Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
Como quedamos, toda semejanza entre aquella actividad propagandística y la que tenemos en esta olla de grillos no es coincidencia. Aquí nadie puede tirar la primera piedra. JOSEPH GOEBBELS, ministro de Propaganda e íntimo amigo de ADOLF HITLER, está vigente en este retrete de ataques y defensas cotidianas, en los saturados mensajes, incomprensibles para esa mayoría de receptores que zarandean al son de mareadas banderas en espera de negociar el voto. Damos continuidad a los Once Principios que enarboló GOEBBELS, en su nefasto andamiaje publicitario, con el cual mantuvo vivo y esperanzado un régimen destinado a destruir. Ejemplarizaremos con los cinco principios pendientes y los ejemplos vivientes en esta campaña electoral, en donde se han dicho de todo.
Este séptimo principio de renovación, lo tenemos presente en esta lluvia de emisiones de lo mismo con nuevos argumentos, para no dar tiempo al adversario a responder adecuadamente. El público receptor vive interesado en las noticias sensacionales, aunque éstas sean mentiras. Mientras se acusa constantemente, se obliga al contrario a responder, lo que se dificulta si son mentiras. Hay una acusación internacional de lavado de dinero. La gran noticia, pero la contra es que dicha revelación sale de un lugar en que debe estar protegida como información sensible. El público no toma en cuenta si es un caso cerrado. Lo mismo ocurre con lo que pasa en Italia, pero en nada merma para nadie en la campaña nacional. Todos seguimos como si nada en este julepe.
Principio de la verosimilitud. Además del contenido tenemos las formas de expresarlo. Si soltamos un globo aerostático que transcurre con el mensaje. Como esto resulta una novedad, todos se apiñan para ver los mensajes. Con este principio se construyen argumentos de fuentes diversas, de modo que se fragmentan las informaciones no permite las interpretaciones dogmáticas, en apego a creencias estoicas, las racionalistas, si la razón humana es finita, o mitológicas, relacionados con eventos de épocas muy tempranas y desaparecidas para su comprobación ni siquiera histórica. Están los dos bandos afanados en demostrar avances y los otros retrocesos. Mejoraremos la salud, tendremos la cadena de frío sin la mercancía para enfriarla, a menos que se importe.
Principio de la silenciación. Simplemente que el candidato no asiste a los encuentros para medir las propuestas, para discutir los problemas nacionales, en especial los que no tienen respuestas o justificaciones. Con ello se acalla lo que no tiene argumento para la defensa. Si votas por nosotros abaratemos la canasta, pero mientras no lo hacen. Cuando gane mi gobierno, resolveremos el problema de seguridad. Entra en debate las manos fuertes, las manos amigas, la continuidad de proyectos. Los que no se ha resuelto no se menciona, porque favorece al adversario. Escondemos lo malo y publicamos lo bueno o lo inventamos. Los contrarios lo hacen a la inversa.
Principio de la transfusión. Más en cuatro que en cuarenta; y ahora más en cinco que en cincuenta. Se habla de todo lo que ha hecho el gobierno de turno, en relación con los gobiernos anteriores y la contra es la eliminación del control previo, las contrataciones directas, lo que impide el derecho de todos a participar en las licitaciones o los concursos de precios. La propaganda se basa en la incapacidad de los demás de ejecutar el presupuesto. La contra es la deuda externa, lo impagable de los proyectos llave en mano. Los opuestos al gobierno denuncian más escándalos, corrupción, impunidad, inseguridad.
Principio de la unanimidad. Con este principio se puede convencer a mucha gente de que piensa como todo el mundo y de ese modo se crea una falsa idea de la unanimidad. Todos debemos disfrutar del nuevo sistema de transporte, a un costo sobre varios miles de millones y cuyo pasaje que será subsidiado lo disfrutan noveleros usuarios a partir de la línea uno del tren que transcurre de San Miguelito hasta el arribo de trasporte. Se beneficiará una sección de los residentes de San Miguelito y parcialmente los que tomen el tranvía en tramos cortos. Los primeros tres meses gratis. Todos debemos estar felices por ello y en espera de la línea dos y tres. Los otros dicen que falta agua, eliminar las letrinas, abaratar la canasta básica familiar y la cadena de frío que no tiene qué enfriar. Que Dios ayude.
ABOGADO