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- 21/09/2022 12:00
Una mirada a La cabeza de Balboa
La cabeza de Balboa, novela histórica de Juan David Morgan, recreada en el siglo XVI, en el llamado Nuevo Mundo, años después del arribo de Cristóbal Colón a Tierra Firme americana y como se señala en el título versa sobre la decapitación del denominado descubridor del Mar del Sur, Vasco Núñez de Balboa, por instrucciones de Pedrarias Dávila, gobernador designado por la Corona para regir los destinos de la denominada Castilla de Oro.
En el nivel paratextual, la trama inicia desde el título: La cabeza de Balboa, el cual lleva al lector a imaginarse, desde ese instante, dónde y por qué el llamado Adelantado perdió su cabeza, temática que aún es enigmática; no obstante, durante los diálogos se intuye o percibe el porqué de este suceso.
Además del título, hay otros aspectos que coadyuvan a comprender la obra, dada la distancia temporal y geográfica de los sucesos, porque desde entonces los cambios han sido profundos.
En primer lugar, es comprensible el motivo por el cual el narrador comienza esta con algunos mapas, ya que ubican al lector en el cronotopo, es decir, el lugar (espacio) y tiempo donde se desarrollará la trama, dado que la geografía de la época era ignota para los europeos, por ende, muchos sitios y nombres han cambiado o desaparecido.
El primero de ellos es el Nuevo Mundo, mapa actual, ubicación espacial; y el segundo, se enmarca en la ruta seguida por Vasco Núñez hacia el avistamiento -descubrimiento de la Mar del Sur en 1513. En este, se señalan los nombres de los diferentes territorios, algunos de creación efímera, como Acla. Estos sitios eran conocidos con el nombre de los caciques, protagonistas de la novela.
Continúa con Dramatis personae, una breve biografía de los distintos personajes históricos que aparecen en la obra. Esto coadyuva a conocer quiénes eran y cómo fue su participación en la trama.
Luego el Prólogo, donde el autor explica lo sucedido: “cuando empecé a imaginar esta novela histórica fue preciso enfrentar algunas dificultades que sugieren la conveniencia de palabras liminares. Me refiero, fundamentalmente, a la búsqueda de la veracidad de lo sucedido en aquellos días, remotos y brumosos…” (Prólogo). Esta explicación era importante, porque durante ese lapso las cronistas-narradores eran protagonistas de las cartas, memorias, remitidas a la Corona, donde daban a conocer sus hazañas en este lugar ignoto, con seres humanos diferentes a los conocidos, así como la flora, fauna, la alimentación, entre otros.
Seguidamente, ubica cuáles fueron las fuentes utilizadas para su desarrollo y destaca a cronistas de Indias como Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, Fray Bartolomé de las Casas, Pascual de Andagoya y, naturalmente, a Pedro Martír de Anglería, “ un docto sacerdote y humanista italiano, fue el primer cronista en publicar sus memorias de Indias, a las que tituló Décadas del Nuevo Mundo…(por ende) no era extraño que escogiera a Mártir de Anglería para narrar los acontecimientos que se recogen en esta novela histórica…” (Prólogo). No obstante, también se nutrió con los acuciosos estudios de José Toribio Medina, Carmen Mena García, entre otros.
La novela consta de (12) doce capítulos o apartados y un epílogo donde sabemos qué les sucedió a los protagonistas después de los sucesos narrados.
De igual manera, llama la atención el epígrafe, el cual se refiere al momento en que Balboa se encuentra en el Mar del Sur:
“Y Vasco Núñez de Balboa lo contempla extasiado y conmovido, lleno de orgullo y satisfacción, consciente de la gloria de conseguir, por ser sus ojos los del primer europeo que ha descubierto el infinito azul de aquel mar.
Durante largo rato, estáticamente, mira Balboa la lejanía… Stefan Sweig, Momentos estelares de la humanidad.
Y, si lo analizamos con detenimiento, percibimos la alegría de Vasco Núñez, con una mirada promisoria, de un futuro pleno de gloria, después de esa indescriptible hazaña, sin sospechar que pronto todo cambiaría y perdería hasta su cabeza.
La técnica narrativa es el ameno diálogo entre el Papa León X y Pedro Mártir, en Roma. En estos encuentros, ambos dilucidan sobre los momentos históricos, no solo de los acaecidos durante el siglo XVI, sino sobre el presente y hasta el futuro, algunas con seriedad y otras con sarcasmo e ironía.
Cabe señalar que Pedro Mártir de Anglería no estuvo en el Istmo, era llamado cronista de oídas. Él invitaba a los españoles que regresaban de América para conocer todo lo referente a las peripecias vividas en este ignoto lugar. Estos hombres fueron actores-protagonistas importantes de los sucesos acaecidos durante ese lapso, por eso señala: “Yo no soy más que un cronista que he recogido mis historias de otros que sí la han vivido…”
A través de estas conversaciones, el lector recrea cómo era el Istmo en el siglo XVI, conoce a personajes históricos, tanto españoles como los caciques indígenas, lo cual le permite al lector neófito, conocer qué sucedió durante ese lapso.
El apartado uno inicia con la ubicación del cronotopo: “era el viernes 26 de noviembre de 1520, con las últimas luces del atardecer…Médecis…” pero ¿por qué Roma?, porque -en esos momentos – se vive el Renacimiento, además, es la residencia del Pontífice. Asimismo, sirve para contrapesar ambos mundos: “Se trata de un contraste brutal entre lo que nosotros estamos viviendo en Europa y lo que ahora sabemos que ocurre en otras regiones del planeta…más allá del Mediterráneo…Pero lo que descubrió Colón en el Nuevo Mundo marca un antes y un después…”
¿Por qué el Papa?, porque la trama sobre la decapitación de Balboa se relaciona con las epístolas que Pedro Mártir de Anglería le remitía al Papa León X, y forman parte de las Décadas del Nuevo Mundo, base para la estructura de la novela, por ende, la intertextualidad es evidente.
A medida que se avanza en la lectura, se percibe la historia de las dos primeras décadas del siglo XVI, en la denominada Santa María la Antigua del Darién, 1510, primera ciudad en Tierra Firme americana, donde se trata sobre quiénes eran y de dónde provenían tanto Balboa como Pedrarias, personajes principales de la historia.
Todos los días el Pontífice separaba un espacio para intercambiar pareceres sobre los hechos acaecidos en torno a Balboa, eran momentos de indescriptible emoción, porque él estaba ansioso por conocer lo sucedido con este enigmático personaje, querido por unos y odiados por otros.
Por la obra desfilan personajes históricos que incidieron en los sucesos acaecidos en el Nuevo Mundo, años después del arribo de Colón a la Comarca de Veragua. Describe cómo don Rodrigo de Bastidas fue el primero en navegar por estos lados del Caribe y Juan de la Cosa, famoso cartógrafo, quien murió por una flecha envenenada. Asimismo, sobre las designaciones de Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa, gobernadores de la segmentada Comarca de Veragua, la cual iba desde el Cabo Gracias a Dios en Honduras hasta el Golfo de Urabá, límite de Darién con Colombia. Historia digna de contar, pues, ambos personajes no disfrutaron de sus derechos.
Para el Pontífice, la suerte de Balboa y Nicuesa era similar y con sarcasmo acota: “Creo oportuno referir a Vuestra Santidad algunas consideraciones sobre este Nicuesa, uno de los más infortunados conquistadores… -Exceptuando a Balboa -comentó el Papa, con cierta ironía…”
Balboa perseguido por sus acreedores intentó unirse a la expedición de Ojeda, al conocer sobre su designación, pero estos se lo impidieron, así que esperó el momento adecuado para escapar.
La suerte no lo acompañaba en Santo Domingo, por ende, decidió embarcarse como polizonte, escondido en un barril, en la expedición del bachiller Martín Fernández de Enciso, ayudado por Bartolomé de Hurtado, su “entrañable amigo”.
La nave de Enciso encalló y Balboa, quien fue descubierto, de manera muy hábil lo convenció de que él podría ser un valioso apoyo, ya que conocía el área, puesto que él había estado con Bastidas en su viaje por el Istmo.
Balboa se va ganando la confianza de sus compañeros, va asentando confianza y relación con los diferentes caciques, de quienes escuchó que había “un gran mar que se hallaba al sur de la tierra y allende las montañas…le contaba de otras tribus muy poderosas y que moraban en las orillas distantes de ese otro mar…” Así, vamos adentrándonos en la historia de lo sucedido antes y después del descubrimiento y decapitación de Balboa.
El Papa no solo escuchaba a Pedro Mártir, sino que ambos analizaban las cartas enviadas por Balboa a los Reyes: “Veo que Vuestra Santidad ha estudiado el documento con profundidad… Me impactó tanto que aquí la traigo transcrita. “No tengo mejor cosa que mi cabeza que pongo en prenda… Además, no sería el rey quien le cortaría la cabeza…” Con esta frase irónica, el Adelantado sellaba su compromiso y deber de vasallo leal al Rey; no obstante, esta no le bastó para conservar su cabeza.
A lo largo de la narración, también se describe sobre la fauna, sobre las peripecias de los españoles para sobrevivir no solo por el clima, las flechas envenenadas, sino también por el hambre.
Se señala cómo La Guardia se convirtió en Santa María la Antigua del Darién, cómo se construyó la primera capilla, cómo se dio el primer cabildo abierto, la primera elección popular o cómo lo señaló de manera sarcástica el Papa: “el primer poder político de América…” y con ironía dice: “Debo aseguraros, sin embargo, que la política había surgido en el Nuevo Mundo desde el momento mismo del descubrimiento…”
Cabe señalar que no es solo lo acaecido con la decapitación de Balboa, sino que también describe la historia de nuestro Istmo, cómo ha sido y cómo es un punto importante en todo el descubrimiento y conquista española en América.
La lectura de esta obra nos permite conocer sobre la llegada de Vasco Núñez, sus encuentros y desencuentros con los aborígenes, sobre las peripecias para llegar a la otra mar, sobre el arribo de Pedrarias y sus capitanes, sobre la suerte de algunos conquistadores, sobre el juicio al Adelantado, sobre las estratagemas del nuevo Gobernador para acabar con Balboa y con Santa María la Antigua del Darién, sobre la fundación de la ciudad de Panamá, entre otras temáticas.
Un detalle que no se debe soslayar es la dicotomía temporal ya que, durante este mismo lapso o periodo, en Europa se vive el Renacimiento, el renacer de las letras y el arte; mientras que en América se vive una situación ignota e impredecible, donde las crónicas tienden a parecerse a los cantares de gesta.
En Roma, también viven importantes sucesos. En el ambiente eclesiástico, se conoce el porqué de la excomunión de Martín Lutero; además, sobre el desarrollo del arte y la cultura. La ciudad de Roma cambiaba y la construcción de la Capilla Sixtina era otro de los escenarios, por lo que era natural sus encuentros con Miguel Ángel y la explicación del Papa sobre su ingenio para pintar sus obras maestras.
Artistas, pintores, músicos van apareciendo de manera esporádica donde también son protagonistas del gran suceso: el Renacimiento, el renacer de las artes, cultura, arquitectura que Anglería desearía que se desarrollara también en España.
El Papa León X era conocido por su pasión por las artes, en su papado se inició la construcción de la Capilla Sixtina, la Casa de San Pedro, de ahí que el narrador se encontrara con este genio de la pintura: “Los frescos de la pared del fondo del altar de la Capilla Sixtina fueron pintadas en 1538 por Miguel Ángel, quien también diseñó el plano final de la Basílica de San Pedro, que después de tardar cien años en construirse, es hoy una de las joyas más emblemáticas del catolicismo…”
En esta novela, hallamos justicias, injusticias, avaricia, codicia, poder, miedo, hambre, peligro, genocidio, traición, corrupción, lealtad, algunas de las características que se desprenden de esta lectura y queda una pregunta obligada ¿aprendimos algo a lo largo de estos siglos?
Miles de muertes de ambos lados: conquistadores y conquistados, aunque la peor parte la llevaron nuestros indígenas, quienes pasaron de ser dueños de la tierra a esclavos de ella, donde la miseria y la pobreza son su sino, las cuales no han variado mucho después de tantos siglos.
Estos sucesos forman parte de nuestro ser, nuestra imagen, desde inicios conocidos por los escritos de los conquistadores quienes, narraban-describían por diferentes razones lo sucedido en esta tierra ignota – misteriosa
En esta obra, historia y ficción, elementos complejos, se fusionan, donde no se puede descuidar la parte histórica-documental; pero, tampoco, se puede abusar de la erudición, debido a que el lector puede sentirla como una historia novelada. Es por ello por lo que en La cabeza de Balboa no se percibe una distorsión histórica ya que esta descansa en escritos de cronistas que sí estuvieron y escribieron sus apreciaciones sobre el Istmo, de ahí la constante intertextualidad, a lo largo de esta.
Hay muchos vacíos en lo que respecta a la decapitación de Balboa, muchas interrogantes del porqué él fue sentenciado por su suegro, del porqué esa pena capital, ya que había sido un fiel servidor de la Corona, incluso el narrador lo alude en el epílogo e indica que este omitió estos detalles en sus Décadas del Nuevo Mundo: “Pedro Mártir de Anglería falleció en Granada, en octubre de 1526. Hasta donde he logrado investigar, Pedro Mártir nunca incluyó en sus Décadas la decapitación de Balboa…” disquisiciones, opiniones o valoraciones que llevan al lector a deducir que son las propias del narrador sobre estos acontecimientos.