• 31/03/2020 04:00

Desigualdad, pandemia y acción del Estado

En la historia panameña ha habido enfermedades epidémicas tropicales, según Gurdián, las enfermedades epidémicas desconocidas en el nuevo mundo fueron la viruela, la gripe, el sarampión, el tifus, cólera, la peste bubónica y la neumonía, todas procedentes del sud-asiático.

En la historia panameña ha habido enfermedades epidémicas tropicales, según Gurdián, las enfermedades epidémicas desconocidas en el nuevo mundo fueron la viruela, la gripe, el sarampión, el tifus, cólera, la peste bubónica y la neumonía, todas procedentes del sud-asiático. Destaca que en el Siglo XIX, con la llegada de nuevos grupos humanos de diversos rincones del planeta (en tránsito hacia California o para integrarse a los trabajos del ferrocarril), vienen con ellos virus y bacterias que ocasionan brotes epidémicos que causan pánico, terror y muerte en la población. Adicional a esto, se añaden las condiciones de desigualdad social en la sociedad istmeña expresadas en condiciones sanitarias precarias, insalubridad y hacinamiento en las viviendas populares.

La falta de acceso al agua potable y la inadecuada disposición de los desechos, además de la falta de higiene de los expendedores de comida, se constituyen en condiciones que conspiran y atentan contra la salud pública en el istmo, especialmente por las condiciones de abandono y corrupción que se daba en la administración del istmo, bajo la figura de Departamento de Colombia. Según Gurdián, un total de 2700 personas murieron a causa de la malaria y la fiebre amarilla. Los factores agravantes de estas muertes tienen un trasfondo de desigualdad económica y las malas condiciones de salud.

Panamá es un país cuya sociedad ha sido siempre víctima de piratas y de la corrupción. El país que crece en Latinoamérica, pero donde mueren ahogadas niñas indígenas, intentando ir a la escuela. Donde los jóvenes estudiantes y deportistas, promesas para el futuro, mueren trágicamente por “ingesta de plomo”, resultado de la violencia y la delincuencia.

Según Atkinson, “La magnitud de las diferencias tiene un efecto profundo en la naturaleza de nuestras sociedades. Tiene importancia el que algunas personas puedan comprar billetes para viajes aéreos, mientras que otras hacen colas en los bancos de alimentos. Una sociedad en la cual nadie pudiera pagar para viajar de manera privada en el espacio y en la cual todos pudieran comprar sus alimentos en las tiendas ordinarias sería una sociedad más cohesionada y tendría un mayor sentido de intereses compartidos”.

Pero si el Estado (Gobierno) favorece a los intereses de los poderosos, estará promoviendo la desigualdad en la sociedad. La función del Estado y de los estadistas es dar respuesta adecuada, en tiempo y lugar, a los ciudadanos a quienes se debe el Gobierno.

Jaén Suárez destaca que, luego de la invasión de Estados Unidos de diciembre de 1989, se eliminaron las fuerzas armadas panameñas y se favoreció la instauración en Panamá de regímenes populistas de derecha, dedicados cada vez más a la corrupción pública, como sucede en gran parte de la región latinoamericana, sometidos a una oligarquía local con limitado sentido del Estado nacional, dominada cada vez más por el capital internacional.

Por su parte, Joseph Stiglitz describe el descaro de los banqueros y su insensibilidad social, frente a los problemas que confrontan los más pobres y los que han perdido su empleo, así: “Si las familias pobres que lo están pasando mal suscitan nuestra empatía, las de arriba suscitan cada vez más nuestra indignación”.

En este contexto es importante destacar la relevancia que tiene la gobernanza, que es el proceso que proporciona dirección a la economía y a la sociedad. La gobernanza requiere instrumentos para identificar lo que la sociedad desea que se realice y, posteriormente, los medios para alcanzar las metas colectivas.

Como ejemplo de esto, es adecuado indicar que, frente a la pandemia de coronavirus que tiene una dimensión planetaria, las acciones con visión de Estado que estimamos deben retomarse son: la terminación de la Ciudad Hospitalaria sin concluir por la administración anterior. Es vital y de urgencia invertir los millones que se requieran para tenerla lista, y ponerla al servicio de la sociedad panameña, en esta crisis del COVID-19.

La actual crisis del COVID-19, es un contexto que nos ilustra también sobre la importancia de poseer una Seguridad Social con solidaridad intergeneracional, y un Sistema de Salud fortalecido, que retome el concepto de “Salud Igual para Todos”.

Las desigualdades serán más graves en el contexto del COVID-19, cuando afloren las diferencias entre familias en el acceso a alimentos, servicios de salud, agua, internet. En esta crisis inusitada, algunas empresas han dejado a los trabajadores sin ahorros en situación de desempleo e indefensión. Por ello, se hace urgente y necesaria la efectiva intervención del Estado en favor de las comunidades pobres y de los miles de personas del mercado informal que quedan en condición de vulnerabilidad y distanciamiento social. Proporcionarles los alimentos y enseres necesarios, que les brinden la fortaleza para resistir los embates de la pandemia global.

El fracaso de la privatización de la salud es manifiesto en la crisis que enfrenta el mundo. Por ello, las lecciones están dadas, nuestra Seguridad Social debe ser: Pública, Republicana y Solidaria La solidaridad de la Seguridad Social y del Sistema Público de Salud es un Valor Público. Una de las lecciones que nos enseña la Pandemia del COVID-19.

Referencias: Atkinson, Anthony. “Desigualdad: ¿qué podemos hacer?”. Fondo de Cultura Económica.

Gurdián, Reymundo G. “Epidemias, inmigración y muertes en Panamá durante la segunda mitad del siglo XIX. Cuadernos Nacionales. 22, 2013.

Jaén Suárez, Omar. “500 años de la cuenca del Pacífico”. Ediciones doce calles.

Stiglitz, Joseph. “El precio de la desigualdad. El 1 % de la población tiene lo que el 99 % necesita”. Editorial Debolsillo.

Economista
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