• 24/10/2012 02:00

Colón, la ciudad acosada

El acoso, en cualquiera de sus formas, es un acto de fuerza, una violación en cámara lenta de los derechos humanos y de la integración p...

El acoso, en cualquiera de sus formas, es un acto de fuerza, una violación en cámara lenta de los derechos humanos y de la integración psíquica, de cualquier persona o grupo de personas. Acosos hay de todo tipo: laboral, sexual, escolar, verbal, psicológico, cibernético y otros, como el acoso colectivo.

Tomemos de ejemplo a la provincia de Colón, con una población que se deteriora social y económicamente por la inestabilidad política y por promesas no cumplidas. Colón ha sido por décadas la ciudad olvidada, abandonada, marginada y, acosada; donde el miedo se hace latente como una amenaza sin resolverse y la angustia del día a día provoca un estrés continuo y una asfixia emocional, perjudicando severamente a toda una población, a la par de acortar su tiempo de vida.

Durante los años treinta, cuarenta, y aún en los cincuenta, el movimiento económico de Colón era de singular prosperidad, debido, en gran parte, al sector agrícola y comercial. La economía reflejaba para ese entonces una importancia, mayormente en el aporte al fisco nacional. La apertura de la Zona Libre vino a beneficiar aún más la bonanza económica, razón por la cual se le denominó ‘Costa de Oro’.

Pero, en cosa de segundos —y para consternación de los colonenses— la ciudad empezó a extenuarse, precisamente por gobernantes que le dieron toda la importancia a ese sector comercial, convirtiéndola en una ciudad dentro de otra ciudad. Desde aquella época ya se decía que de cada diez de sus empleados, tan solo dos podrían ser colonenses. Hoy día no sé cuántos de sus originarios trabajan en ese lugar, lo que sí sé, es que, el nivel de desempleo en Colón, en comparación con las otras provincias, siempre ha sido el más alto.

Ahora la ciudad enfrenta otro conflicto y es la venta de los terrenos que ocupa este imperio a perpetuidad y, que en sus alrededores solo existen divisiones sociales, los colonenses se han opuesto rotundamente. ¿Por qué? Porque se les quita algo que les pertenece y aunque la venta sea del todo buena para el beneficio de sus habitantes, en tal caso, el pueblo colonense debería aprobarla por medio quizás, no sé, de un referéndum constitucional.

No hubo una explicación detallada con argumentos sólidos y, ahora se complica más la cosa, porque, aunque no se quiera, se suman al rechazo los detractores del gobierno, gremios, sindicatos, con paros y protestas. Los enfrentamientos entre la PN y ciudadanos, el vandalismo, etc. Es lamentable y la muerte de un niño, es aún, más triste. Y el tira y jala seguirá hasta quién sabe cuándo. Cordura, sensatez, razonamiento y poder de convencimiento, fue lo que faltó en la aprobación de la Ley 72 de 2012 en la Asamblea Nacional.

¿No habrá otra manera de hacer que la ciudad prospere? ¿La ZLC fue concebida como un negocio de bienes raíces o de importaciones y exportaciones? ¿Ventajas o desventajas por esta situación? No lo sé. Lo que sí sé, es que, la parte que dice estar afectada y el gobierno deben llegar a un consenso por el bien de todos.

No se puede negar que el gobierno actual está realizando obras en beneficio de la provincia, no obstante, aún hay mucho que hacer, sobre todo, en educación. No estoy en desacuerdo con el progreso económico de Colón, siempre y cuando ese progreso económico tenga en consideración el desarrollo integral de los que habitan esa provincia. En mi opinión, el rotundo NO a las ventas de las tierras, es porque el colonense se hastió de tanto acoso, de tanto abuso, de tanto saqueo. ¿De quiénes? Precisamente de corruptos ladrones de las esperanzas de un pueblo.

Colón, como toda ciudad tiene gente muy buena, y en una ciudad donde existan bolsones de pobreza, habrá gente muy mala. Y, ¿por qué la gente mala? Y, ¿quién hace a la gente pobre más pobre? El maleante, el criminal, el vago, el perezoso, tiene su razón de ser. Y, ¿quiénes los fabrican? Precisamente los que miran hacia el otro lado, los que maquinan males en detrimento de los anhelos de un pueblo. A Colón se le ha idiotizado por años con promesas que jamás se les cumplieron y muchos se han enriquecido con el dolor de un pueblo y allí ves el resultado, los acontecimientos de estos días producto de malestares acumulados.

Esta pequeña ciudad, rodeada en parte por el Mar Caribe, cuenta con 16 amplias y bien trazadas calles, con residencias y edificios antiguos e imponentes, que en su momento realzaron su singular belleza y notable limpieza. Una de sus riquezas lo constituyó sin lugar a dudas su variedad cultural y étnica. Esta inquietante, querida y acogedora ciudad, gozaba de gran popularidad y prestigio entre propios y extraños.

Hace un tiempo, el Arq. George Kourany, presentó una propuesta con el nombre ‘Plan de Desarrollo Metropolitano de Colón y sus Periferias’, del que me parece se debe tomar nota por lo interesante que es y que de seguro podría resolver muchos de los problemas de nuestra provincia.

En la actualidad, la asfixiante y preocupante situación socioeconómica de nuestra provincia, no es factor determinante para zambullirnos en la desesperanza. Colón es el orgullo de grandes logros y valores. Estoy segura de que esta provincia y con la ayuda de todos volverá a sentirse como la verdadera Costa de Oro.

ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA.

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