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- 15/04/2024 23:00
La elección de los diputados y el presidente de la República
A la elección del presidente de la República se le da mucha importancia y, por supuesto, es fundamental que sea alguien con valores, inteligencia, liderazgo, etc.
Sin embargo, aunque en Panamá se señala que el sistema es muy presidencialista, la realidad es que su autonomía es limitada porque está sujeto a ciertas restricciones y balances de poder. Entre ellas al balance del poder Legislativo.
Ahí entra la Asamblea como un poder nefasto en un sistema democrático cuando hay malos diputados.
Una Asamblea, por Constitución, tiene el poder para “paralizar” al poder Ejecutivo cuando intereses políticos, personales y privilegios son las motivaciones de los diputados.
Si los “diputados profesionales” gastan en campaña electoral más de lo que representa el salario total de cinco años en el cargo, y deben favores a quienes le financian, ¿qué podemos esperar?
Esos “diputados profesionales” que no están motivados por intereses patrióticos, se oponen al presidente, esto resulta en un estancamiento político y dificulta la implementación de las políticas propuestas por el presidente.
Lo peor, es lo que ha pasado en todos los gobiernos postinvasión, que la Asamblea de Diputados, fuerza a que se den negociaciones a cambio de votos o apoyo al Ejecutivo.
De esas “negociaciones” nacen estos compromisos que se convierte en complicidad entre dos poderes del Estado, Ejecutivo y Legislativo, y vienen todos estos privilegios como presupuestos abultados, corrupción, abusos, etc.
Si un presidente se para firme frente al poder Legislativo, el presidente cae en conflictos entre el poder Ejecutivo y Legislativo. En ese momento, si el presidente se convierte en un Bukele y se toma la Asamblea, todo el mundo le critica y acusa de dictador... y si el presidente no hace nada, y negocia, viene todo lo que estamos viviendo con una Asamblea que es el verdadero poder y hace desmanes.
Elegir buenos diputados depende de la oferta y siempre es un factor de suerte porque no sabemos quiénes son esos elegidos hasta que llegan al poder, pero por lo menos, si se llegara a impedir que regresen esos malos diputados conocidos, hay esperanzas de un mejor futuro.
Ser presidente es difícil por varias razones. Es muy diferente a ser empresario, por ejemplo. Ser presidente implica tomar decisiones que afectan a millones de personas. También, enfrenta desafíos complejos como la economía, la seguridad nacional (las migraciones ilegales, narcotráfico, delincuencia, etc.), la salud pública y la educación.
Además, los presidentes deben lidiar con presiones políticas (de sus partidos de alianza) y soportar críticas públicas constantes porque la política, la lucha por el poder siempre está ahí.
El presidente muchas veces debe equilibrar intereses contrapuestos. También tienen que enfrentarse a situaciones imprevistas y crisis inesperadas, todo mientras intentan cumplir con las expectativas de la población y dejar un legado.
¿Es la presidencia de la República un lugar soñado o calvario?
No solo se requiere conocimiento para ser presidente. Es una mezcla de madurez, experiencia, voluntad de sacrificio, esfuerzo, dedicación, fortaleza física y espiritual. Son cinco años continuos de presiones para quien sea el próximo presidente y quiera hacer una buena labor. ¿Lo habrán pensado los candidatos?