• 26/06/2024 11:12

Emociones encontradas

La serie de películas de Disney y Pixar Intensamente 1 y 2 visualiza acertadamente este conjunto de vínculos que tienen los sentimientos como pulsaciones o estímulos que nacen en la cabeza [...]

Los humanos tenemos dos tipos de perfiles que nos caracterizan: uno es físico y determina aspectos como estatura, complexión, color de la piel, del cabello y los ojos; además, formas de ciertas partes del cuerpo, maneras de moverse o de andar. El otro es el que no se ve y que es dominado por el cerebro: tiene que ver con las actitudes y sentimientos y que dan condiciones específicas a los individuos.

Estos últimos elementos conforman el carácter y constituyen también un perfil no visible (en ocasiones) que generan las acciones, decisiones y respuestas ante estímulos tanto internos como externos. Se considera esta condición como la suma de los rasgos, cualidades o circunstancias que indican la naturaleza propia y el modo de pensar y actuar de las personas y que las diferencia unas de otras.

En la mente tienen escenario todos estos componentes que se mezclan, se relacionan y entrecruzan. También se enfrentan y suelen poner a los humanos en conflicto con ellos mismos en función de posiciones definidas. Por eso, existen consideraciones encontradas de diferentes personajes hacia hechos puntuales. De allí surge el concepto de la libertad de opinión, porque ella se basa en intensas actividades de neuronas cerebrales.

La serie de películas de Disney y Pixar Intensamente 1 y 2 visualiza acertadamente este conjunto de vínculos que tienen los sentimientos como pulsaciones o estímulos que nacen en la cabeza y que orientan la manera de ser de las personas. En la última, estrenada recientemente, la niña Riley, que casi llega a la adolescencia, es asediada por nuevos sentimientos propios de la pubertad y estos condicionan su personalidad.

Los sentimientos alegría, tristeza, furia, temor y desagrado coexisten y dominan la conducta ágil de la muchachita. Ahora, ella está a punto de empezar la secundaria y como nuevos protagonistas de la etapa, aparecen: ansiedad, envidia, cansancio, vergüenza y aburrimiento. Estas sensaciones logran substituir a las primeras y afectarán a la joven, que participa en un juego de hockey sobre hielo.

Uno de los aciertos del relato es la visualización del conjunto de hechos guardados en el subconsciente, así como los conceptos de islas de emociones – grupos de trabajo – los que en determinadas ocasiones rigen las modalidades de actuación y los terremotos que ocurren en la conciencia ante los cambios o nuevas facetas de la personalidad. Se conservan allí todos los actos y experiencias pasadas.

En el clímax del relato cinematográfico, la protagonista Riley debe decidir entre las nuevas sensaciones que experimenta como preámbulo de sus cambios corporales y actuar conforme lo apuntan esas pequeñas ‘cosillas’ que viven en su interior. Todas ellas tienen una autonomía que se mueve y determina sus actitudes: tranquilas, inquietas, explosivas y de ánimo o desánimo.

Aunque el argumento nos lleva a un desenlace tranquilo y positivo, habría que preguntarse si la humanidad siempre se desenvolverá en tal condición; es decir que todo ocurriría sin mayores conflictos y el bien vencerá al mal. La realidad es mucho más cruda que esto, ya la literatura nos ha dado muestras claras. Tan solo recordemos La tempestad de Shakespeare, 1984, de Georges Orwell, o Mundo feliz de Aldous Huxley.

En esta última, un nivel de avance de la sociedad en el futuro define precisamente todas las sensaciones; estas han sido programadas en cada recién nacido y es condicionado para que se desempeñe en el tipo de vida que se le ha escogido como ser humano. Aquí, no hay un problema porque cada uno vive su propia circunstancia y de acuerdo con el papel que se le ha asignado.

¿Llegaremos a este nivel en que se nos programe incluso internamente para adecuar la conducta y los sentimientos? Y cuando esto suceda, ¿serán autómatas, casi robots quienes definan los nuevos umbrales de la existencia? Estamos por ver este panorama y quizás ya nos encaminamos a perder hasta el perfil del carácter en estas perspectivas insólitas.

El autor es periodista
Lo Nuevo
comments powered by Disqus