• 16/08/2020 00:00

El movimiento 'Nuevo Ateísmo' y su torcida agenda social (I)

En su interesante libro, “Dark Agenda”, el laureado escritor David Horowitz ha aportado una visión clara y vital de la intolerancia religiosa y la agenda del movimiento “Nuevo Ateísmo” para desterrar la fe cristiana -cimiento de los valores estadounidense-, al tiempo que empujan una agenda “progresista”, o sea, marxista.

En su interesante libro, “Dark Agenda”, el laureado escritor David Horowitz ha aportado una visión clara y vital de la intolerancia religiosa y la agenda del movimiento “Nuevo Ateísmo” para desterrar la fe cristiana -cimiento de los valores estadounidense-, al tiempo que empujan una agenda “progresista”, o sea, marxista.

Según Horowitz, ese movimiento surgió en respuesta a los ataques de fanáticos religiosos del 11 de septiembre (9/11), cuando yihadistas islámicos, clamando “Alá es grande”, asesinaron a miles de personas inocentes en el World Trade Center.

El principal manifiesto de este movimiento fue publicado en el 2006, escrito por el biólogo evolucionista Richard Dawkins, titulado “The God Delusion” (“El engaño de Dios”), que sostiene que los avances científicos posdarwinianos han rendido innecesaria e irracional cualquier creencia en Dios, y ven las enseñanzas religiosas como intentos crudos y engañosos de proporcionar relatos no científicos a fuerzas naturales y fenomenales.

Inspirados por Karl Marx y su odio a lo religioso, los grupos ateos han considerado a la religión como enemigo del progreso y la máscara de la opresión. En sus mentes, sus intenciones son nobles -quieren salvar a la raza humana de las injusticias sociales y la opresión que la religión supuestamente inflige a la humanidad.

Estos puntos de vista reflejan adecuadamente las actitudes del nuevo movimiento ateo, cuyos líderes, muchos de ellos científicos de renombre, desdeñan la religión y los creyentes religiosos.

Su movimiento busca desacreditar todas las creencias religiosas. Su objetivo declarado es deslegitimar y extinguir el punto de vista religioso.

Sin embargo, los ateos son ciegos a todas las influencias positivas que la religión ha tenido en el comportamiento humano, mientras ignoran todos los genocidios de inspiración atea de los últimos 250 años. Solo en el siglo XX, los ateos comunistas asesinaron a más de 100 millones de personas en Rusia, China e Indochina.

Bajo el marxismo (ahora progresistas), una ideología que es explícitamente atea, se cometieron muchas atrocidades en nombre de la “justicia social”. Por otra parte, el judaísmo y el cristianismo se han reformado y, como resultado, no han llevado a cabo ninguna guerra religiosa desde la época de las cruzadas.

Según la Dra. Jennifer Wiseman, una astrofísica cristiana del Centro Espacial de la NASA, “tienes que mirar la literatura bíblica desde la perspectiva de cuándo fue escrita, las audiencias originales, los idiomas originales, los propósitos originales, … el mensaje que estaba destinado a ser transmitido por él. La Biblia no es un texto científico”.

Al atacar a las personas religiosas, Richard Dawkins y otros ateos fallan en reconocer a los muchos científicos que son religiosos y creen en una Divinidad, y no ven conflicto alguno entre la fe y la ciencia. Los ateos también tienden a descartar la dimensión espiritual y moral de la religión, quizás sus características más importantes.

Irónicamente, Isaac Newton, Galileo y Pascal eran cristianos devotos, al igual que prácticamente todos los genios de antaño que crearon las revoluciones científicas que asociamos con la ilustración.

El Dr. Francis Collins, un exateo, quien dirigió el Proyecto del Genoma Humano y actualmente es director del Instituto Nacional de Salud (NIH), por su sigla en inglés, escribió: “He descubierto que hay una armonía maravillosa en las verdades complementarias de la ciencia y la fe. El Dios de la Biblia es también el Dios del genoma. Podemos encontrar a Dios en la catedral o en el laboratorio. Al investigar la majestuosa y asombrosa creación de Dios, la ciencia puede actualmente ser un medio de adoración”.

San Agustín escribió que básicamente no es posible entender lo que se describe en Génesis de la Biblia. No fue concebido como un texto científico. Tenía la intención de ser una descripción de quién era Dios, quiénes somos nosotros y cuál se supone debe ser nuestra relación con Dios.

Entonces, ¿por qué Richard Dawkins y el movimiento Nuevo Ateísmo demuestran tanto odio y aversión hacia las personas religiosas?

Es porque se ven a sí mismos como libertadores, pioneros de un nuevo milenio para la raza humana. Visualizan un futuro en el que la religión será vencida y prevalecerá la racionalidad. En el que la humanidad finalmente se liberará de los mitos y las supersticiones. Para ellos, la ciencia marcará el comienzo de una era utópica de razón, ilustración y justicia social.

Una visión o fantasía en la que los seres humanos aspiran a actuar como dioses y a crear nuevos mundos.

Es la fe de marxistas y comunistas que se han propuesto transformar el mundo en uno diferente y “liberado”.

Es la esencia del pecado original registrado en Génesis, cuando Satanás tentó al primer hombre y a la primera mujer, diciendo: “…. entonces serán abiertos vuestros ojos y seréis como dioses”.

Y es la fuente de monstruosas catástrofes del siglo XX, diseñadas por socialistas ateos en Alemania y en el bloque comunista.

La historia ha demostrado que el marxismo siempre conduce a la opresión totalitaria.

Los grupos ateos creen que la religión tiende a envenenarlo todo, pero, al contrario, son los seres humanos quienes envenenan la religión imponiendo sus supersticiones, prejuicios y corrupción en sus rituales y textos.

Blas Pascal, científico del siglo XVII, escribió: “No hay ciencia del porqué de nuestra existencia, no hay consejo científico o consuelo para nuestros anhelos, soledad y temores. La naturaleza no me presenta nada que no sea motivo de duda y preocupación. Sin un Dios que le dé sentido a nuestra existencia, la vida humana es intolerable”.

Planificador jubilado.
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