• 29/09/2024 23:00

‘Laptops’, libros, mediocridad y otras cosas...

En días pasados, leímos un comentario de la señora Ministra de Educación, a través de su cuenta “x” (antes Twiter) donde señalaba “No podemos pretender cambiar el sistema educativo si no cambiamos la forma de enseñar. Condenar a nuestros muchachos a 40 minutos de una clase y a la información que puede haber en un libro de 70 páginas es reducirlos a la mediocridad.”

Entiendo que esta referencia la hace en el contexto de la justificación por la compra de 379 mil laptops que serán distribuidas en el año lectivo 2025 y que, en lo personal, considero y aplaudo el hecho de querer innovar introduciendo elementos tecnológicos al aprendizaje y desarrollo del conocimiento de nuestros estudiantes.

Lo que sí nos hace ruido de la declaración de la ministra es querer minimizar la influencia en este aprendizaje de un tiempo prudente para escuchar una clase (40 minutos) y la utilización de una información que puede estar contenida en un libro.

Los que ya tenemos cierta edad, podemos recordar que nuestros estudios primarios y secundarios y aun los universitarios, lo hicimos con libros físicos. Resultado, la aportación al país de una gran cantidad de profesionales de diversa gama (médicos, abogados, ingenieros, contadores, maestros y profesores, etc.) todos con sus conocimientos han aportado al desarrollo y sostenimiento de este país. Desmeritar el gran valor que tiene un libro en el proceso de aprendizaje y depender única o mayoritariamente de la información que se encuentra en la Internet, no creo que sea el elemento principal para lograr una salida a la crisis educativa que tiene nuestro país.

El uso de la tecnología en el entorno educativo posee una gran ventaja: constituye una excelente herramienta de motivación hacia los estudiantes. Gracias a las múltiples opciones de interactividad que ofrecen los espacios digitales, el aprendizaje consigue ser más participativo.

No podemos pasar por alto que en pleno siglo XXI, en plena era digital, la tecnología se sitúa como el medio de comunicación y de relación por excelencia de nuestro cultivo más joven. De ahí que sea el principal soporte de buena parte de las propuestas metodológicas que se han ido desarrollando en los últimos tiempos: por ser lo que es, su utilización atrae y motiva al estudiante.

Se utiliza Internet para acceder a información sobre casi cualquier tema. Esta práctica, que los estudiantes llevan a cabo continuamente, se está generalizando en los centros educativos, lo que supone una interesante oportunidad para romper con las dinámicas habituales de las clases. Por supuesto, el uso de Internet debe hacerse con un espíritu crítico, no aceptando cualquier información sin comprobar y cuestionar su veracidad o utilidad.

Entre los recursos que el uso de Internet puede aportar a un proceso de enseñanza-aprendizaje, podemos citar los siguientes: - Permitir el acceso a millones de fuentes de información, lo que facilita que los estudiantes puedan investigar cuestiones por sí mismos, desarrollando competencias relacionadas con la búsqueda, selección, procesamiento, gestión y utilización de la información. - Facilitar a los estudiantes el acceso a ciertos recursos hasta ahora limitados a tareas relacionadas con la investigación o la empresa, como enciclopedias, bibliotecas, bases de datos de todo tipo, revistas especializadas, etc. Pero aunado a las ventaja o benevolencia que nos trae el uso de la Internet en nuestras escuelas, no debemos desconocer y ya se están viendo algunos de los peligros y desventajas que puede conllevar la tecnología en el entorno educativo y es importante afrontarlos y solucionarlos.

Algunas de las consecuencias negativas que los expertos están empezando a analizar con seriedad son: la pérdida de la privacidad, el incremento de la ansiedad y el aislamiento social, las dificultades con la escritura y la comprensión de textos, la dependencia tecnológica y el abuso de las nuevas tecnologías que crean una adicción y dependencia total de ellas. De esto se ha percatado el gobierno de Suecia, que en su momento fue el segundo país europeo líder en innovación, sin embargo, ha decidido revisar el avance de su plan de digitalización en centros educativos y fomentar el uso de los libros de texto tras ver los resultados de los informes de evaluación PIRLS 2021, que demostraba una disminución de la capacidad lectora de los estudiantes.

Lotta Edholm, la ministra de Educación sueca, ha indicado que, de acuerdo a estos resultados, había un riesgo de ver una generación que no se desarrollará adecuadamente y que debían enfocarse en habilidades básicas como leer, escribir y contar. Con esta decisión, el gobierno sueco prevé limitar (no eliminar) el uso de dispositivos digitales (laptops) en los colegios e introducir de nuevo los libros de texto como recurso necesario en el aprendizaje. https://www.newtral.es/por-que-suecia-digitalizacion-escuelas/20230606/; https://eldiariodelaeducacion.com/2023/05/26/suecia-rehara-su-estrategia-de-digitalizacion-en-infantil-y-primaria-para-basarla-en-evidencias-cientificas/.

Se requiere hacer un balance entre el aporte que puede dar la tecnología como el aporte que nos dan los libros físicos. Hay mucho material actualizado sobre las TICs que los encontramos en libros dedicados a la tecnología y la era digital.

Hay que encontrar ese equilibrio en nuestro día a día para que no interfiera en materia de emociones, en las capacidades intelectuales y el comportamiento social de nuestros estudiantes. Avancemos con la tecnología, pero que el algoritmo no le haga perder a nuestros estudiantes el ejercicio al pensamiento crítico y su capacidad como ser humano.

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