• 15/05/2020 00:00

El valor del conocimiento en tiempos de crisis

Ningún país estaba preparado para esta emergencia internacional, pero miles de profesionales en todo el mundo llevan una vida dedicada al estudio y a la investigación científica para afrontar situaciones complejas como la que ahora vivimos.

Ningún país estaba preparado para esta emergencia internacional, pero miles de profesionales en todo el mundo llevan una vida dedicada al estudio y a la investigación científica para afrontar situaciones complejas como la que ahora vivimos.

Sin duda, la sorpresiva coyuntura ha puesto en gran valor el conocimiento irrefutable que se cultiva a partir del estudio y la experiencia probada en determinados terrenos, como la que ha demostrado el equipo del Ministerio de Salud (Minsa), al frente de esta emergencia sanitaria, que ha sido capaz de establecer la estrategia con la que ponernos a salvo en nuestras casas.

Hace más de cuarenta días, la ministra de Salud, Rosario Turner Montenegro, encabeza el equipo que establece las mejores medidas para proteger a todos los panameños de una amenaza hasta ahora desconocida y la rueda de prensa en la que todos los días rinde informe al país, concentra la atención de todos los panameños, que escuchan confiados sus directrices, sustentadas en el conocimiento profundo del sector salud pública y de la medicina. Junto a ella están la ministra consejera en Salud Pública, Eyra Ruíz, médico ginecóloga-obstetra e investigadora del Instituto Gorgas; el viceministro, Luis Sucre, médico salubrista; Lourdes Moreno, epidemióloga; Nadja Irina Porcell, médico especialista en Salud Pública; Gerardo Alfaro, representante de la OMS/ OPS; Xavier Sáez Llorens, infectólogo del Hospital del Niño; Jorge Luis Prosperi, salubrista; Juan Miguel Pascale, director del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud; José Manuel Terán, exministro de Salud, especialista en Medicina General con enfoque en Adultos; Reynaldo Chandler, neumólogo; Mgtra. Eusebia de Copete, jefa nacional de Enfermería; Ing. Daniel Silvera, experto en logística; Julio Sandoval, especialista en medicina intensiva; y, Javier Nieto, infectólogo.

La ministra Rosario Turner, con 30 años de experiencia profesional y académica como docente universitaria, enfrenta la pandemia y aporta la tranquilidad necesaria, avalada por el equipo de especialistas del que se ha sabido acompañar en el manejo de la nueva enfermedad.

La gente confía en Turner y su equipo, así lo demuestra la reciente encuesta “Impacto del Coronavirus sobre la Conducta y la Opinión Pública”, realizada por el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales AIP-Panamá, que señala que el Ministerio de Salud es en la actualidad la institución con mayor credibilidad entre los panameños, con un 79.5 %, seguido por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (76.4 %), los medios de comunicación (74.6 %), la Caja de Seguro Social (73.7 %) y el Gobierno nacional (71.9 %).

Los datos indican que la sociedad se ha reconectado con las instituciones y ha descubierto la importancia de la inversión en la investigación científica y agradece la información oficial, veraz y útil, a través de los medios tradicionales que se han llenado como nunca de voces de especialistas en materia de salud, laboral, económica y social.

Y es que en una crisis de esta magnitud no hay espacio para improvisaciones. La sociedad del siglo XXI exige datos comprobados y transparencia. Elementos necesarios para construir y sostener la credibilidad.

La voz de la ministra Turner, el equipo salud y los científicos del Instituto Conmemorativo Gorgas, sus conocimientos comprobados y su tesón ante una situación inédita, han sido fundamentales para que la población entienda la situación sanitaria y se encuentre a salvo. Atrás han quedado las opiniones vacías y sin sentido.

Los opinólogos no tienen audiencia en estos tiempos difíciles, o los monólogos de las redes sociales que no sirven para nada ni antes y menos ahora.

La opinión pública panameña ha estado influenciada demasiado tiempo por “expertos en decir lo primero que se le viene a la cabeza”. La popularidad no se puede confundir con el conocimiento.

Los que hemos pasado por una redacción de prensa entendemos la práctica fácil (a veces desesperada) de acudir a la fuente fácil y complaciente que igual opina de salud, política, economía y diez temas más.

La sociedad panameña también espera que el periodismo informado y bien contextualizado tenga un rol protagónico en el nuevo mundo que nos va a tocar construir.

La pandemia nos dejará mil lecciones individuales y sociales, pero es justo decir que después de superado el encierro, abrazar a nuestros afectos y de intentar regresar a nuestra rutina habitual, debemos seguir apostando por el conocimiento y la información confirmada, la que nos brindará elementos para realizar nuestras tareas diarias, que nos sirva para tomar decisiones encaminadas al acierto y a la solución de los problemas en comunidad.

No creer todo lo que dice quien más seguidores o “likes” tiene o habla más bonito, garantizará la construcción de una sociedad más consciente, justa y menos desigual.

Compartir la opinión de los personajes superficiales es también un mal virus. Es válido hacer el ejercicio y preguntarse: ¿esto que dice me sirve para tomar decisiones acertadas?, ¿tiene esta persona trayectoria para sus recomendaciones? Si la respuesta es “no”, descártenlo.

Datos, información, reflexión. Esa es la gimnasia mental que debemos empezar a practicar para enfrentar “la nueva normalidad”.

Los panameños nos merecemos más, pero para tener más, debemos tomar buenas decisiones individuales y colectivas y para llegar a esa instancia, hay que comenzar por algo sencillo: escuchar a los que realmente saben.

Apostemos mejor por el conocimiento para construir la sociedad más solidaria que todas y todos necesitamos.

Periodista, parte del equipo de prensa del Gobierno nacional.
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