• 19/12/2024 07:09

Día Internacional de la Solidaridad Humana

La solidaridad se identifica en la Declaración del Milenio de la Asamblea General de las Naciones Unidas como uno de los valores fundamentales para las relaciones internacionales en el siglo XXI y para que quienes sufren o tienen menos se beneficien de la ayuda de los más acomodados. Convencida de que la promoción de la cultura de la solidaridad y el espíritu de compartir es importante para la lucha contra la pobreza, la Asamblea General proclamó el 20 de diciembre como Día Internacional de la Solidaridad Humana.

Actualmente, estamos renegociando el contrato social de seguridad social en Panamá y es importante recordar cómo, democráticamente, el principio de solidaridad rige las instituciones autónomas de las mismas en Panamá. No existe una solución definitiva para la plata de las jubilaciones, porque nadie sabe cuántos años vivirá un obrero o qué tan enfermo llegue a la vejez un trabajador.

¿Qué es la seguridad social? El derecho a la seguridad social comprende “la protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que de otra manera derivarían en una fuerte reducción de sus ingresos económicos como consecuencia de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o en enfermedad profesional, desempleo, invalidez, vejez y muerte, y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos”.

¿Por qué la solidaridad inspira el seguro social? El principio de solidaridad consiste en la participación ciudadana en la lucha contra los riesgos sociales y es considerado por muchos como el principio más importante en materia de seguridad social, o como su rasgo más distintivo. A través de este principio, las cargas económicas son aportadas por toda la comunidad.

El vínculo de solidaridad tiene el convencimiento de que, si alguien cae en una situación adversa, será subsidiado por los otros de su misma generación o de las siguientes generaciones. Todas y cada una de estas generaciones se ayudan entre sí para que los miembros de ella que tengan la necesidad de recibir los fondos que se disponen para ello, lo perciban y, a su vez, los que aportan, tengan la seguridad de que ellos también serán “asistidos”. Es una manera de realizar una de las “formas” de “justicia social”.

Actualmente en Panamá, bajo el principio de solidaridad, a los trabajadores formales se les descuenta muy religiosamente y de manera obligatoria, cada quincena, la cuota obrero-patronal para el pago de millonarias licitaciones de medicamentos, insumos quirúrgicos, pruebas de laboratorio y software en el marco del programa de enfermedad y maternidad del Seguro Social. Con el uso exclusivo de los aportes individuales de la cuota obrero-patronal, sería imposible pagar las cirugías cardíacas, los trasplantes de órganos, las máquinas de hemodiálisis, las enfermedades autoinmunes o huérfanas. Son enfermedades de alto costo, donde se socializa el riesgo de la cuota obrero-patronal bajo la ética del bien común.

Durante la discusión de salvar la plata de las jubilaciones, un pequeño sector poderoso de la comunidad panameña ha manifestado que debe imperar la “ética del mercado” y, por ende, 《cada quien debe recibir lo que ha pagado, a pesar de reñir contra el principio de solidaridad que se usa en los demás programas del Seguro Social que utilizan la ética del bien común. Se usa el principio de solidaridad humana para evitar que los panameños caigan en una trampa de pobreza, pero impresiona que “la dictadura de la minoría” ha satanizado el principio de solidaridad en la protección de la vejez para el manejo especulativo y lucro de las cuotas obrero-patronales en la bolsa de valores. Feliz Día de la Solidaridad Humana para aquellos que no tienen una doble ética y los que no tienen doble moral.

*El autor es cirujano subespecialista

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