• 01/06/2024 23:00

Los alimentos procesados son peor de lo que creíamos

Sabemos desde hace décadas que los alimentos procesados son menos nutritivos y están asociados con mayores tasas de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, entre varios otros problemas de salud. Sin embargo, hay estudios que demuestran que son peores de lo que sospechábamos.

La correlación entre los alimentos procesados y las tasas de cáncer es alarmante. Por cada porcentaje de aumento en el consumo de alimentos procesados, los estudios encuentran el mismo aumento en las tasas de cánceres. Es decir, aumentar el consumo de alimentos procesados en un 10% genera un 10% en el riesgo de desarrollar cáncer. Incluso, la tasa para algunos cánceres como el de mamas es mayor.

Los investigadores atribuyen esto a los aditivos artificiales que se agregan a los alimentos procesados para darles una apariencia más atractiva, prolongar su vida útil, realzar sus sabores o disfrazar productos de mala calidad. Los agentes aromatizantes, colorantes, emulsionantes, humectantes, edulcorantes sin azúcar y otros aditivos cosméticos, a menudo se agregan a estos productos para imitar las propiedades sensoriales de los alimentos sin procesar o para disfrazar las cualidades indeseables del producto final.

Entre los muchos aditivos no naturales en nuestros alimentos se encuentran almidones modificados, nitritos, aceites hidrogenados y proteínas sintéticas. Los almidones modificados se derivan del arroz, el maíz, las papas o el trigo, y se modifican químicamente para que sean más resistentes a la temperatura, creen una textura más agradable y sean más fáciles de emulsionar. Los nitritos se usan en lugar de la sal como conservante, especialmente con carnes enlatadas y muy procesadas como las salchichas. Bajo condiciones particulares, los nitritos pueden transformarse en nitrosaminas cancerígenas. Los aceites hidrogenados, principalmente los trans, extienden la vida útil a los alimentos procesados, pero están relacionados con el fuerte aumento de las enfermedades cardíacas en las últimas décadas. Y las proteínas sintéticas son suplementos dietéticos que se derivan de plantas y productos animales, pero se ha descubierto que contienen metales pesados (plomo, arsénico, cadmio y mercurio), bisfenol-A (BPA, que se usa para fabricar plástico), pesticidas u otros contaminantes relacionados con el cáncer y otras condiciones de salud.

Hay estudios que revelan que cuantos más alimentos procesados comen los participantes, más deprimidos están. Es decir, existe una relación directa entre alimentos procesados y síntomas de depresión. Además, parte del hallazgo es que los que más consumen alimentos procesados son personas jóvenes, con altas de obesidad, con ingresos más bajos, y con déficit en una cantidad importante de micronutrientes como betacaroteno, vitamina C, ácido fólico, vitamina B12, magnesio y ácidos grasos omega 3.

Los expertos han sugerido tres posibles razones por las que los alimentos procesados podrían conducir a la depresión. Primero, los alimentos procesados tienen más calorías y menos vitaminas. Esto puede conducir a la obesidad, un estilo de vida más sedentario, una gran cantidad de problemas de salud y deficiencias vitamínicas, todo lo cual ya se ha relacionado con la depresión. Segundo, los alimentos procesados tienen muchos más aditivos no naturales que podrían cambiar el funcionamiento de nuestro cuerpo. Y tercero, los alimentos procesados pueden cambiar nuestra flora intestinal, el complejo mundo de bacterias que habita en nuestros intestinos. Los investigadores creen que los aditivos no naturales, especialmente los emulsionantes, pueden cambiar el delicado equilibrio entre los cientos de diferentes tipos de bacterias. Múltiples estudios ya han demostrado que su flora intestinal tiene una influencia significativa sobre la digestión de los alimentos y la absorción de nutrientes, lo que puede afectar el estrés, la ansiedad, la depresión y la cognición.

Otro estudio encontró que un incremento absoluto de 10% de alimentos procesados en la dieta se asoció con un 15% de aumento en las tasas de enfermedades cardiovasculares, coronarias y cerebrovasculares en general. Los expertos creen que esto se debe a que los alimentos procesados generalmente provocan un aumento en el nivel de azúcar en la sangre, lo que puede dañar el tejido cardíaco, los vasos sanguíneos e incluso las terminaciones nerviosas que controlan el corazón. También señalaron las grandes cantidades de sal, grasa y azúcar que contienen los alimentos procesados, así como la falta de fibra.

Al analizar estos estudios, es evidente que los alimentos procesados causan muchos más problemas de salud de los que sospechábamos. Desafortunadamente, más del 60% de la dieta panameña consiste en alimentos procesados y este número aumenta cada año. Tal vez esto explique por qué las tasas de cáncer, las tasas de depresión y las tasas de enfermedades cardíacas también aumentan constantemente en nuestro país. Los datos no se ven mucho mejor para el resto de los países, lo que sugiere que este problema global empeorará antes de mejorar.

El autor es periodista
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