Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 25/08/2023 00:00
Desafiante contexto geopolítico internacional
Las relaciones internacionales han cambiado vertiginosamente en los últimos años, con la amenaza de una escalada del conflicto ucraniano. Mientras, el eje de gravedad geopolítico se desplaza del Atlántico al Indo-Pacífico y al África, ante la presencia de China y Rusia en proyectos de desarrollo. Además de las crisis, climática, financiera y sanitaria, se suma la afectación de la cadena de suministro energético en un mundo interdependiente, en el que ningún país o grupo de naciones pueden, por sí solos, afrontar los grandes desafíos en la gobernanza global.
Un ejemplo fue la reciente Cumbre UE-Celac en Bruselas, donde 60 líderes de ambas regiones buscaban reforzar y modernizar la relación para estrechar la cooperación, tras ocho años de un vacío de entendimientos. Sin embargo, en el encuentro se percibieron visiones contrarias en la forma de entender el mercado, las relaciones internacionales, las reglas, el pasado y el futuro. La UE mira con preocupación el posicionamiento de China como principal socio comercial de muchos países en la región.
El futuro Acuerdo entre la UE y Mercosur está condicionado a la negociación del Instrumento Conjunto de Protección Medioambiental. Argentina y Brasil exigen que las restricciones medioambientales de Europa no sean excusas a las exportaciones del bloque regional, de allí que sea un imperativo pasar de las declaraciones retóricas a los hechos concretos que faciliten el intercambio sin trabas para viabilizar la cooperación operativa.
Es importante destacar que, por primera vez, se hace mención a la actividad extractivista de algunos países europeos en la América Latina, cuya región sólo es proveedora de materias primas sin posibilidades para desarrollar la producción manufacturera. Otro logro reivindicativo, consignado en la declaración final, es la mención de la justicia reparatoria de un pasado colonial, el cual hace referencia a la memoria histórica de la trata transatlántica de esclavos, hechos considerados crímenes de lesa humanidad. Además, se reiteró el cese del embargo a Cuba y la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas.
Como si fuera poco, a las consecuencias de la guerra de Ucrania, ahora se suma la inestabilidad en la región africana del Sagel, donde tuvo lugar un golpe de Estado en Níger. Estados Unidos y Europa condenaron y sancionaron con la suspensión de la ayuda humanitaria, mientras los líderes golpistas prohibieron la exportación de oro y uranio a Francia. Un ambiente conflictivo, si tomamos en cuenta la amenaza en ciernes de una invasión en marcha, escalada que involucraría a países africanos que resienten las sanciones económicas y la suspensión de asistencia humanitaria como una represalia neocolonial.
El reciente Foro Económico y Humanitario Rusia-África reunió, en San Petersburgo, a líderes de 49 países africanos, que renovaron el acuerdo del grano y la condonación de la deuda externa por 20 000 millones de dólares por parte de Rusia. Un escenario en el que resurgió la retórica antimperialista, anticolonialista y antieuropea.
Ante los efectos devastadores de la guerra en Ucrania urge acercar a las partes en la búsqueda de la paz, hasta ahora las iniciativas internacionales de Xi Jinping y de Lula Da Silva están sobre la mesa. Pero también se requiere invocar mecanismos que humanicen el conflicto, con el respeto a la población civil no combatiente, las instalaciones civiles como escuelas, hospitales y sanitarias, además de bienes culturales afectados por la artillería y la guerra de drones que ha causado estragos con muerte y destrucción.
El 12 de agosto se conmemoró el 74 aniversario de los Convenios de Ginebra en medio de un conflicto de gran intensidad, que no solo ha afectado a las partes involucradas, sino al resto del mundo, dos países productores de cereales y fertilizantes que han afectado al mercado alimentario.
Nuestra política exterior no renuncia a mantener presencia en cualquier convocatoria birregional, pues la prioridad está enfocada en liberar al país de listados discriminatorios del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que debe revalorar en su justa dimensión los esfuerzos institucionales consignados en las normativas internas, las cuales se ajustan a los estándares de transparencia financiera en el enfrentamiento al blanqueo de capitales.
Panamá reiteró en la Cumbre Celac-UE, la importancia de articular el diálogo político con agendas compartidas en políticas públicas inclusivas que estén inspiradas en el pleno respeto a los derechos económicos y sociales. Una cooperación comunitaria sin condicionamientos debe contemplar las asimetrías entre Europa y América Latina, un programa de inversiones con tecnologías que facilite el intercambio fluido y el fortalecimiento de los vínculos institucionales existentes.
La defensa de los valores medioambientales, es preocupación de todos los países amazónicos, que alertan sobre las consecuencias de la deforestación del primer pulmón del mundo (Bioma), donde habitan 50 millones de personas. Los cambios climáticos no tienen fronteras, pues se trata de un fenómeno que cobra facturas entre sequías e incendios. Europa como América Latina atraviesan intensas olas de calor, que no solo han elevado el consumo energético y escasez de agua, sino que también están afectando las actividades industriales, agrícolas y ganaderas.
Ante el desafiante contexto internacional, Panamá aprovechará la presidencia de España en el Consejo Europeo, no solo para reconsiderar su exclusión de listados discriminatorios, sino también de la acción solidaria internacional ante los irregulares desplazamientos migratorios, la minería ilegal, la deforestación y las actividades delincuenciales del tráfico de seres humanos y el narcotráfico.
En proporciones guardadas a la situación de la Amazonía, la preservación del pulmón ecológico del Darién no es un asunto exclusivo de Panamá con sus limitados recursos, sino es una corresponsabilidad regional aportar en soluciones a una crisis humanitaria que involucra a países de origen, de tránsito y destino. Un desafío de imprevisibles consecuencias, pendiente de soluciones solidarias.