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- 12/02/2019 01:00
JMJ: una oportunidad
La realización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en ciudad de Panamá, durante estos días, ha dado la oportunidad de compartir y reflexionar sobre su espiritualidad a miles de jóvenes. Aunque es un evento católico, en Panamá tuvo una connotación de colaboración interreligiosa de comunidades de fe. De esta manera, la JMJ se ha convertido en una experiencia de alegría, convergencia, solidaridad e integración, haciendo evidentes sentimientos de empatía y cooperación que, debido a la cotidiana avalancha de noticias sobre delitos y problemas sociales, quedan eclipsados.
La colaboración interreligiosa fue muy celebrada por los medios, compartiendo los hechos más relevantes, aunque los detalles menores, como la participación como familias de acogida de peregrinos, en la organización del alojamiento y en otros aspectos de cientos de creyentes no-católicos han quedado soslayados en el ámbito local. La participación directa o indirecta en el evento y en su organización, ha acercado a los vecinos y facilitado las relaciones vecinales.
La participación de la Comunidad Bahá'í estuvo dirigida a apoyar en todos los aspectos antes descritos, además de recibir a cientos de peregrinos en la Casa de Adoración Bahá'í, donde oraron, reflexionaron y disfrutaron de un ambiente de armonía, tranquilidad y paz.
Al considerar la relevancia de un evento como la JMJ en un país que muestra armonía, seguridad y paz, y en contraste con los conflictos crónicos de algunos países vecinos, da una muestra de cómo esta tierra, poco a poco, convierte en realidad su destino profetizado en las enseñanzas bahá'ís: ‘… debéis prestar gran atención a la República de Panamá, porque en ese punto el Occidente y el Oriente se encuentran unidos por el Canal de Panamá, y también está situada entre los dos grandes océanos. Ese lugar llegará a ser muy importante en el futuro. Las enseñanzas, una vez establecidas allí, unirán el este y el oeste, el norte y el sur'.
Esta visión de nuestro destino nos da una perspectiva de cuál debe ser nuestro proceder. Más allá de la vocación de ruta comercial, Panamá está llamado a ser un punto de encuentro y entendimiento de culturas. Para su logro, estamos desafiados a buscar vías de diálogo, entendimiento y cooperación que nos permitan unirnos en acciones que aseguren nuestra prosperidad, lo cual solo es posible cuando pongamos en evidencia valores espirituales, como la integridad, la solidaridad, la justicia y el desprendimiento, base espiritual sobre la cual se asienta el desarrollo material. De lo contrario, seguirá perpetuándose la desigualdad, la pobreza de muchos y la riqueza excesiva de otros con sus consecuencias de criminalidad y tensión social.
Al concluir estos alegres y emocionantes días, la tarea de convertir en acción los buenos sentimientos, y lo aprendido, es enfatizado por el consejo de Bahá'u'lláh: ‘Que las acciones y no las palabras, sean vuestro adorno'.
MIEMBRO DE LA COMUNIDAD BAHÁ'I.