La Gestapo de Balbina

En tiempo de dictadura operaba una Guardia Nacional militarizada “made in USA”, copia al carbón del régimen de Somoza en Nicaragua, con entes perversos, como el DENI y el G2, que fueron utilizados por los militares para espiar políticamente a los opositores del general de turno y violar los derechos humanos de la ciudadanía.

Sus apetitos de usufructuar el poder político a perpetuidad les hizo crear una institución castrense, a la cual denominaron “Fuerzas de Defensa” y que fue utilizada para reprimir a un pueblo que pedía “justicia, libertad y democracia”. Con ella burlaron la voluntad popular imponiendo a los candidatos del PRD, mediante burdos fraudes electorales. Asimismo, en democracia, el presidente Pérez Balladares politizó la Policía Técnica Judicial (PTJ), creando un “monstruo con dos cabezas” que él utilizaba como si fueran sus gendarmes personales, colocando al frente a un fiel servil que complacía ciegamente sus lujurias de poder omnímodas.

La eliminación del ejército en nuestro país significó un paso de gigantes en aras de constituir una sociedad democrática, en donde el respeto al poder civil sería sinónimo de que jamás volveríamos a ese pasado oscuro de nuestra vida republicana, en la cual los militares asesinaron, desaparecieron, encarcelaron, reprimieron y exiliaron a cientos de miles de panameños.

Pensábamos ilusamente que aquellos tiempos en donde ser amigo del “verde olivo” lo era todo o en donde los votos eran reemplazados por la bota militar eran cosa de ayer y que los tambores del militarismo jamás volverían. Cuando escuchamos la propuesta de Balbina Herrera de que habrá una “policía con disciplina militar”, aunado al hecho de que esta administración ha puesto al frente de la Fuerza Pública a un uniformado, nos indican claramente que ella lo que realmente desea no son instituciones de seguridad para combatir el crimen organizado y la delincuencia, producto de la incapacidad de este gobierno PRD, sino en una GESTAPO que le sirva a sus intereses partidistas para perpetuarse en el poder.

-El autor es abogado.pedrositton@hotmail.com