• 29/01/2012 01:00

Ahora todos somos cholos

‘ Cuando las palabras pierden su significado habitual’ —afirma el historiador Tucídides—, cuando se distorsionan para obligarlas a decir...

‘ Cuando las palabras pierden su significado habitual’ —afirma el historiador Tucídides—, cuando se distorsionan para obligarlas a decir lo que interesa a cada uno de los contendientes en el espacio público, desaparece ya el fundamento sobre el que construir un mundo común conocido y sustentar la convivencia.

Estas palabras sabias y profundas de Tucídides que plantean dos realidades, nos dan pie para enfocar un tema interesante respecto al término de cholo en Panamá. Si bien es cierto, no desde la perspectiva integral de este gran pensamiento, sí desde una más sectorial: ‘cuando las palabras pierden su significado habitual’.

Con mucha sorpresa me he dado cuenta que entre los jóvenes, y no tan jóvenes panameños, existe la modalidad de llamarse Cholo como signo de confianza, y a veces casi como un apodo.

‘Ey Cholo’, ‘gracias Cholo’, ‘qué sopá Cholo’, ‘nos pillamos Cholo’ (que significa nos vemos por ahí), son frases cotidianas que reflejan que la palabra ya está perdiendo su significado habitual, al decir de Tucídides.

El vocablo ‘cholo’ proviene, según algunos historiadores, de un vocablo del mochica, lengua originaria de la costa Noroeste del Perú: cholu significa ‘muchacho, joven’. Cholo, también es un término, normalmente peyorativo, usado en algunos países de América Latina, y que generalmente indica el gentilicio de la población de sangre mixta o india, o también de rasgos indígenas de América. Si nos basamos en referencias históricas y comparándolo con el uso moderno, se concluye que el uso del término cholo estuvo restringido a rótulos raciales.

En el Perú, donde se dice habita la mayor cantidad de cholos el término ‘cholo’ se está convirtiendo progresivamente en un elemento unificador. Según varios especialistas, el concepto ha evolucionado y adquirido un carácter de gentilicio para la vasta mayoría de habitantes del país suramericano, que se identifican a sí mismos sin complejos, como ‘cholos’.

Es interesante saber que en ciertas localidades o contextos, la palabra cholo puede tener connotación psicológica o de carácter individual; sin embargo, su uso más comúnmente tiene una connotación sociológica, esto es, refleja conductas de grupo, las que a su vez, expresan idiosincrasia o estados de espíritu colectivo, más que roles o patrones individuales dentro de la estructura social.

En algunos países el término ha cambiado radicalmente, tal es el caso de los Estados Unidos, donde la palabra lleva una connotación negativa y se usa para denominar a una persona, típicamente joven, asociada con pandillas y portadora de ciertos atuendos, como pantalones muy sueltos, una camiseta blanca bajo una camisa muy bien planchada con sólo el botón del cuello abrochado, tenis o zapatos. Una imagen, aunque distinta y por lo mismo mal vista por la mayoría de la gente, muy pulcra.

Pero lo más atípico del caso es que hasta a los que pertenecemos a la etnia negra, nos dicen Cholo. Mi hermano quedó tan sorprendido cuando un comerciante, lo saludó diciéndole ‘muchas gracias cholo’; sorprendido miró hacia todos lados para ver a quién se dirigía y como era a él le contestó: ‘tengo de negro y quizás hasta de chombo, pero de cholo tendría que nacer de nuevo’ y sonriendo se despidió.

DOCENTE UNIVERSITARIA.

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