• 18/09/2023 00:00

Matrimonios y uniones

El matrimonio implica aspectos religiosos, legales y sociales, en la formalidad de una pareja. Separar estos aspectos, es como tratar de separar el origen de los planetas con el sol

El concepto matrimonio hoy día es un concepto que tiene cierta controversia con los grupos LGTB. Ellos afirman “que son discriminados” al no reconocerles una relación bajo el concepto de “matrimonio” entre personas del mismo sexo y reclaman un derecho no reconocido.

Si bien es cierto, los grupos llamados LGTB y que algunos lo asocian a diversos enfoques con relación a distintas variedades de “géneros” que son novedosos, pero en nuestra opinión, no tiene sentido crear divisiones, cuando solo existen dos géneros.

Entre esos enfoques utilizan la orientación binario, no binario y otros. No entiendo tantos conceptos que, al final, se resumen exclusivamente en hombre y mujer o masculino y femenino, de acuerdo a los órganos sexuales con que vienen las nuevas criaturas al mundo. Aclaro que esta aseveración no guarda relación con las uniones de estos grupos, ni es el propósito de nuestro escrito ese tema, pero existe alguna relación.

La forma de explicar nuestro punto es buscar el concepto etimológico de Matrimonio, que se originó hace siglos en la antigua Roma y posteriormente fue adoptado por los cristianos. El matrimonio implica aspectos religiosos, legales y sociales, en la formalidad de una pareja. Separar estos aspectos, es como tratar de separar el origen de los planetas con el sol.

El matrimonio inició con la formalidad de las parejas heterosexuales y los hijos. Los llamados grupos LGTB niegan o rechazan el enfoque religioso en la unión de las parejas, pero igualmente implica también lo legal y social. No reconocerlo sería como separar los idiomas con los acentos, por dar un ejemplo. Es una historia relacionada con las sociedades y la civilización de los grupos humanos. La fauna no tiene matrimonios, pero existen especies que se unen toda la vida como pareja y no se casan.

Entre los argumentos que usan para justificar el concepto matrimonio entre parejas del mismo sexo, según sus propias declaraciones, afirman que se complican los trámites bancarios, herencias y otros temas relacionados, que todos sabemos, sin ser juristas, pueden solucionarlo con testamentos u otros trámites similares. Entonces, cómo hacen las parejas heterosexuales que no se casan y por cierto, han disminuido en el mundo entero, las bodas. Por eso, no entendemos esas justificaciones.

Los grupos LGTB están tratando de modificar el concepto matrimonio para formalizar sus uniones, pero usando el apellido de “matrimonio” sin considerar que su definición proviene de la maternidad.

Si conocen los orígenes del término matrimonio, entonces, ¿porque forzar el término matrimonio a relaciones del mismo sexo? ¿Puede las parejas homosexuales procrear hijos? Todos sabemos la respuesta. Las parejas del mismo sexo que quieran formalizar sus uniones, pueden adquirir los mismos derechos de un matrimonio heterosexual, denominado con el concepto de uniones igualitarias, sin expropiar el concepto matrimonio.

Las protestas que realizan por los medios para reclamar como una violación a unirse no está contemplado, ni siquiera en la constitución de nuestro país y por eso el fallo de la Corte suprema en derecho, de negar el concepto de matrimonio de parejas homosexuales.

Lo percibo como un intento de forzar o cambiar el concepto de matrimonio, sin cumplir el concepto original y que lo han llevado a la Corte suprema de justicia, manifestando que quienes nos oponemos al uso expropiado estamos retrasados en el tiempo y otros epítetos que usan para denigrar nuestra postura, pero en ningún momento viola sus derechos a formalizarse como parejas, ni lo rechazamos. Solo negamos a que utilicen un concepto que no es propio de esa clase de relación y ustedes bien pueden formalizar sus relaciones de pareja. Otro tema derivado que llevan en una agenda oculta, es la adopción de niños y eso es otro tema bien complejo, aunque lo nieguen. Si bien está permitido en otros países, también existen hechos contrarios y justificarlo con que las parejas heterosexuales también abusan, lo cual no es falso, no configura una relación óptima de familia. Se trastoca y tiene implicaciones fuera de los parámetros que construyen a un individuo de forma sana.

Que los grupos LGTB han sido víctimas de discriminación y odio, es cierto, pero el tiempo ha subsanado en parte la discriminación, pero afirmar que esto es violar sus derechos y considerarlo como “odio” no nos parece objetivo.

Las encuestas recién publicadas, que dan un alto porcentaje a favor de las uniones igualitarias, contradice el rechazo de las manifestaciones en las calles al concepto de matrimonio y no creo que reflejan las opiniones de los panameños, pero deberían presentar la muestra que usaron, para saber si cumplieron la metodología, ya que no nos parece objetivo.

Finalizo mi escrito, sin tratar de incomodar a los creyentes de este concepto, pero nos parece necesario y obligatorio, dejar claro estos puntos y no existe motivo alguno de odio y respetamos sus posiciones como seres humanos y personas que son parte de la sociedad, solo no compartimos un concepto que no describe correctamente las uniones igualitarias y bien pueden usar para la formalidad de las parejas, sin deterioro de sus derechos.

Psicólogo
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