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- 19/06/2023 00:00
Y a ti, ¿quién te cuida?
La mayoría de nosotros ante la pregunta “¿quién te cuida?”, pensamos inmediatamente en nuestra madre, o quizás en nuestras abuelas, otros piensan en la esposa, la novia, la nuera, la amiga o incluso la vecina. Pero ¿de qué cuidado hablamos? Aunque no existe una definición concluyente de cuidado, sí podemos hacer algunas precisiones. El cuidado entraña las acciones esenciales para asegurar la vida y la reproducción social, sin las cuales ninguna sociedad puede prosperar. Es esencialmente hecho por mujeres, la mayoría de las veces sin remuneración, y es escasamente reconocido social y económicamente.
Cuidado también incluye ayuda a niños o a personas dependientes -ancianos y discapacitados- para asegurar su desarrollo y bienestar; apoyando su alimentación, aseo y vestimenta y llevándolos a diferentes espacios. Generalmente el cuidado se efectúa dentro del hogar y las mujeres lo hacen por afecto o por obligación moral.
En cualquier caso, significa tiempo que las mujeres dedican al trabajo doméstico y de cuidado que no es pagado y que no se contabiliza en las Cuentas Nacionales de Panamá, lo que sí ocurre en otros países, tales como México, Costa Rica, Uruguay, Argentina y Colombia, entre otros; donde se lo mide para evidenciar la contribución de las mujeres al desarrollo del país y que, además, permite diseñar mejores políticas públicas.
La Dra. Karina Batthyány, directora ejecutiva de Clacso y catedrática e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República de Uruguay, dictó, el 3 de junio en la Biblioteca Simón Bolívar de la Universidad de Panamá, la Conferencia “Políticas del cuidado con perspectiva de género” y explicó que el cuidado abarca tres (3) dimensiones: la dimensión material -acciones-; la dimensión económica -el costo (dinero) o lo que dejamos de hacer cuando nos dedicamos al cuidado (tiempo)-; y la dimensión psicológica -las emociones, la efectividad, la relación entre quien cuida y quien es cuidado.
Las reflexiones de Batthyány posibilitaron comprender en qué consiste y cómo se manifiesta la Crisis de los Cuidados que, además, exacerba las desigualdades sociales, puesto que se basa en jerarquías de clase, raza, etnia y género y se inserta en la economía global y en tramas migratorias (Shellee Colen, 1986). Según Cepal, la crisis de los cuidados se manifiesta en la incapacidad social y política para asegurar cuidados a sus ciudadanos, sumada a los contratiempos y obstáculos que tiene la población para cuidarse, cuidar y ser cuidada. Consecuentemente, la intensidad con que los Estados se involucran en la resolución de los cuidados y el bienestar determina la profundidad de la crisis.
En Panamá, esta crisis se confirma en la sobrecarga de trabajo de las mujeres y en el acelerado envejecimiento de la población. Según Reyes (La desigualdad desde la economía de los cuidados en Panamá, 25/1/2020), los hallazgos de la Encuesta Cieps de ciudadanía y derechos (2019) ante la pregunta: “¿Quién se encarga la mayor parte del tiempo de los cuidados de niños, niñas, personas enfermas y personas mayores?”, demostraron que son las mujeres en un 70.6 % las que se ocupan de las tareas de cuidado, mientras que solo un 26.5 % de los hombres las ejecutan.
Sobre el envejecimiento de la población el Instituto de Estadística y Censo de Panamá indica que la esperanza de vida al nacer aumentó de 55 a 74.5 años, siendo más longevas las mujeres; lo que significa que las señoras estarán a cargo del cuidado de los varones hasta una avanzada edad.
En Panamá carecemos de un sistema integral de cuidados; este tipo de sistemas integrales logran conjugar los esfuerzos del conjunto de la sociedad -Estado, sector privado, sociedad civil y comunidades- para garantizar derechos a quienes reciben cuidados y a quienes los ofrecen.
El cuidado es un derecho. Todos tenemos el derecho a ser cuidados, a recibir cuidados -particularmente al inicio y al final de la vida-, cuando estamos enfermos o porque se tiene una discapacidad física o psicológica temporal o permanente. Asimismo, tenemos derecho a ofrecer cuidados cuando haya la disposición y voluntad de hacerlo. Actualmente, casi de forma automática, se les atribuye esa responsabilidad a las mujeres las 24 horas del día y los 365 días del año, debido a la vigente división social del trabajo.
En Panamá el tema del Cuidado ha empezado a discutirse en la Academia; y aunque, desde el año 2022, el Ministerio de Desarrollo Social y otras instituciones intentan conformar un Sistema Nacional de Cuidados, es necesario ampliar la dimensión política del debate para resolver esta crisis.
Es prioritario acordar una definición del término “cuidados” para esclarecer las responsabilidades colectivas y del Estado. Ello permitiría resolver el problema de la desigual inserción de las mujeres en el mercado de trabajo y avanzar en el diseño de políticas públicas para regular a quienes reciben cuidados y a quienes los brindan. Asimismo, dejaría claro que la reproducción y el bienestar sociales son responsabilidad del Estado y de la colectividad, deteniendo su transferencia al ámbito doméstico e individual.