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- 06/01/2022 00:00
Los combustibles fósiles y el cambio climático
Considerando los avances tecnológicos y el bienestar humano, que se ha producido como resultado del uso de combustibles fósiles para la producción de energía, la población mundial ha crecido a una tasa exponencial desde 2500 millones en 1950 hasta 7600 millones a la fecha, triplicando la población y desafiando la tasa de productividad de la producción y del consumo de los relativamente escasos recursos existentes en nuestro planeta.
Situaciones que podrían disminuir la velocidad a la cual debe moverse la estrategia de una economía baja en carbono para lograr cero emisiones de C02eq y de metano (30 % del total de emisiones de metano y 70 % de otros gases de invernadero) para el año 2050 en adelante, serían:
-. La crisis financiera de 2008; la reciente guerra comercial declarada entre EUA, China y otros países; poderosos “lobbies” de los intereses del carbón mineral en continentes como África que ahora resurgen con el aumentos de los precios del petróleo; el Gobierno de EUA se rehusó a reconocer el Tratado de París de 2015, últimamente reconocido por el actual presidente; China, con la mayor inversión en plantas de energía a base de carbón mineral; a la Unión Europea se la dificulta depender del gas natural ruso, motivo por el cual la UE tiende a resolver su problema energético con el uso de plantas de fusión nuclear y de carbón mineral.
-. El secuestro de C02eq bajo tierra dobla el costo de la generación de energía eléctrica a base de carbón mineral (Noruega); el método del ciclo combinado integrado de carbón mineral (gasificación) permite el secuestro de carbono a un alto precio; las plantas de energía por fisión nuclear no son popularmente aceptadas por la población, debido a accidentes nucleares, tales como el de Fukushima en Japón y el alto costo del manejo de los residuos radioactivos, alta inversión inicial y ganancias a muy largo plazo.
De acuerdo con especialistas, se requeriría ahorrar gran cantidad de emisiones contaminantes por año, ya calculadas (40 GIGATONELADAS) hacia 2050, para evitar la amenaza del cambio climático y sus consecuencias negativas, tales como inundaciones, mayor frecuencia de huracanes, olas de calor que han matado hasta 40 000 personas en 2003 en Europa, incendios forestales en California, sequías severas en la zona subsahariana de África, que obliga a la gente a migrar hacia la Unión Europea, principalmente, y en donde se crean otros conflictos políticos de rechazo y situaciones tales como la grave y reciente sequía en países como Honduras, en donde se han visto afectadas 170 000 personas.
Parece muy difícil contestar con certeza la pregunta de cómo atender con éxito un cambio pacífico, sincrónico y entendible con la estrategia de una economía baja en carbono en la situación de un mundo complejo y resistente a los cambios. Sin embargo, la fuerza de los efectos negativos del cambio climático, se espera que obligue a todos los países a remar en la dirección correcta; es decir, hacia una sustitución de los combustibles fósiles, incluyendo el carbón mineral, por tecnologías renovables (solar, vientos, mareas, hidráulica, biomasa, recursos geotérmicos) y ahorro en el consumo energético.
En Panamá, la construcción de ferrocarriles Chiriquí vía Panamá y Bayano o Darién vía Panamá por fases, podrían resolver muchos problemas de logística abaratando el suministro de insumos a la producción agropecuaria, así como también el consumo de productos nacionales en beneficio de los agricultores y consumidores de nuestro país.
Finalmente, no es en modo alguno descartable el desarrollo de nuestra costa caribeña con este tipo de transporte para desplazamientos ecoturísticos, y solo como ejemplo, en una primera fase, desde la ciudad de Colón y hasta donde sea técnicamente posible, cerca del río Coclé del Norte.