• 08/04/2024 00:00

Desafíos económicos del próximo presidente de Panamá

Una de las primeras y más significativas acciones que enfrentará el próximo gobierno será decidir el futuro de la minería [...]

En la encrucijada de su desarrollo económico y social, Panamá enfrenta una serie de desafíos significativos que demandan un liderazgo tanto visionario como pragmático. El próximo quinquenio será crucial, marcando un periodo decisivo no solo para superar las barreras económicas heredadas y aquellos exacerbados por dinámicas globales, sino también para cimentar las bases de un futuro sostenible y próspero para el país. La tarea que aguarda al próximo presidente de la República de Panamá no es menor, exigiendo un carácter fuerte y una disposición a enfrentar y navegar por la tormenta con determinación y sabiduría.

El Producto Interno Bruto de Panamá ha experimentado fluctuaciones, y el índice de desempleo ha generado inquietudes, situando al país en un punto comprometido de su historia económica. La disminución del apetito por Panamá, destaca la urgencia de adoptar políticas que restablezcan la confianza en el clima de inversión del país. Frente a esto, el próximo líder debe equilibrar el desarrollo y la inversión, manteniendo un compromiso firme con la justicia social y la sostenibilidad ambiental.

Una de las primeras y más significativas acciones que enfrentará el próximo gobierno será decidir el futuro de la minería en Panamá, representando un momento trascendental para el país. Este tema, junto con la urgente necesidad de reformar la Caja de Seguro Social y abordar la crisis del agua, son solo algunos ejemplos de las numerosas decisiones que requieren una política estatal que trascienda gobiernos y promueva el bienestar a largo plazo.

En este complejo contexto, la reciente degradación del grado de inversión de Panamá por parte de Fitch Ratings añade una capa adicional de desafío. Este cambio en la percepción de riesgo, impacta directamente la capacidad de Panamá para atraer inversión extranjera y local, aumentando potencialmente los costos de endeudamiento y afectando negativamente la economía. Ante esto, el próximo presidente debe implementar políticas económicas y fiscales prudentes que restauren la confianza de los mercados internacionales, enfatizando la importancia de la estabilidad jurídica y económica.

Mantener la confianza en el ambiente de inversión es vital, lo cual implica honrar los compromisos con las empresas que gestionan con el gobierno y asegurar que Panamá siga siendo visto como un destino sexy para los inversores. Este enfoque no solo es vital para el crecimiento económico y la generación de empleo, sino que también juega un papel determinante en el fortalecimiento de las instituciones financieras del país y en la promoción de una mayor transparencia y sostenibilidad fiscal.

La presidencia que se avecina en Panamá representa, por lo tanto, no solo un desafío significativo, sino también una oportunidad única para liderar con una visión renovada, comprometida con el desarrollo económico robusto y equitativo. El camino que elija el próximo líder influirá decisivamente en la recuperación económica y el crecimiento de Panamá, marcando un legado duradero en la historia económica del país.

La pérdida del grado de inversión subraya la urgencia de estas tareas, actuando como un recordatorio de que el camino hacia la recuperación económica y el crecimiento sostenible es arduo pero imperativo. El próximo presidente de Panamá tiene la oportunidad de demostrar que es posible superar estos desafíos con un compromiso inquebrantable hacia la transparencia, la sostenibilidad y la justicia social.

El autor es consultor y estratega comunicacional
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