La verdad no quería escribir, porque estoy sumamente decepcionado al igual de miles de panameños, de la forma como se viene desenvolviendo los acontecimientos en nuestro país.

Lo primero que deben entender las familiotas y millonarios que nos desgobiernan, es que desde 1968 las cosas cambiaron radicalmente, con la apertura de la educación básica, superior y universitaria a todo aquellos con capacidad, el aumento de conocimientos y por ende de discernimiento, de la población “no” privilegiada, ha tenido un incremento mantenido y constante.

Lo que quiero decir, es que hoy día las personas saben más, lo que implica que el tiempo de los “brutos” ya pasó; puede que no tengamos dinero, pero sí tenemos mente, ideas y pensamientos. Aunque algunos seudofuncionarios nombrados por parientes o de a dedo, insistan en descalificar a los profesionales panameños.

La cantidad de información, cierta o falsa, que está recibiendo nuestra población, por los distintos medios de comunicación, es asombrosa, de hecho, es de tal magnitud, que en ocasiones resulta difícil de digerir; sin embargo, mantienen a la mayoría de las personas informadas sobre los distintos acontecimientos.

Por lo antes expuesto, no podemos aceptar, bajo ningún concepto, que nos traten de confundir nuestras vidas a través de la “Kukomanía”. O sea, esas noticias que nos envían todos los días que debemos aceptar, con predicciones apocalípticas, si por alguna razón, los panameños no decidimos a favor de distintas propuestas; las cuales, en la gran mayoría de los casos, cuentan con “padrinos” poderosos que nunca dan la cara, que las promueven, para su propio beneficio, sin importarles para nada con nuestro país y las personas que vivimos en él.

Que si El Niño, que si La Niña, cuando hablamos del problema del agua y junto con ese Kuko, el del calentamiento global con el cual nos cocinamos o nos ahogamos. Que si la bancarrota, reducción del monto de las jubilaciones actuales, colapso del sistema si no se toma la decisión para ayer.

Sin embargo, como tienen su norte preestablecido, las múltiples propuestas que se han presentado para beneficiarnos a todos y no al grupito de siempre, se van por la cañería, ya que a ellos simplemente no les importa. Como por ejemplo ajustarle los pantalones a: los consulados, las notarías, los envíos de dinero al exterior, los industriales mala paga, deudores y ladrones de millones.

El incremento del precio del combustible en Panamá está ligado al Kuko de las guerras. El de la electricidad a la naturaleza; si llueve mucho es malo y si no peor, sin embargo, continúan haciéndonos el favor de continuar lucrando descaradamente de los bolsillos de todos los panameños, aunque no pierden ni pies ni pisada para aumentarnos los costos, aun cuanto reciben de los desgobiernos, que no se han atrevido a ponerles un alto a su abuso, en el encarecimiento de un pésimo servicio, subsidios millonarios.

Señores dedíquense a gobernar, sin amenazar sin insultar, recuérdense que hoy día hay muchas personas que están intelectualmente muy por encima de ustedes, aunque no tengan dinero; pero que, sí tienen alma, no sea que por tanto apretar volvamos a vivir incidentes como los de noviembre del año pasado. Piénselo bien y verán, que, para continuar haciendo negociados, no se puede ganar todas. Debemos entender que lo que necesitamos en Panamá, para hacer frente a nuestros problemas no son las personas que amenacen o desacreditan, sino aquellas que nos den soluciones reales y beneficiosas para la mayoría.

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