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- 14/10/2024 00:00
Educación y futuro: enfocar con precisión
Cuando el gobierno de Ricardo Martinelli cumplió sus 100 días en el año 2009 y el de Laurentino Cortizo en 2019, escribí que la alharaca alrededor de los 100 días y la tal “luna de miel” era “... más espectáculo que una actividad válida para tener una idea sensata sobre las posibilidades reales de cumplimiento efectivo de lo prometido en campaña. De tasar lo político contra la politiquería. La verdad versus la demagogia”.
En el 2009 resalté la frase que acuñó el entonces nuevo presidente, Martinelli cuando, señalando la corrupción que supuestamente encontró, dijo que: “no se llevaron las garzas porque una era muy chillona”, una frase de lo más folclórica y graciosa para, supuestamente, retratar el grado de corrupción que hubo en Palacio. De la gestión del propio Martinelli hay muchos señalamientos de corrupción, algunas condenas nacionales e internacionales, casos pendientes y el expresidente se encuentra asilado en la embajada de Nicaragua en ciudad de Panamá. Un historial de su gestión y gobierno que nos debe dejar perplejos ante sus propias denuncias del 2009.
Este año, al igual que el 2009 y 2019, los evaluadores más serios se refirieron a lo económico y financiero, la educación, la pobreza, el desempleo, la seguridad, el transporte, etc., y por el momento hay un esfuerzo encomendable de trasparencia comenzando con las conferencias de prensa del presidente José Raúl Mulino, que realiza cada jueves en horas de la mañana. También se percibe, a diferencia de estos últimos cinco años, seriedad por parte de ejecutivo en la atención de los gravísimos problemas que amenazan nuestra realidad actual y a futuro: institucionalidad, justicia, gobernabilidad, vivienda, salud, educación, etc.
Este gobierno ha mostrado una intención correctiva de mucho de nuestros retos, pero ha dejado dudas en lo referente a sus alianzas y compromisos políticos. Aun creo que lo más saludable para todos es ofrecerle el beneficio de la duda, pero por esos vaivenes políticos y politiqueros que ya estamos acostumbrados a vivir, la mirada al futuro es un tanto borrosa. Es mucho lo que hay que corregir, pero la educación es, quizás lo importantes para la supervivencia de nuestra sociedad. Este y los gobiernos que tendrán, la academia y el conjunto de la sociedad civil, deben sentirse obligado a atender ese tan importante aspecto, enfocar con precisión las correcciones estructurales para que todas las capas sociales puedan contribuir en los procesos de desarrollo.
He estado viendo un poco más a fondo el tema de la tecnología de la Inteligencia Artificial (IA), los retos y posibles amenazas que propone para las sociedades y la forma en que entendemos el sentido de la vida y el desarrollo. Es de preocuparse: ahora. ¡Ya! Más para esta sociedad nuestra que se mantiene al borde del abismo y cuyas preocupaciones más puntuales dejan mucho que pensar.
Los expertos han planteado varias inquietudes sobre los posibles peligros de la IA destacando varios riesgos que podrían surgir a medida que la tecnología de IA continúa desarrollándose. Andrew Yan-Tak Ng, científico informático y empresario tecnológico estadounidense de origen británico que se centra en el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, advierte que: “El impacto de la IA en la sociedad será profundo... Los sistemas de IA podrán hacer algunas cosas mejor, más rápidos y más barato que los humanos. Sin embargo, hay muchas tareas que los humanos pueden hacer que los sistemas de IA aún no pueden realizar, y nosotros debemos asegurarnos de que esas capacidades humanas únicas sean reconocidas y valoradas”. Por otro lado, Timnit Gebru, científica informático nacido en Etiopía, defensora de la diversidad en tecnología y cofundadora de “Black in AI”, una comunidad de investigadores negros que trabajan en inteligencia artificial que: “Si no lo hacemos bien la IA magnificará lo peor de la humanidad. Si se usa con prudencia, la IA podría hacernos mejores de lo que nunca hemos sido”.
Otros científicos de diversos campos del quehacer humanos se refieren a temas como: el desplazamiento de empleos, sesgo y discriminación, la violaciones de la privacidad, el desarrollo de armas impulsadas por IA, la desinformación, la dependencia tecnológica y los riesgos existenciales entre otros. Sobre los riesgos existenciales, algunos advierten sobre la posibilidad de que la “IA superinteligente actúe de maneras que podrían ser perjudiciales para la humanidad si no se alinean con los valores humanos”.
Existe la gran posibilidad de que el avance de estas tecnologías, nos sobrepasen y perdamos para siempre el sentido cultural y de sociedad en que hemos circulado las últimas décadas, para bien o para mal.
Trabajar afanosamente en la trasformación de la educación para enfrentar estos retos de la IA, ya presentes y los que vendrán, es una tarea que se debe tomar muy en serio.