• 29/06/2024 23:00

La mujer en la diplomacia

[...] para junio 2024, de 193 Estados parte de las Naciones Unidas, solo 27 países cuentan con una mujer como jefa de Estado o de Gobierno [...]

El autor Richard Rohden, en su obra Esplendor y ocaso de la diplomacia clásica (1942), señalaba que “El rey, juez y sacerdote son formas de vida político-sociales, cuyas raíces se extienden hasta los comienzos de la Humanidad”, y es que, dentro de los espacios públicos tradicionalmente ocupados por los hombres, el arte de la diplomacia no se escapa, sin embargo, hoy se observa un mayor protagonismo de la mujer en su ejercicio, representación que debemos evitar sea únicamente simbólica.

En 2022, se aprobó la resolución A/RES/76/269 de la ONU que establece el 24 de junio para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en la Diplomacia, haciendo referencia al arte de la discreción, templanza, asertividad, cualidades que complementan una mayor responsabilidad, la defensa y promoción de los intereses nacionales, así la diplomacia procura resolver los asuntos del presente, respetando el pasado y considerando el futuro.

En este sentido, el papel de la mujer, grupo que representa la mitad de la población mundial y de los sectores más vulnerables ante situaciones de violencia, problemas sociales y escenarios de conflictos o guerras; se había invisibilizado por años, pues su presencia en espacios de toma de decisiones o mediación en las más altas esferas políticas y públicas era limitado, poniendo en duda su competencia en el manejo de asuntos coyuntura política delicada o de riesgos, al cuestionar su capacidad de gestionar una vida profesional y familiar, lo que se conoce como prejuicios de género.

En sí, el diplomático moderno se enfrenta a los nuevos y desafiantes retos que impone el cambiante escenario internacional, desde esta realidad, la mujer que participa dentro del sistema debe enfrentar los mismos sumado a los estereotipos que se le asociación a los liderazgos que ocupan estas áreas de características tradicionalmente masculinas entendidas como ambición, agresividad, determinación; percepciones que hoy están cambiando por un pensamiento enfocado en las capacidades intelectuales de la persona y las contribuciones del empoderamiento femenino, entendido como el proceso individual y colectivo capaz de garantizar una justicia social donde exista una mayor autonomía de las mujeres en la control y elección de sus decisiones de vida.

Actualmente, bajo datos de ONU Mujeres, para junio 2024, de 193 Estados parte de las Naciones Unidas, solo 27 países cuentan con una mujer como jefa de Estado o de Gobierno, de esto un 21 % ocupan ministeriales y solo un 15% como embajadoras. En Panamá, la dirección ministerial de la política exterior no contaba con una presencia femenina hasta el 2014, con la designación de la diplomática Isabel de Saint-Malo como Ministra de Relaciones Exteriores, siendo la primera mujer vicepresidenta y canciller en el país. Hoy día, su excelencia Janaina Tewaney, es la tercera mujer canciller de la República de Panamá con una cartera de trabajo profesional en el Servicio Exterior, resaltando la participación de 162 miembros de la carrera diplomática y consular, de los cuales 83 son mujeres. Lo que se traduce en un aumento positivo tanto de la participación como reconocimiento de la mujer en estos espacios.

Por lo tanto, la mujer diplomática tiene la tarea de ocupar espacios y de apropiarse de los mecanismos existentes desde una perspectiva que le permita comprender la importancia de abrir caminos a un avance en las políticas de equidad de género, que influya a su vez en un cambio de mentalidad respecto a valorar las capacidades y aportes de las mujeres en las más altas esfera públicas y no solo el de cumplir una cuota política femenina. Mujeres dispuestas a romper estereotipos.

La autora es diplomática de carrera
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