Dos atalayas de la educación provincial

Mientras el momento actual encuentra la educación nacional sumergida en una crisis, no solo por ella misma, sino también por el achicamiento de los espacios para su desarrollo, impulsado por posiciones políticas mefíticas, lo cual ha conducido a su estancamiento y retroceso, la sociedad de Colón, inmersa en una profunda aflicción, recibió un duro impacto por las desapariciones físicas de dos inmensos educadores: José de la Paz Valencia y Eusebio Salazar.

La Educación es quizás el más importante de los componentes sociales. Es el camino legítimo para la construcción de los individuos que han de hacer la patria. Es la vía genuina para el alumbramiento de los caminos, para que la ignorancia quede agotada sin ninguna posibilidad de reproducción. Es la única posibilidad que le queda a los pueblos para ser libres.

Quienes abrazan la noble tarea de educar lo hacen con un compromiso con la sociedad y con el hombre. La ejecutan con el cabal convencimiento de que realizan un trabajo solidario con el prójimo. La efectúan con la claridad de que en el cultivo de las mentes del hombre está el más sagrado trabajo que se puede consumar.

José de la Paz Valencia y Eusebio Salazar, constituidos en dos atalayas de la edu cación nacional en general y colonense en particular, dejan para la posteridad una inconmensurable obra que debe ser debidamente considerada y ponderada.

Pertenecientes a una pasada generación de educadores ofertaron sus fuerzas y sus vidas a la educación. No escatimaron nunca esfuerzos para la gran obra de la educación.

Ambos, educadores primero en las aulas, fueron después administradores en el sistema, en momentos importantes de la sociedad panameña.

José de la Paz Valencia lo hizo como director del Colegio Abel Bravo, dándole lustre a ese centro educativo. Fue además, viceministro de Educación y gobernador de la provincia de Colón.

Eusebio Salazar, maestro de grado, director de escuela, director Provincial de Educación en Colón y profesor de la Universidad de Panamá, en el Centro Universitario de Colón, fue uno de los más importantes referentes de la educación colonense. Ocupó las posiciones de vicealcalde y de legislador suplente.

Sus ejemplos a imitar dejan claramente planteado que el fortalecimiento del sector educativo, el profesionalismo, las ideas claras, la academia, el pensamiento y el saber eran los únicos instrumentos para erradicar la pobreza.

José de la Paz Valencia y Eusebio Salazar, fueron modelos que signaron las características de educadores, serios, honestos, responsables, incapaces de abandonar las aulas y la labor educativa por motivos fútiles y menos políticos.

La actualidad demanda con urgencia un arquetipo de hombre que sea: faro, guía, orientador y en verdad educador. A ese prototipo pertenecieron José de la Paz Valencia y Eusebio Salazar. No hacen faltas los educadores políticos-partidistas.

Los espacios vacíos que dejan estos educadores serán muy difíciles de llenar. Así la comunidad en correspondencia con el papel desarrollado por esos dos educadores, hoy ausentes de este mundo terrenal, los despidieron con mucho dolor, pensando —tal vez— que es muy duro obtener sus reemplazos. También los despidieron con mucha honra, a quienes en verdad ayudaron en la construcción de nuestra patria chica.

DOCENTE UNIVERSITARIO.