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- 16/07/2012 02:00
¿Necesitamos un líder?
S e supone que las personas crecen cada día en su visión sobre muchas cosas, pero la realidad ha demostrado en los últimos años que esa premisa no es para nada cierto en lo referente a las prácticas politiqueras que se ejercen en nuestro medio; mucho menos en los que pretenden liderarnos o representarnos en las cosas públicas. Se aferran a las conductas más alevosas contra la sociedad. Los conceptos de liderazgo planteados en este escrito sirven ahora para alertar y educar a los electores sobre la campaña política que ya comenzó y las ofertas electoreras que comienzan a salir.
Desde hace algún tiempo el rol y el concepto de liderazgo en nuestro país entró en crisis y cada día parece afectarse más. Ha surgido un número considerable de personajes en la vida nacional, particularmente en el aspecto político, que se hacen llamar ‘líderes’. Sin embargo, lo que ha venido sucediendo en nuestra esfera social y política con respecto a muchos de ellos tiene que ver más con las oportunidades que el momento en particular les ha ofrecido. El clima social y, ante todo, el factor económico, les ha abierto espacios necesarios para insertarse en el escenario nacional ofreciéndose como salvadores de la Patria.
Una serie de eventos cuestionables han venido sucediendo en el grupo de gobierno que lleva las riendas de la Nación. Lo actuado en tres años va en contraposición y cuestiona la visión planteada en campaña por el equipo que hoy gobierna. Eso involucra a los que fueron aliados. La semana pasada el Partido Revolucionario Democrático realizó un saludable ejercicio interno que busca encaminar a su membresía hacia una propuesta unificada para el 2014. La labor no ha terminado y las amenazas aún persisten en el afán de resolver el problema de liderazgo aglutinador sobre una propuesta compartida. ¿Necesitamos un líder?
Peter Drucker, reconocido escritor e investigador social, teorizando sobre la cualidad del individuo, señalaba que: ‘El líder que básicamente se enfoca en él mismo va a engañar’. (‘The leader who basically focuses on himself or herself is going to mislead’). Dice Drucker: ‘Liderazgo es elevar la visión de un hombre a niveles más altos, es aumentar el desempeño de un hombre a estándares más importantes, es la formación de la personalidad de un hombre más allá de sus limitaciones normales’. Eso se logra, según Drucker mediante ‘estrictos principios de conducta y responsabilidad, altos estándares de desempeño y respeto por el individuo y su trabajo’.
Los indicadores culturales dan señales de que lo que ha sucedido en estos años es lo opuesto a los conceptos filosóficos de Drucker y otros pensadores. Y culturales nada más, porque el desarrollo y la conducta cultural determinan la ejecutoria social, política, ambiental, etc. del individuo.
En Panamá, lo primario y fundamental de muchos de los actores en el escenario nacional es cómo hacerse ricos; y los que se activan en el entablado político trabajan por hacerse del control de segmentos del pastel económico. Los problemas que experimentamos como sociedad y que se deben manejar como realidades que atentan decididamente contra nuestras posibilidades de desarrollo, no son examinados científicamente en un afán por ofrecer alternativas político-sociales y económicas para resolverlas. En vez, y a falta de visión, estamos expuestos todos los días al ‘matraqueo’ grosero, mundano y silvestre en todas partes para obtener ventaja y hacerse del poder.
La realidad atenta contra nuestro sueño de construir un país con ciudadanos interesados en trabajar por una visión más humana y entregada de compromiso con la sociedad. Eso no quiere decir que no los haya. Pero reconozco que los ejemplos a imitar, en el marco de poner en práctica las enseñanzas teóricas de muchos pensadores, no están a la vista.
El error que comentemos como sociedad: nuestra debilidad es la de buscar un individuo. Nos enfocamos en un hombre o una mujer en momentos en que los retos y las soluciones de los problemas que nos aquejan deben ser abordados desde otra perspectiva; no necesariamente política, sino social. Llamo la atención sobre las ofertas que comienzan a salir. Sobre los que ya existen y sobre las que vendrán. Hay que sospechar de todos porque todos utilizan las mismas herramientas de promoción. Todos articulan propuestas similares. Algunos se ven tan ensayados y falsos que da pena. Todos dicen preocuparse por nosotros. Eso ya lo vivimos.
Drucker fue claro en su juicio sobre el egocentrismo en el liderazgo. Nuestras culturas americanas se han inclinado en estos años a atizar esa conducta y —esa conducta a falta de un liderazgo comprometido— es la que nos conduce hoy por caminos difíciles de supervivencia. Sólo nos queda reclamar oportunidades del liderazgo temporal que ofrece la actual dinámica político-social en donde el tiempo es un restrictivo, los recursos son específicos y las probabilidades de forzar cambios dramáticos en las sociedades son limitadas.
En ese contexto, y para aquellos que se autoproclaman líderes y que pretenden dirigirnos como Nación, la formulación de una nueva visión de país y las estrategias para resolver los problemas se deben delinear en el marco de un conocimiento educado de la realidad y de un entendimiento de las verdaderas posibilidades de lograr las metas propuestas para alcanzar la visión de un mejor país. Eso es con el gobierno y con la oposición. Fuera de eso, todo lo demás es irresponsable y demagógico.
COMUNICADOR SOCIAL.