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- 07/08/2021 00:00
Sobre el Diluvio Universal y otras calamidades actuales
Sabemos muy poco sobre el Diluvio Universal descrito en la Biblia; pero el arqueólogo Werner Keller, en el libro titulado “Y la Biblia tenía razón”, señala que los arqueólogos que, en 1929, estudiaban la composición del subsuelo bajo la enterrada ciudad de Ur encontraron una capa de arcilla de hasta más de tres metros de altura que cubre una enorme área del Medio Oriente.
Este descubrimiento revela que una o varias enormes inundaciones de tamaño subcontinental ocurrieron alrededor de 4 mil años antes de Cristo, incluyendo regiones que ahora están cubiertas por arena y que en conjunto constituyen el llamado “Fértil Creciente”, cuna de las primeras civilizaciones humanas.
Algunos adujeron que el Diluvio era una leyenda común a varias culturas antiguas, incluyendo el llamado “mito de Gilgamesh”, que es mucho menos detallado y fue escrito unos 2 mil años después; pero es mucho más probable que esos relatos similares correspondan a diferentes percepciones de alguna catástrofe real que fue común a esas culturas antiguas. Además, la creencia de que el Diluvio cubrió todo el planeta se explica fácilmente por el limitado conocimiento de geografía moderna de esas culturas.
La analogía con algunas calamidades actuales es evidente. En primer lugar, creemos que ningún mal puede salir de Dios, porque, de lo contrario, Él no sería Dios; pero, también creemos que Él puede permitir que grandes calamidades ocurran debido a la conducta desvariada de innumerables personas.
Desconocemos exactamente qué antecedió al Diluvio, pero sabemos a ciencia cierta que, desdichadamente, calamidades como el calentamiento global, el SIDA y hasta la pandemia en mayor parte han sido producto de la conducta desordenada de muchos, como aquellos que directa o indirectamente continúan inundando de basura nuestro planeta y promoviendo toda clase de abortos y relaciones sexuales aviesas; especialmente aquellos ruines gobernantes que, por intereses monetarios, han estado haciendo caso omiso a las voces de alarma de las personas más calificadas y responsables.
El calentamiento global que causa el aumento de inundaciones y sequías es completa responsabilidad de los que siguen promocionando los generadores y motores que consumen combustibles fósiles, como la mayoría en la actualidad, así como la construcción de hidroeléctricas, cuyos embalses emiten gas metano; en lugar de utilizar generadores eléctricos y transportes limpios a base de las energía solar y eólica.
En el caso particular de la pandemia, el virus nació la ciudad de Wuhan, China Popular, ya sea portado por los animales salvajes que se apilan vivos en forma inmunda para luego ser consumidos (a pesar del peligro y temporales dizque prohibiciones de esa práctica), o porque se escapó de un laboratorio experimental creado “para evitar posibles futuras epidemias” y que (más parece imprudentemente) recibió ayuda del Gobierno estadounidense; por lo que el presidente Joseph Biden ha pedido una re-investigación.
Con toda razón el papa Francisco insiste en que debemos proteger prioritariamente nuestra “casa común”, la naturaleza, si deseamos reducir similares calamidades.