• 03/12/2019 00:00

La justicia, según los VarelaLeaks

Si hay algo que queda claro en la escandalosa trama de los mensajes de WhatsApp del expresidente Varela, fue su afán de controlar todo en su administración, de ayudar a sus amigos y posiblemente socios y que, en vez de gobernar y dialogar con la gente, estaba enviciado en el uso regular de “chatear” desde su celular.

Si hay algo que queda claro en la escandalosa trama de los mensajes de WhatsApp del expresidente Varela, fue su afán de controlar todo en su administración, de ayudar a sus amigos y posiblemente socios y que, en vez de gobernar y dialogar con la gente, estaba enviciado en el uso regular de “chatear” desde su celular. Hasta en ese detalle todo indica que superó con creces a su antecesor Martinelli. Nunca se vio venir que todo lo que irresponsablemente plasmó en esos mensajes se lo publicarían, quizás por quién él menos se esperaba.

No solo a través de la procuradora trataba de influenciar hasta en los más mínimos detalles los casos bajo investigación, sino también a través del director de la Policía Nacional coordinaba cómo mantener más tiempo en la cárcel a quien ya se le había dado la libertad. También su mano controladora llegó a la Corte Suprema de Justicia. Y, ¿de qué manera?

Atendiendo un caso en una Junta de Conciliación, supe que el abogado contrario a nuestro cliente, alardeaba de su relación con el presidente Varela, por ser su abogado corporativo en asuntos laborales. Pedí cita al ministro de Trabajo, Luis Ernesto Carles, para poner la queja de lo que ocurría en la Junta de Conciliación, donde el abogado de nuestra firma había presenciado ese desplante de “poder”. Me recibió acompañado de su asesor, Cecilio Cedalise, a quien yo no conocía. Ahora me doy cuenta de que no habrán hecho nada por la gran influencia que el abogado Eduardo Valle tenía en ese ministerio, por su estrecha relación con el entonces presidente.

Los VarelaLeaks ahora confirman los detalles de los nombramientos como magistrados de Cecilio Cedalise y de Ángela Russo. Según los mensajes de Carles a Varela, Cedalise fue recomendado por Eduardo Valle, ya que era el socio de este, Rubén Castillo, no quiso aceptar el cargo. Quizás porque era más rentable su práctica privada. A la magistrada Russo la habría recomendado el ministro Consejero de Varela, Francisco Sierra, vinculado a la familia para la cual el esposo de Russo, atendía decenas de sociedades anónimas. Ello fue confirmado en la Comisión de Credenciales de la Asamblea Nacional, cuando en la discusión de esos nombramientos, la abogada Norma González comprobó con detalles esas sociedades. En ese tiempo de paz entre el PRD y el panameñismo, con excepción de la diputada Zulay Rodríguez, nadie puso atención a lo que allí se señaló. Tremenda connivencia que había.

Habiendo sido el abogado Valle quien recomendó al magistrado Cedalise, según confirmó el exministro, hoy diputado Carles, ¿sería interesante hacer una investigación de todos los casos que en casación laboral con participación del magistrado Cedalise han favorecido a representados de la firma de Valle y Castillo? Quizás nos encontraremos con cosas interesantes y que podrían ser causales de revisión de algunos fallos en la Sala III. En esos mensajes, Varela también hace referencia a malos caminos por donde transitaba el magistrado Hernán de León ¿Por qué no lo denunció como era su deber? Cada vez se confirma más el laberinto de corrupción, tráfico de influencias y colusión por donde Varela condujo el país.

Pero, mirando la decisión de renunciar tomada por la procuradora Porcell, luego de la aparición de los mensajes de WhatsApp de Varela, ¿por qué el magistrado Cedalise no ha renunciado también a su cargo por los vínculos encontrados con quienes lo recomendaron a su cargo y que denotan que carece de la independencia y probidad para ejercer ese cargo? ¿O es que la Asamblea Nacional tendrá que iniciar un proceso judicial para destituirlo, como se hizo con los magistrados Moncada y Benavides?

Los VarelaLeaks han dejado algo positivo, por más negativo que para algunos “santitos” han resultado ser. Han puesto al descubierto todo lo que no debe ser la Corte Suprema de Justicia y que todos esperamos no vuelva a suceder. Un país sin un sistema judicial honrado e independiente no puede considerase democrático, aunque tenga elecciones cada cinco años.

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