• 06/06/2010 02:00

Mirada desde la educación especial

Desde la mirada de la educación especial nuestra labor docente es contribuir al desarrollo y transformación de la comunidad en general. ...

Desde la mirada de la educación especial nuestra labor docente es contribuir al desarrollo y transformación de la comunidad en general. El aprendizaje es un proceso activo de construcción permanente que parte de la experiencia que se tenga de la vida. El estudiante se convierte en el responsable de su propio aprendizaje, mediante su participación y el acompañamiento del docente como tutor de los procesos.

La aplicación de estrategias, métodos y guías que impulsen el crecimiento cognitivo, va de la mano de una línea teórica que sustente nuestro accionar; es necesario favorecer, entonces, funciones claves como la retención, comprensión y uso activo del conocimiento, vincular las habilidades y potencialidades, la reflexión, la familiaridad con los problemas y sus soluciones. La acción estratégica para aprender, supone la habilidad para planificar y tomar decisiones contextualizadas. Es así como la educación especial promueven el aprendizaje por descubrimiento, experimentación y manipulación de realidades concretas, pensamiento crítico, diálogo y cuestionamiento continuo.

La meta, como facilitadores del proceso de aprendizaje, es recuperar las ansias de saber, las inquietudes, la búsqueda, el deseo de descubrir, incentivar la curiosidad, la indagación, transmitir el sentido de la sabiduría, rescatar el razonamiento y el diálogo. De igual forma, reelaborar conceptos, categorías, estructuras básicas de los saberes.

En la escuela observamos a los estudiantes cómo desarrollan y alcanzan procesos cognitivos cada vez más complejos; recogen la información, la comprenden, interpretando en base a los conocimientos previos, confirman y hacen uso del conocimiento con las conjeturas, hipótesis y evidencias, para luego juzgar o valorar el resultado e incorporarlo a su vida diaria.

Los estudiantes adquieren habilidades o herramientas necesarias para competir según el nivel que cursan. Dentro de esos instrumentos están la capacidad de análisis y síntesis, la capacidad de organizar y planificar, los conocimientos generales básicos, la comunicación oral y escrita en su lengua, la habilidad básica del manejo de la informática y la toma de decisiones.

La aplicación de práctica pedagógica cognitivas asegura el desarrollo de la capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica, la habilidad de investigar, la capacidad de aprender, de adaptarse a nuevas situaciones, de generar nuevas ideas de liderazgo, entre otras.

El planeamiento curricular, que responde a teorías, les permite generar procesos formativos de mayor calidad, sin perder de vista el equilibrio necesario entre las demandas que exige la sociedad. Permite un acercamiento más dinámico a la realidad del mundo, desde una visión integral y crítica de los nuevos roles que asumen la enseñanza y el aprendizaje.

Las teorías cognitivas consideran al estudiante el centro del aprendizaje y por ello es necesario reforzar el pensamiento crítico del mismo, con el objeto de que este cuente con herramientas que le permitan discernir, deliberar y elegir libremente, de tal forma que pueda comprometerse con la construcción de sus propias competencias académicas.

*Docente de la UDELAS. opinion@laestrella.com.pa

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