciones de hoy y del mañana a cambiar su forma de obtener un empleo. Problemas como la existencia de unos doce millones de personas en trabajos forzosos, la discriminación laboral, y el creciente aumento del empleo informal son algunos de los temas a enfrentar por la OIT.

La tasa de desempleo en Panamá, según La Estrella de Panamá del 30/8/2018, se ubica en un 7 %, representando el más alto índice de desocupación laboral, datos tomados del informe Situación Económica Actual de Panamá. La cifra en el 2018 es preocupante, pues obliga a cientos de miles de personas a buscar un trabajo informal, lo que trae como consecuencia que muchos trabajadores no puedan acceder a la atención en materia de salud ni mucho menos al Seguro Social; tampoco pueden obtener créditos en la banca u otras alternativas que propicien el mejoramiento de su calidad de vida. También, según indicadores laborales, el 58 % de las empresas industriales en Panamá no logra cubrir sus vacantes de manera satisfactoria, planteando que las habilidades de la fuerza laboral, en especial en el área técnica, no son las más apropiadas para la competitividad. La falta de recursos humanos, debidamente entrenados, es una limitante al desarrollo y esto lo tiene muy claro la OIT.

Ante esta disyuntiva, deben tomarse muy en cuenta los diversos cambios que está experimentando el mercado del trabajo, especialmente en el plano económico, pues muchas regiones manifiestan problemas de esta índole. El crecimiento económico sigue significativamente por debajo de los niveles anteriores a la crisis económica que experimento el mundo recientemente, afectando grandemente los sistemas de protección social y los empleos decentes. Los cambios demográficos, en este caso el envejecimiento de la población en algunos países, y la incorporación de las generaciones jóvenes a los mercados de trabajo en otros, exigen respuestas de proveer y fortalecer los servicios asistenciales, suministrar nuevos puestos de trabajo, donde la capacitación técnica juega un papel importante, y Panamá está haciendo lo necesario para ello. La tecnología traerá tanto la creación como la destrucción de puestos de trabajo, pues muchas actividades laborales se automatizarán, al tiempo que las innovaciones tecnológicas abrirán nuevas posibilidades. El problema ambiental, como el cambio climático, afecta también el mundo del trabajo en diversas formas; hay creación y reconversión de puestos de trabajo, y en otros casos, pérdida o sustitución de empleos, y estos son algunas de los temas que son competencia de la OIT.

Por lo tanto, la OIT ha lanzado una ‘Iniciativa sobre el futuro del trabajo' y ha propuesto cuatro ejes temáticos o ‘conversaciones del centenario', como le llaman para los debates que se realizarán, los cuales son: 1) trabajo y sociedad; 2) trabajo decente para todos; 3) la organización del trabajo y de la producción; y 4) la gobernanza del trabajo. Temas que incidirán grandemente en el desarrollo futuro de la forma como la humanidad obtiene un empleo digno, con el fin de satisfacer sus necesidades, continuando así empleadores, trabajadores y Gobiernos utilizando el diálogo social como fórmula para entender y enfrentar los problemas actuales del mundo laboral.

PERIODISTA Y MAGÍSTER EN EDUCACIÓN SUPERIOR.

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