• 17/08/2019 02:00

Oseltamivir: el fiasco del antigripal milagroso

‘El caso de Oseltamivir ilustra, [...], la impostergable necesidad de que la data de los ensayos clínicos de medicamentos (sea) pública'

¿Recuerda la pandemia de influenza AH1N1 de 2009? Gobiernos de todo el mundo, incluyendo el de Panamá, se aprovisionaron de Oseltamivir, un fármaco de ingesta oral de la familia de inhibidores de neuraminidasas. La idea con la que se promovió dicho fármaco era múltiple: primero, que si una persona mostraba síntomas de influenza, la ingesta de Oseltamivir dentro de las primeras horas reducía el riesgo de muerte, complicaciones y hospitalizaciones. Segundo, que su uso profiláctico en personas que no hubiesen mostrado síntomas, reducía riesgo de contagio. Roche, la compañía que mercadea Oseltamivir bajo la marca Tamiflu, había afirmado que el fármaco reducía las admisiones hospitalarias en 61%, complicaciones secundarias en 67% e infecciones de tracto respiratorio inferior en 55% [Gotzsche, P., ‘Deadly Medicines and Organized Crime', 2013]. Años después se constató que dichas afirmaciones estaban basadas en evidencia cuestionable y reportaje selectivo por la compañía.

‘Las autoridades no han documentado de forma precisa sus razones para el aprovisionamiento de Oseltamivir y Zanamivir, pero la decisión parece estar basada en las premisas de que los fármacos reducirían a la mitad admisiones hospitalarias y complicaciones serias de influenza tales como neumonía, y reducirían la propagación del virus', señalan Tom Jefferson y Peter Doshi, revisores de la Colaboración Cochrane [BMJ 2014;348:g2263]. Dichas premisas estaban fundamentadas en un meta análisis de 10 ensayos clínicos de 2003, pero durante una revisión posterior de la Cochrane en 2009, se hizo palpable que el de 2003 se había basado en data incompleta, pues gran parte de la data de los ensayos clínicos en cuestión se mantenía sin publicar y fuera del alcance público. Ah, y Roche había financiado tanto el meta análisis aquel de 2003 como los 10 ensayos clínicos que este evaluaba. A partir de ese momento comienza una lucha frente a las dos compañías farmacéuticas, Roche y GSK, para que estas facilitaran el acceso a toda la data de los ensayos clínicos sobre Oseltamivir y Zanamivir, respectivamente. Esta lucha fue apoyada por el journal médico BMJ. Fue un tira y jala de cuatro años en que Roche presentaba distintas excusas para no compartir la data, cosa que no hizo hasta 2013.

¿Qué resultados arrojó la revisión de la data completa? ‘En los ensayos en adultos, el tratamiento con Oseltamivir redujo en 16.8 horas el tiempo al primer alivio de síntomas. No hubo efecto en niños con asma, pero hubo un efecto en niños saludables (diferencia media de 29 horas). En los ensayos no hubo diferencia en admisiones hospitalarias en adultos… No hubo reducción significativa de riesgo de bronquitis no verificada, otitis media, sinusitis, o cualquier complicación clasificada como seria', señala la revisión de la Cochrane [BMJ 2014;348:g2545]. En cuanto a los efectos adversos: ‘El tratamiento con Oseltamivir en adultos incrementó el riesgo de nausea… y vómitos. En niños, Oseltamivir indujo vómitos'.

¿A qué se debió el radical contraste entre los dos meta análisis, el de 2003 patrocinado por Roche y el de 2014 realizado por la Cochrane, una organización independiente? Los autores de esta revisión Cochrane apuntaron a una serie de problemas metodológicos con los ensayos clínicos (recuerde, todos patrocinados por Roche) en que se había basado el meta análisis de 2003 que había hallado que Oseltamivir salvaba vidas, reducía complicaciones severas y reducía contagio. Según los autores, los ensayos en cuestión sufrían de alto riesgo de sesgo por data faltante sobre síntomas, reportaje selectivo de resultados clínicos, problemas en el reportaje de los efectos adversos de la intervención, falta de adecuada definición de las métricas sobre complicaciones, medición subóptima sobre complicaciones y reportaje incompleto en general sobre los resultados de los ensayos.

A raíz de esta nueva revisión de la Cochrane, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó en 2017 el Oseltamivir de su lista de medicamentos esenciales. Esta lista sirve de recomendación a los países, para el aprovisionamiento de medicamentos por motivos de salud pública ante una emergencia como podría ser una pandemia. La exclusión de Oseltamivir de dicha lista implica que la OMS ha dejado de considerar recomendable que los estados se aprovisionen de dicho fármaco. El comité de expertos de la OMS que elabora y actualiza la lista cada dos años expresó que ‘ahora existe evidencia adicional del [uso de] Oseltamivir en influenza estacional y pandémica que ha reducido la previa estimación de magnitud del efecto de Oseltamivir en los resultados clínicos relevantes' [BMJ 2017;357:j2841].

Tome en cuenta que desde 1999 a 2014, Roche logró ventas de más de 18 millardos de dólares de Oseltamivir. Tan solo el gobierno de los Estados Unidos de América se había aprovisionado de 65 millones de dosis a un costo de 1.3 millardos de dólares [BMJ 2014;348:g2695]. Gobiernos de todo el mundo (incluyendo Panamá) adquirieron millones de dosis, siguiendo las recomendaciones de la OMS, que a su vez se habían basado en los ensayos con data incompleta. Al conocerse que el fármaco no era efectivo en lo que la compañía decía que era efectivo, ¿cree usted que tan siquiera algún gobierno demandó a Roche para recuperar estos dineros? El investigador médico Peter Gotzsche expresó que los gobiernos de países europeos que se aprovisionaron de Oseltamivir deberían demandar a Roche [BMJ 2012;345:e7689]. Ninguno hizo siquiera el intento.

El caso de Oseltamivir ilustra, una vez más, la impostergable necesidad de que la data de los ensayos clínicos de medicamentos se haga pública. Cuando el patrocinador de un ensayo clínico tiene discreción para decidir qué data hace pública y qué data se reserva, es muy probable que use la discrecionalidad para promover sus propios intereses en detrimento del interés público. Ello es inaceptable cuando lo que está en juego es la salud pública.

El fiasco del Tamiflu tiene otras aristas, pues es una historia llena de conflictos de intereses en muchos niveles, de parte de expertos con capacidad de decisión, que incidieron en las recomendaciones para que países de todo el mundo se aprovisionaran de dicho fármaco en preparación para una posible pandemia. Pero de eso le hablo en otra entrega.

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