La corrupción ha sido identificada como el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social del país por la ciudadanía y por organizaciones internacionales,...
Bajo el título de “Transición Energética y Minería Sostenible – El rol de la Banca Multilateral”, el CAF (Banco de Desarrollo de AL y el Caribe) patrocinó el pasado martes 25 de marzo en Chile, un foro internacional para elevar este tema a la lista de potenciales herramientas de atracción de inversiones en el camino a un desarrollo integral de los países del área. De ahí se intituló este artículo. Lograr que la minería supere esa maldición que la acompaña en su historia para convertirla en una bendición en favor del país dueño de los yacimientos y de las comunidades directamente afectadas por su innegable daño al medio ambiente, pasa por alcanzar una permanente y eficaz voluntad institucional tendiente a adicionar sinceramente este rubro como fundamental para un desarrollo real y duradero de la Nación. Además, se hace necesario simultáneamente que se ejecute, con incansable ahínco, una política pública carente de banderías partidistas e ideológicas y que sea amplia, periódica y oportunamente divulgada de frontera a frontera que incluya el o los métodos técnicos de mitigación efectiva de los daños ambientales, así como las medidas sociales comunitarias que deben financiar estas empresas en compensación.
En la época de la IA es injustificable que la empresa multinacional que extraerá los minerales para su comercialización no tenga acceso a la tecnología de punta que permita un manejo responsable de la explotación de nuestra riqueza del subsuelo. Sí, porque esa riqueza solo adquiere valor real y tangible cuando es extraída y comercializada, lo cual está muy por encima de las capacidades del Estado panameño. En la negociación que se avecina hay que afilar bien el lápiz. La meta debe ser el progreso, material, cultural y espiritual, de las comunidades directamente afectadas más las mejores condiciones fiscales posibles. La supervisión también es importante. Su financiación puede salir también del bolsillo de la empresa. Al igual que, por lo menos al principio, la institución autónoma por crear y que debe recibir y tramitar las solicitudes de exploración y explotación, así como los distintos permisos que se requieran en dicha actividad y los respectivos estudios de impacto ambiental. Si logramos esto mostraremos seriedad e interés institucional. Confirmaremos que Panamá es consciente del caudal minero que enriquece su patrimonio y que está dispuesto a convertirlo en un eficaz instrumento de desarrollo integral de su gente. Que nadie sueñe con minería irresponsable frente a los retos ambientales. Nuestro país está comprometido con la salud popular y las autoridades deberán siempre impulsar y velar porque se sujete a los más altos estándares de seguridad y mitigación ambiental. El necesario fortalecimiento institucional comprende la adopción de los mecanismos administrativos y legales que permitan promover, estimular y supervisar efectivamente esta actividad extractiva tan promisoria en el mundo actual. ¿Hasta cuándo lo será? Los técnicos auguran una prolongada vida útil porque por ahora la tecnología en auge requiere mucho cobre.
La mina subterránea de cobre más grande del mundo, El Teniente, a unos 100 kilómetros al sur de Santiago de Chile, tiene 120 años bajo explotación y se le proyectan 50 más; y Chuquicamata, la mina de cielo abierto más grande del mundo en su tipo, a más de 1.500 kilómetros al norte de la capital chilena, cumplió ya 115 años y se le proyectan 50 más extrayendo cobre, oro y molibdeno.