• 29/06/2021 00:00

A la ministra de Educación, Prof.ª Maruja Gorday de Villalobos

“El Ministerio de Educación tiene contemplados […] los fines y principios de la educación y el papel que debe cumplir cada uno de sus integrantes. Que se respete la Ley, y se haga justicia a la maestra Jovana de García”

El 18 de junio de 2021, muere la maestra Jovana de García, del Centro Educativo Guillermo Andreve, ubicado en el distrito de Arraiján. La maestra García estaba afiliada a nuestra organización, Asociación de Educadores Democráticos de Panamá (Aedpa), hoy Sindicato de Educadores Democráticos de Panamá (Siedpa).

La maestra García fue citada por la directora, Griselda Cáceres, a una reunión en el centro educativo. Al llegar al mismo, estaban padres y madres de familia y la directora Cáceres. Desconocemos lo sucedido en la reunión. Sin embargo, la maestra logra llamar a su sobrina, quien, al llegar a la escuela, la encuentra recostada sobre un pupitre, respirando con dificultad, al preguntarle a la directora y subdirectora qué le había sucedido, la respuesta de la Dirección de la Escuela es “tu tía se altera por todo” y que tenía un ataque de ansiedad. Fue la sobrina quien llevó a la maestra a la policlínica de Arraiján, la maestra muere en los brazos de su sobrina.

La muerte de la compañera Jovana es lamentable y que se dé en las circunstancias que hemos planteado, no es justo ni humano que en un centro educativo una compañera pierda la vida de esta forma, no la llevaron al médico, no le brindaron el apoyo requerido.

Siempre hemos demandado que quienes concursen para directores regionales, supervisores y directores de centros educativos deben tener un perfil humano, una ejecutoria que corresponda a la labor que van a desarrollar. Si bien son importantes los títulos académicos, de igual importancia es un perfil con las características antes indicadas. Esta no es la primera vez que una compañera o compañero muere o sufre alguna enfermedad por la manera como se abordan los problemas en los centros educativos.

Existen muchas quejas y denuncias de parte de los docentes, administrativos e incluso estudiantes que no han sido atendidos por parte de los directivos en diferentes situaciones, sobre todo relacionadas al respeto humano que debe darse.

La conducta profesional y el respeto a la ética que debe observar todo educador, desde la ministra, directores regionales, supervisores a docentes de los distintos niveles de educación, deben estar enmarcados en lo que nos dicen el Código de Ética y el Decreto 100 del 14 de febrero 1957. La falta de ética y respeto, en todas las vías, son causales de la mayoría de los conflictos y discordias en los centros educativos que, de no observarse y tomar medidas a tiempo, desembocan en situaciones que ya estamos lamentando. Es deber de las autoridades educativas con mando y jurisdicción tomar las medidas que garanticen la convivencia laboral, educativa y de sus funciones.

El Decreto 100 establece las funciones de la Dirección General de Educación, los supervisores, inspectores, directores, profesores y maestros, este decreto mandata que “todo director debe conseguir, por medios edificantes, el cumplimiento de los deberes de todo docente bajo su responsabilidad”, por lo que causar cualquier tipo de disgusto, es actuar contrario a las leyes y normativas que rigen las actuaciones de un educador, en este caso.

La normativa, en casos como el antes señalado, requiere de la separación de los directivos del Centro Educativo Guillermo Andreve, hasta tanto duren las investigaciones, tomando en cuenta todos los procedimientos de rigor para llegar a la verdad de los hechos; y si, producto de la investigación, se comprobare que hay responsabilidad de los directivos, al provocar disgustos personales graves a la docente Jovana de García, además de no prestar asistencia a la situación de salud que a la misma pudo haberse provocado y que posteriormente le causó la muerte, sin lugar a duda, el Ministerio de Educación, dirigido por la Sra. Ministra, debe aplicar las normas concernientes a este tipo de situaciones tan graves, como la pérdida de la vida de una compañera.

Hemos sido receptoras de quejas, que nos han presentado las y los docentes, sobre que no se puede continuar sin hacerle frente a estas situaciones, mucho más cuando, además de la alteración del sistema nervioso de muchos compañeros, hoy pierden la vida compañeras y compañeros por la poca comprensión del rol que debe jugar un directivo.

El Ministerio de Educación tiene contemplados -en los decretos, resoluciones, el Código de Ética y en la Ley- los fines y principios de la educación y el papel que debe cumplir cada uno de sus integrantes. Que se respete la Ley, y se haga justicia a la maestra Jovana de García.

Secretaria general de la Central General Autónoma de Trabajadores de Panamá (CGTP).
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