¿Inversor o especulador?

Hago referencia a la inversión en criptomoneda como activos de inversión, como depósito de valor, tomada como activos en la que se espera un rendimiento por parte del inversor. En un principio, el principal propósito de la criptomoneda es el de servir a las demás funciones del dinero, tales como medio de intercambio mercantil. Sin embargo, ha entrado con fuerza en la actividad financiera como activo tanto en el mercado de las criptomonedas, así como dentro de la actividad bursátil. Debemos reconocer también la especificidad de este mercado.

Tratamos de abordar un aspecto importante sobre el comportamiento del inversor ante las fluctuaciones del mercado. El inversor debe estar preparado tanto en lo financiero como en lo psicológico. En su comportamiento buscará aprovecharse de los beneficios que puede obtener como consecuencia de los cambios en los niveles de mercado, lo que casi siempre se producirá mediante incrementos de valor de sus portafolios de activos a medida que pase el tiempo, y es posible que también mediante la realización de compras y ventas a precios ventajosos. Es comprensible este interés. Sin embargo, este interés implica el peligro de que acabe cayendo en conductas especulativas. Es difícil que siga el consejo de no especular. Benjamín Graham dice “si quiere especular, hágalo con los ojos abiertos, siendo consciente de que probablemente acabará perdiendo dinero; asegúrese de que limita el importe que pone en juego y sepárelo por completo de su programa de inversión”.

Amplío este consejo recomendando que de sus ingresos priorice en la atención de los gastos para atender sus necesidades básicas. No deje de crear un ahorro. Si le es posible tomar una parte de su ahorro a la inversión, hágalo, pero no destine toda la inversión al componente especulativo.

Así como ocurre con los demás instrumentos de inversión, están sujetos a fluctuaciones recurrentes y de amplio recorrido de precios, los criptoactivos asumen una situación semejante. Por lo que el inversor debe interesarse en las posibilidades de aprovecharse de estas oscilaciones de péndulo. Para ello hay dos formas de lograrlo: actuar en función de la coyuntura y actuar en función del precio.

Actuar en función de la coyuntura se refiere al intento de anticiparse a la trayectoria que va a seguir el mercado de valores: comprar o conservar la inversión cuando esperamos que la evolución futura será al alza, y vender o abstenernos de comprar cuando consideramos que la evolución futura será a la baja.

Actuar en función del precio, se relaciona con el intento de comprar activos cuando se cotizan por debajo de su valor justo y de venderlos cuando suben por encima de dicho valor.

El comportamiento del inversor defensivo en el mercado tiene que ver con poner todo de su parte para no pagar un precio excesivo por los activos en el momento de llevar a cabo las adquisiciones, enfocarse en la inversión a largo plazo y en bajar riesgos diversificando su portafolio.

Un aspecto de la teoría del aprovechamiento de la coyuntura es la importancia psicológica para el especulador, porque se desea conseguir su beneficio en un periodo breve de tiempo. Para el inversor la idea de tener que esperar un periodo tiene alguna ventaja si consigue con la espera, comprar posteriormente a un precio suficientemente reducido para compensar sus pérdidas de ingresos. Aunque no es seguro que el inversor se abstenga de comprar hasta que se produzca un mercado bajista, esto puede significar una larga espera, con la probable pérdida de ingresos y de oportunidades.

Para concluir, hay que recordar la importancia de la disciplina emocional en nuestra participación como inversores.