• 12/02/2025 00:00

Lo que subyace detrás de las pretensiones expansionistas de Trump

Las pretensiones expansionistas del expresidente número 47 de los Estados Unidos, Donald John Trump, contra Panamá, su canal y sus puertos estratégicos en el Atlántico y el Pacífico, no son simples ocurrencias ni fruto de la casualidad. Detrás de estas palabras cargadas de amenazas se esconde una realidad mucho más compleja y preocupante para Estados Unidos: la pérdida de su hegemonía tecnológica frente a China, un fenómeno que está redefiniendo el equilibrio de poder global.

En los últimos meses, China ha logrado avances significativos en el campo de la inteligencia artificial, lanzó dos productos que no solo han opacado, sino que han superado los esfuerzos multimillonarios de Estados Unidos por mantener su supremacía en la producción de microchips NVIDIA y tecnologías de inteligencia artificial.

El impacto fue tan devastador que, incluso, la bolsa de valores estadounidense se vio sacudida, y Silicon Valley, el epicentro de la innovación tecnológica mundial, permanece en estado de shock, principalmente por el lanzamiento del nuevo modelo chino de inteligencia artificial: “DeepSeek”.

Google, Microsoft, Adobe, Amazon, Intel, Meta y Tesla, entre otros emporios que durante décadas han sido símbolos del poderío tecnológico mundial, ahora enfrentan un panorama incierto. La competencia china no solo ha igualado la carrera, sino que en algunos aspectos la ha superado, dejando al descubierto las vulnerabilidades de un sistema que durante años se consideró invencible.

Atacar a un país, como el nuestro, no es más que un intento desesperado por desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrenta la primera potencia: la pérdida de su liderazgo tecnológico y económico.

Los ojos del mundo están puestos sobre Panamá. Observan de forma atenta las pretensiones expansionistas impulsadas hacia Panamá, Canadá y Groenlandia, las cuales dejan entrever el grado de frustración, desesperación y un gran temor, en muchos años, en la Casa Blanca.

Panamá ha demostrado que ha sido capaz de administrar mucho mejor el Canal, incluso construyó uno nuevo y más moderno con mayor capacidad de carga, que facilita el comercio mundial.

No es justo que después de haber logrado su plena soberanía gracias a panameños dignos, que el 9 de enero de 1964 ofrendaron el bien más preciado, sus vidas, ahora, a base de presión, mentiras y chantajes, se pretenda arrebatarnos por la fuerza nuestro Canal, la vía interoceánica que hemos puesto al servicio del mundo.

En conclusión, las amenazas contra Panamá demuestran la desesperación de un país que ve cómo su hegemonía tecnológica, económica, incluso armamentista, a través de la aplicación de la inteligencia artificial, ha obligado a EU a replantearse una estrategia incoherente, en contra de varias naciones que pudiera volverse contra ellos mismos y dar al traste con la hegemonía internacional.

En lugar de culpar a otros, Estados Unidos debe mirar hacia adentro y trabajar en soluciones reales para los desafíos que enfrentan. La era de las amenazas y las cortinas de humo han quedado atrás; el futuro exige innovación, cooperación y sobre todo, más solidaridad, equidad y empatía puestas al servicio del bien común y de la humanidad.

No es pasándole por encima a Estados pequeños, como se construye una nación poderosa. Ni a base de chantaje, extorsión, mentiras y falsedades puedes hacer más grande a tu país de lo que fue. ¡Entiéndalo bien, Mr. Donald John Trump!

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