• 12/08/2022 00:00

La Mesa Única del Diálogo: La soberanía popular

En julio pasado el pueblo panameño libró una extraordinaria batalla y logró ser escuchado, pero además con respuestas concretas

Los días de julio donde se iniciaron los sucesos de la huelga nacional y que finalmente desembocaron en la Mesa Única del Diálogo, constituyen hechos aleccionadores, pero igualmente un proceso de madurez de la conciencia cívica y social del ciudadano panameño para alcanzar cambios nacionales.

Ya no es sólo el derecho de participación ciudadana, sino ahora los sectores de gobierno y los grupos fácticos del poder deben empezar a entender que no se puede construir un país sin todos los actores sociales y políticos donde se genere una agenda de soluciones inmediatas y mediatas del desarrollo.

El gobierno trató de generar su propio escenario junto al sector privado, pero fueron los diversos sectores sindicalizados, docentes, maestros. Indígenas, transportistas y comunidades que encontraron un espacio accesible, transparente, descentralizado frente al rector de la administración pública, el Gobierno Nacional y facilitado por una Iglesia, que quiere ser voz de los sin voz.

Desacertadamente en algún momento, el gobierno y el defensor del Pueblo trataron de asegurar un espacio separando la unidad del movimiento social, y prácticamente la nueva expresión de la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado, estuvo a punto de ser cooptada por las melifluas acciones del Ejecutivo. Sin embargo, las bases respondieron y le dieron contenido a una dirección autónoma, unitaria, firme e incluyente, es decir, la unidad de la Alianza Pueblo Unida por la Vida y la Alianza Nacional de por los Derechos del Pueblo Organizado. Las condiciones estaban dadas y esa es otra lección aprendida.

Aparece entonces la conformación de una mesa única, tratando con ello de enviar una mensaje a la nación panameña: Aquí estamos, el movimiento social y popular, depositarios por las circunstancias de las demandas del pueblo en materia de combustible, canasta básica, medicamentos y educación exigiendo al Gobierno Nacional respuestas urgentes, firmes y satisfactorias a los intereses de una sociedad, que encontró en sus propias fuerzas la confianza para empinarse y reclamar con dignidad.

Haciendo memoria, ya el 26 de octubre de 2021 el Gobierno Nacional y el sector privado a través de CONEP, habían consensuadas 43 de un total de 51 propuestas) para la reactivación económica. El Gobierno Nacional junto al sector privado crearon una Comisión de alto nivel público-privado sin necesidad de convocar al resto de los mortales. Era su mesa de diálogo. Sus intereses estaban cubiertos. El gran ausente: El pueblo.

En el propio año 2021 se constituye el Pacto del Bicentenario “Cerrando Brechas” donde su documento final señala: “Ahora nos toca a los ciudadanos ejercer el control social de la gestión del Ejecutivo, aprovechando los espacios democráticos para exigir las transformaciones profundas en la forma de producir, distribuir, consumir y vivir en nuestra sociedad”. Una frase con un contenido altamente significativo para los que tienen un compromiso con la historia de cambios. Sin embargo, otra Mesa de Diálogo, con una importante metodología comunicacional pero ausente de liderazgos sociales y populares, de acuerdos con períodos de ejecución por las partes y procesos de información accesible a todas las personas.

Mesas sin el protagonista del artículo segundo constitucional, encuentros centralizados, pactos de yo con yo, percepción de construir una agenda nacional sin los actores sociales y políticos de manera organizada. Al margen de esa realidad los problemas se fueron acumulando, palpitando en el caldero social hasta que se produjo el estallido.

Ahora todos queremos correr a la Mesa Única, con justa razón, pues sus mesas no tuvieron impacto a las necesidades de la población. Si no podemos entrar, hay que descalificar su naturaleza de Mesa Nacional. Alguien señaló: que se había planteado el tema del “modelo económico”. Hay que estar en “esa Mesa, sentenció otro, antes que cambien el modelo económico”... es una mesa política finalmente… corearon varios. Olvidaron que dentro de nuestro modelo de economía de mercado con equidad social se crearon reglas distorsionadoras, corruptas y prácticas monopólicas para asegurar la apropiación única de los beneficios y se olvidaron de la equidad social.

El pueblo libró una extraordinaria batalla y logró ser escuchado, pero además con respuestas concretas. Sabemos que las respuestas están enfrentadas a la capacidad de una estrategia económica donde el Estado deberá regular las distorsiones del mercado, impuesto por un sistema enfermo, corrupto y por la delincuencia organizada a todos los niveles. Por ello, se acerca la hora de generar, desde la experiencia de lucha de la Mesa Única del Diálogo, avanzar en la lucha contra las causas de la pobreza, enfrentar el proceso creciente de Estado fallido, los niveles inaceptables de la corrupción y trabajar en una verdadera asamblea constituyente originaria.

Si debilitamos esta importante victoria, tendremos pronto las viejas modalidades del diálogo: Las comisiones de notables, las comisiones de alto nivel y las políticas de los corruptos para comprar el espíritu. Es decir, volver a empezar…

Abogado, rep. del Centro de Asistencia Legal Popular
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