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- 29/12/2023 11:34
Las contradicciones ambientales del estilo de desarrollo
A las contradicciones económicas y sociales del estilo de desarrollo vigente en Panamá se deben agregar las que guardan relación con el ambiente. Vale la pena destacar, que ha sido una de las contradicciones en esta esfera la que sirvió de detonante a la crisis política generalizada que se observa en el país. Basta con algunos ejemplos para evidenciar el carácter ambientalmente no sostenible del estilo de desarrollo actual.
Si bien es cierto que Panamá fue un país significativamente superavitario en términos de la comparación entre hectáreas globales de biocapacidad y huella ecológica, lo cierto es que se trata de un hecho que ya se ha revertido.
De acuerdo a los datos de Ecological Foot Print en 1961 Panamá mostraba un superávit de 9.4 hectáreas de biocapacidad global por habitante (11,020,360 hectáreas en total). En el 2018, último año para el que existe medición, se observó un déficit de 0.4 hectáreas de biocapacidad por habitante (un total de 1,709,301 hectáreas).
Según datos de Cepal, estos muestran que solo entre 1990 y el 2020 el país perdió 5.3 puntos porcentuales de su área boscosa. Según esa misma fuente, las emisiones de CO2 anual de Panamá pasó de 890 millones de Tm en 1990 a 1,528 Tm en el 2019. Esto significa un incremento de 83.0%.
Las estadísticas de Ecological Footprint señalan, por su parte, que en 1990 el país contaba con 6,491,910 hectáreas de biocapacidad global de bosques, mientras que la cantidad de hectáreas para reabsorber el carbono generado en el país fue de 890.529. Se contaba, entonces con una capacidad de reabsorción 2.6 veces la necesaria. Esta situación se encontraba significativamente modificada en el 2018 (último año con estadísticas). En el mismo la cantidad de hectáreas disponibles se redujo a 5,855,206, mientras que las necesarias se incrementaron hasta 3,397,206, por lo que la relación disponibilidad – necesidad se redujo a 0.8 por ciento, esto es menos que la necesaria.
No menos ilustrativo de los impactos ambientales del actual estilo de desarrollo es la notable pérdida de manglares. De acuerdo a datos del Ministerio de Ambiente solo entre el 2010 y el 2020 en Panamá se habrían destruido 9,017 hectáreas de manglares. Esta misma fuente estima que en los últimos años, la expansión de la frontera agropecuaria, la construcción de infraestructura para el cultivo de camarones y el crecimiento de otras actividades, han llevado a la pérdida de la mitad de los bosques de manglares y humedales en el país.
Es importante señalar que tanto el capital transnacional, los organismos financieros internacionales, los gobiernos de turno, así como los sectores económicamente dominantes, han venido generando medidas para construir un estilo de desarrollo que sume al carácter transitista, un elemento extractivista. Dos elementos permiten establecer esto con claridad.
El intento destinado a convertir a Panamá en un país guiado hacia la minería metálica a cielo abierto, la que tuvo su momento más claro en la firma del Contrato Minero entre Minera Panamá y el Ejecutivo, el que finalmente fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, incluso luego de este fallo, así como de la aprobación de la Ley de Moratoria de la Minería a Cielo abierto, siguen existiendo sectores que, de manera ahora visiblemente, intentan restaurar la idea de un modelo de desarrollo minero – extractivista.
Menos conocida es la política encaminada a promover la pesca por arrastre, la cual es considerada como una actividad de alto impacto negativo sobre la calidad ambiental marina. Esto queda claro en la autorización recientemente otorgado por la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá para la explotación de este tipo de pesca, que se encuentra en la Resolución ADM/ARAP No 063 de 08 de septiembre de 2023. En esa misma dirección se encuentra el Decreto Ejecutivo No. 13 de 1 de noviembre de 2023.
Un elemento que complica todo lo anterior es la naturaleza del estilo de desarrollo de generar una tendencia hacia el consumismo indiscriminado. Este es en parte resultado de la presencia del efecto demostración, que resulta muy fuerte por el hecho del papel comercial internacional que juega nuestra economía. También es el resultado de la llamada obsolescencia programada, así como del bombardeo de la propaganda guiada hacia el consumo por estatus (consumo conspicuo), apoyado por la obsolescencia psicológica.
En base a lo anterior se puede señalar que el actual estilo de desarrollo de Panamá no solo genera contradicciones en el plano económico y en la esfera social, también lo hace en el ámbito ambiental, en el cual se destaca una creciente toma de conciencia por parte de la población, sobre todo entre la más joven. El hecho que este conjunto de contradicciones no logra resolverse en el plano de las tomas de decisiones políticas, ha lleva a que la ciudadanía tenga que expresar en las calles su oposición contra la actual estructura política viciada y corrupta existente en el país.
El autor es economista.