• 02/01/2025 00:00

¿Cómo proceder con el proyecto 163?

... el siguiente paso es decidir cómo se debe proceder para culminar su tramitación con la antelación suficiente y que las reformas de la seguridad social puedan regir a partir [...] del 1 de marzo de 2025.

Tomada la decisión por la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de no someterse a la imposición de plazos y, como era lo procedente y conveniente, de posponer para el mes de enero el inicio de la discusión en primer debate del proyecto de Ley 163, el siguiente paso es decidir cómo se debe proceder para culminar su tramitación con la antelación suficiente y que las reformas de la seguridad social puedan regir a partir de la fecha prevista en el propio proyecto, del 1 de marzo de 2025.

La presentación formal del proyecto por el órgano Ejecutivo, fue un necesario punto de partida, pero sus contenidos, por no estar fundamentados en previos y necesarios consensos, automáticamente produjeron las contundentes reacciones en contra que, abrumadoramente, se manifestaron durante las consultas, por casi todas las organizaciones y los ciudadanos y ciudadanas que respondieron a la convocatoria de la Comisión.

Evidente, también, medido por sus efectos contraproducentes, fue el error de los proponentes que no supieron reaccionar, con sentido práctico, frente a ese cúmulo de rechazos y, en lugar de asumir el talante contemporizador que les aconsejaban las circunstancias, inapropiadamente, optaron por tratar de forzar la aprobación del proyecto en el plazo de las sesiones extraordinarias, valiéndose de argumentos deleznables, a los que agregaron las amenazas de la reducción o la suspensión del pago de las pensiones, a partir de fechas tan inmediatas como el mes de enero de 2025.

Si como se dispone en el proyecto 163, su entrada en vigor está fijada para el 1 de marzo de 2025, nada justificaba que se tratara de forzar su aprobación, “contra viento y marea”, antes del 31 de diciembre de 2024. Pero, además, si el proyecto 163, expresamente se dispone que el Estado aportará, a partir del año 2025, las sumas previstas en el artículo 101 del proyecto, para asegurar el pago ininterrumpido de las pensiones, ¿a qué, si no a una táctica con ribetes de chantaje, puede atribuirse la fantochada de amenazar con reducirlas, a partir de enero?

No una, sino varias veces, a los proponentes del proyecto se les advirtió que, para crear el clima adecuado para su discusión sosegada, incluyeran en el Presupuesto para el año 2025, el aporte del Estado a Fondo de Pensiones. Pero, al no atender esa sana recomendación, quedo en claro que su propósito era, mediante esa deliberada omisión, reservarse “esa carta de presión”.

Y que eso es así lo comprueban las turbias e incomprensibles respuestas del flamante ministro de Economía que, hace solo un par de días, al ser preguntado específicamente sobre el tema respondió que no lo había hecho “porque ignoraba en qué terminaría el debate sobre las reformas por ellos propuestas a la ley orgánica de la Caja de Seguro Social.”

Para un buen entendedor, pocas palabras bastan. Para el señor Chapman, actuando como vocero del gobierno, la inclusión o no inclusión de la partida siempre fue su carta escondida en la manga, para presionar que les aprobaran el proyecto 163, tal y como ellos lo habían propuesto.

Después de haber sido testigos de lo que llevamos visto y oído desde que el proyecto 163 fue presentado oficialmente a la Asamblea Legislativa, dos realidades terminarán por imponerse: 1) Que al gobierno no le quedará otra alternativa que aceptar las modificaciones que, producto de la voluntad mayoritaria del pueblo y, con sentido realista, es necesario hacerle al proyecto 163 y 2) Que el gobierno, si quiere alejar confrontaciones innecesarias, como primera y urgente medida, tendrá que hacer la correspondiente reforma, para incluir en el Presupuesto 2025, el prometido aporte del Estado al Fondo Pensiones.

¿Por qué el gobierno no previó que su distorsionada estrategia estaba encaminada al fracaso? Objetivamente, resulta incomprensible. Errar es de humanos y corregir también. Pero se habrá asimilado la lección hasta un grado suficiente como hacerlo. En las manos del gobierno está demostrarlo, pero salidas como las del ministro responsable del Presupuesto no son un indicio positivo.

En un artículo anterior, específicamente, recomendábamos que desde la Presidencia parta una instrucción para que sus voceros que han demostrado mayor incapacidad para “acomodarse a las nuevas realidades” practiquen “un silencio táctico” y, por tanto, se abstengan de seguir haciendo comentarios contraproducentes.

Este artículo verá la luz pública antes de que el presidente se dirija a la Nación en el acto de apertura del período ordinario de sesiones. Esa puede ser la ocasión para ambientar el nuevo clima de sosegada positividad que requiere la nueva etapa del proceso para cerrar exitosamente la tarea de “salvar la Caja de Seguro Social.” ¡Confiemos en que así será!

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones