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- 08/09/2021 00:00
Fernando Manfredo y la minería metálica a cielo abierto (1)
Estoy seguro de que Fernando Manfredo (f. 13-12-15) me agradecerá que lo despierte de su sueño eterno, para ponerlo en la mente de todo buen panameño, en un momento tan vital para la nación.
El excanciller Juan Antonio Tack (f. 2011), Fernando Manfredo y mi persona mantuvimos correspondencia hasta que la salud los (nos) traicionó. Manfredo y yo nacimos un 29 de enero. Por ello, deseo compartir reflexiones del primer subadministrador panameño de la Comisión del Canal en torno a la minería (Fernando Manfredo, “¿Negocio y prosperidad para quién?”, Suplemento Día-D, de El Panamá América Digital, 13 de mayo de 2008).
El ex ministro de Comercio e Industrias de Omar Torrijos (¿recuerdan la Guerra del Banano?) nos comparte sus reflexiones sobre la minería, en las que pone al descubierto las fallas que mejor explican la actual tragedia, caos y desastre en el manejo de la minería a cielo abierto.
La minería en Petaquilla era uno de los temas que compartíamos. Fue este servidor quien inició la oposición a la minería en Petaquilla, en defensa de las comunidades campesinas e indígenas de Colón y Coclé, lucha que duró diez años (2003-2013).
En la iglesia del Nazareno, contigua a Coclesito, organizamos el Comité pro-Cierre de Mina Petaquilla el 22 abril de 2004, “Día de la Tierra”.
Sus integrantes: el Servicio Paz y Justicia en Panamá -Serpaj-Panamá (presidente, Julio Yao); Carmelo Yánguez, de Coclesito y comunidades campesinas; la Coordinadora Campesina por la Vida (antes, “Contra los embalses”), de María Muñoz; la Organización Rey Quibián, comunidades indígenas de “La Nueva Lucha”, Nuevo Sinaí, Río del Medio y Chicheme, de Martín Rodríguez; el periodista fraternal y solidario Blas Julio, quien sufrió un ataque dirigido a mi persona en Coclesito, que agravó su salud y apresuró su muerte. También nos acompañaron Carmencita Tedman, la Licda. Celma Moncada y Rubén Bernal, de La Pintada.
Nuestro lema era y es: “La vida es primero: ¡fuera el proyecto minero!”. En mayo de 2008, fecha en que Manfredo publicó el texto que reproducimos, la empresa minera intentó asesinarme en tres ocasiones y falló (Jorge Macías Jaramillo, “Atentados de la Minera Petaquilla a Julio Yao”, 8 de julio de 2015).
El contrato de 1997 de Petaquilla, suscrito bajo la presidencia de Ernesto Pérez Balladares, es peor que el mal llamado Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903, pues replicaba con creces los vicios de aquella “convención”.
Sin más preámbulos, he aquí el artículo de Fernando Manfredo -excondiscípulo en el Instituto Panamericano. Su pensamiento está inspirado en los altos intereses nacionales y no, como ahora, en intereses “estatales”; es decir, familiares, amicales y partidocráticos. Las negritas, los subtítulos y los comentarios entre paréntesis son nuestros.
Fernando Manfredo Jr.
“La situación minera es un tema que no puede ser manejado a la ligera y mucho menos impuesto. El rechazo a las minas de cielo abierto es a nivel mundial”.
“¿Será que todo mundo está equivocado y la industria minera, especialmente la que se realiza a cielo abierto, es conveniente para el desarrollo socioeconómico del país como sostienen los empresarios mineros y sus aliados dentro de los Gobiernos?”.
“¿Será tan torpe la comunidad, como para rechazar fuentes de empleo, mejoramiento económico y social, o es que han aprendido de la experiencia propia o ajena que mucho de eso es un espejismo que disfraza una cruel realidad? ¿Díganme dónde hay en el mundo un pueblo minero donde reine la prosperidad?”.
“En junio de 1969 fui nombrado ministro de Comercio e Industrias, entidad que tenía a su cargo el subsector minero. Encontré que, a pesar de contar con personal muy capacitado, la Dirección carecía de recursos financieros para ejecutar sus funciones. Las únicas minas en explotación eran de minerales no metálicos: piedra, arena, calizas, etc. que operaban sin reglamento alguno. Los daños ambientales que se estaban dando en las playas y ríos y en los cerros donde se obtenía la piedra eran enormes”.
“No había mina alguna de minerales metálicos, pero meses antes el Gobierno anterior y la Organización de Naciones Unidas emitieron una declaración conjunta sobre el Proyecto Minero de Azuero que se había realizado conjuntamente y anunciaron el descubrimiento de un yacimiento de cobre asociado con molibdeno, en las áreas conocidas como Petaquilla, Río del Medio y Botija”.
(JY: Así empezó una pesadilla llamada Petaquilla).
“De acuerdo con los trabajos de exploración se trataba de un depósito pequeño de cobre diseminado de baja ley asociado con molibdeno. El anuncio coincidió con un período en que el cobre tenía un precio atractivo en el mercado mundial y atrajo a empresas estadounidenses, japonesas y canadienses”.
“Nadie en el Ministerio ni fuera de él en Panamá tenía experiencia en materia de minas, mucho menos los términos y condiciones de una contratación y por eso pedimos la cooperación de Naciones Unidas. Por su vinculación al proyecto nos enviaron dos expertos de la más alta calificación: uno, en explotación minera; y el otro, en contratación, los doctores Lipton y Murdock”.
“Lo primero que advirtieron fue la obsolescencia de nuestro Código de Minas. Este correspondía a una época superada, donde no se tomaba en cuenta el factor ambiental ni social y la legislación respondía a los intereses exclusivos de las empresas. Por lo tanto, la puesta al día era tarea prioritaria”.
(JY: El Código de Minas de Panamá es de 1963, lo cual no nos servía para negociar en 1997, mucho menos en 2021).
“Su contribución a la legislación fue preparar un contrato modelo donde se recogían las políticas por establecer y los mecanismos institucionales por crear y se establecían las responsabilidades operativas, administrativas y financieras de la empresa. Hubo el cuidado de no desalentar la inversión privada, de manera que la distribución de los beneficios fuese justa, equitativa y razonable”.