Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 14/01/2023 00:00
Algunos hechos significativos del año 2022
Un año que ha finalizado y otro que está rodando. Si el Campeonato mundial de fútbol, celebrado a finales del 2022 en Qatar, estuvo rodeado de mucha polémica por el país elegido como sede del evento y por los sobornos efectuados, por el ingente conteo de muertes de trabajadores contratados para la construcción de los estadios, sometidos a infrahumanas condiciones, este deporte de masas, ampliamente practicado en todo el mundo, suscitó, sin embargo, el interés y el entusiasmo esperados a lo largo del planeta. El partido final que enfrentó a Argentina y Francia fue un verdadero espectáculo deportivo, ofrecido por los dos máximos exponentes actuales del fútbol mundial, Lionel Messi y Kylian Mbappé, y seguido por millones personas. Este relajante paréntesis, ocasionado por esta multitudinaria cita, llegó a eclipsar durante aproximadamente un mes algunos lúgubres hechos que han jalonado el panorama del año extinto, como por ejemplo la cruenta guerra de Ucrania, los nocivos efectos del cambio climático, la violencia de género, y las monstruosas ejecuciones decretadas por el régimen teocrático de Irán, que son los temas que voluntariamente he elegido y sobre los cuales me inclinaré para expresar, según mi humilde parecer, algunas opiniones.
La Guerra de Ucrania, que dentro de un mes cumplirá un año, ha provocado amplios destrozos, sobre todo en cuanto al enorme coste de pérdidas de vidas humanas. Pese a que el conflicto radica geográficamente en una región concreta, no deja de ser cierto que padecemos sus nefastas consecuencias energéticas y económicas y ejerce una influencia negativa sobre la psique de mucha gente, generando en amplias capas de los pueblos, quiebres emocionales, patologías psiquiátricas y exacerbando algunos trastornos de la personalidad, por el temor a una extensión del enfrentamiento armado. Esta guerra se ha revelado muy mortífera y el presidente Putin, en contra de sus acérrimos críticos, cuenta con unos encendidos defensores que ven en él un garante de los valores rusos y un firme defensor de la soberanía de su Estado, amenazado, según ellos, por las potencias occidentales, agrupadas en el Consejo Atlántico. Que uno esgrima argumentos a favor o en contra de alguno de los bandos de esta contienda, no deja de ser cierto que esta guerra ha provocado ya una cifra indescriptible e incalculable de muertes, de desgracias personales, de desarraigos familiares y de amistad, de desestructuración de la sociedad acompañados de una cantidad nada despreciable de lisiados e incapacitados. Y es deseable que acabe lo antes posible, ya que, como toda guerra, no genera más que horrores, penas y desdichas.
Por otro lado, el cambio climático tan negado por los partidos de ultraderecha del mundo, con el exmandatario norteamericano, el extravagante Donald Trump como jefe de fila, es otro factor causal de un sinfín de catástrofes naturales. Arrecian los fenómenos atmosféricos como las inundaciones ocurridas en Holanda, en Pakistán y en Filipinas, que han dejado destrozos de gran valor a su paso, sobre todo de personas que se encuentran completamente a la deriva y sin hogar. También las olas de calor que han azotado Europa, principalmente España, Francia y Reino Unido, han provocado la friolera de 20.000 muertes, además de sequías e incendios. Estos indiscutibles y abruptos cambios de temperatura, pese a ser muy extraños por su frecuencia y por los lugares donde se han desarrollado, están lejos de convencer a estos recalcitrantes ultraderechistas que siguen negando la evidencia. Nati de plasti.
La violencia de género sigue siendo una lacra inagotable que provoca distintas situaciones dolorosas, pero la ultraderecha se empeña en negarla como tal. El número de mujeres asesinadas el año pasado en España asciende a la cifra de 48, lo que equivale a una media de 4 víctimas por mes, pese a las medidas implementadas por el gobierno para encarar este problema y que son discutidas por el grupo VOX. Este partido, al igual que sus homólogos europeos, propone sustituir la expresión “violencia de género” por “violencia intrafamiliar”, desdeñando, por lo tanto, la preponderancia o supremacía del rol o papel masculino en general en la ejecución de estos crímenes. Aprovecho para recalcar la actitud de algunas jóvenes que, pese a la campaña de información desplegada por el gobierno socialista y por algunos medios televisivos, parecen, de forma asombrosa, vivir de espaldas a las recomendaciones o consejos prodigados. No está de más manifestarse firmemente en contra de los feminicidios, de los matrimonios forzados, y de los abominables ritos sexuales, como las mutilaciones genitales femeninas, practicados en muchas latitudes. En pleno siglo XXI, la discriminación de la mujer no deja de ser, desgraciadamente, un tema pendiente de resolver.
Por último, quiero poner el acento sobre los encarcelamientos y las ejecuciones practicados por el régimen religioso de Irán para enfrentarse a las continuas protestas contra el poder establecido. La detención, el 16 de septiembre del año pasado, de la joven kurda iraní, Mahsa Amini, de 22 años de edad, por la Policía de la moral por llevar mal puesto el tradicional velo islámico impuesto y su fallecimiento bajo custodia tres días después, fue el hecho que encendió la antorcha de las continuas protestas que se siguen produciendo, salvajemente reprimidas por la Guardia Revolucionaria. Conviene recordar que la revolución iraní empezó su andadura en febrero del año 1979, con la llegada al país del líder espiritual Ayatollah Jomeini, figura prominente de la lucha desde Francia contra la monarquía absoluta del Shah, Mohamed Reza Pahlevi. Y como acontece muchas veces en la historia, una dictadura sustituye a otra. El movimiento revolucionario, que fue la punta de lanza contra el orden opresor imperial y que instauró la República Islámica de Irán, terminó convirtiendo también al Estado en una abyecta autocracia apoyada sobre unos principios religiosos inspirados en el Corán.
En medio de tantas calamidades, algunas de ellas producidas por la naturaleza humana, a lo largo del año pasado, hay gente que se ha distraído con la prensa rosa, recreándose en la inesperada separación del conocido defensa barcelonista Gerard Piqué, de la explosiva artista colombiana, Shakira; el juicio mediático por demanda de Johnny Depp contra su exmujer Amber Heard, acompañado de los corrosivos comentarios de los dos protagonistas; y estos días en las morbosas palabrerías en torno a la sonada ruptura del idilio que mantenían el nobel Mario Vargas Llosa, de edad provecta, y la sofisticada socialité Isabel Preysler.
Los hechos relatados no resumen el paisaje de 2022. Está medianamente claro que he seleccionado, según mi criterio, entre una miríada de acontecimientos, sin pretender hacer ninguno tipo de balance, algunos que ocurrieron el año pasado. No todo ha sido negativo, también se han producido noticias alentadoras, como por ejemplo en el terreno científico, con el Xenotrasplante, al haber trasplantado en la Universidad de Maryland, en EE.UU. el corazón de un cerdo a un ser humano, o en el terreno de la alimentación con el arroz perenne P23 en China.