• 30/09/2024 00:00

Capacidad de resolución de los servicios públicos de salud

Pero... ¿cómo fortalecer la capacidad de resolución de los servicios de salud, para que la población sienta que es bien atendida por cualquiera de las dos instituciones?

Ahora que las nuevas autoridades del sistema público de salud coinciden en señalar la necesidad de unificar los servicios de salud de la CSS y el Minsa, es obligatorio redoblemos el esfuerzo por fortalecer la capacidad de resolución de los servicios de salud para abordar y solucionar de manera efectiva los problemas de salud de la población. Pero antes de entrar en materia es preciso subrayar que es preferible que hablemos de integración en lugar de unificación, pues la unificación implica una fusión completa, mientras que la integración busca la coordinación y conexión de diferentes partes o componentes de un sistema para que funcionen juntos de manera armoniosa y eficiente. Es una alternativa más realista y efectiva.

En todo caso, no puede haber unificación, integración, o coordinación efectiva si los servicios de salud de ambas instituciones no tienen la capacidad de resolución necesaria para que las personas reciban un continuo servicio de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, gestión de enfermedades, rehabilitación y cuidados paliativos, a través de los diferentes niveles y sitios de atención del sistema de salud, y de acuerdo con sus necesidades a lo largo del curso de vida.

Pero... ¿cómo fortalecer la capacidad de resolución de los servicios de salud, para que la población sienta que es bien atendida por cualquiera de las dos instituciones? Veamos algunas estrategias necesarias, las cuales espero sean tomadas en consideración por nuestras autoridades; desarrollando un enfoque multifacético, que permita llevar a cabo simultáneamente todas las estrategias para poder alcanzar la Cobertura Universal de Salud. Para comenzar, estamos obligados a invertir en el personal de salud, pues son ellos y ellas -el equipo de salud- los responsables por la atención integral y efectiva de las personas que acuden a los establecimientos en busca de una solución a sus problemas de salud.

En ese sentido, hay por lo menos tres procesos obligatorios: formación continua, que implica proporcionar oportunidades de capacitación y actualización en las últimas técnicas de diagnóstico y tratamiento, así como en habilidades de comunicación y resolución de problemas; desarrollo de competencias y habilidades específicas en áreas clave como atención primaria, salud mental, enfermedades crónicas y emergencias; motivación y reconocimiento, creando un ambiente de trabajo positivo que valore y reconozca el esfuerzo del personal de salud, promoviendo la satisfacción laboral y la retención de talento. No menos importante es optimizar los recursos disponibles, lo cual implica: la planificación estratégica para realizar un análisis exhaustivo de las necesidades de salud de la población y asignar los recursos de manera eficiente, priorizando las áreas de mayor impacto; la inversión transparente en la infraestructura necesaria, garantizando el acceso a equipos médicos, medicamentos e insumos necesarios, y; la adopción de tecnología para implementar sistemas de información y herramientas digitales que faciliten la gestión de pacientes, la toma de decisiones clínicas y la coordinación entre niveles de atención. Directamente relacionada con las dos estrategias previas, está la coordinación efectiva entre niveles del sistema de salud (atención primaria, especializada, hospitalaria, etc.), garantizando que los pacientes reciban la atención adecuada en el momento y lugar correctos.

La coordinación efectiva en salud requiere un enfoque integral que abarque múltiples procesos: un sistema de referencia y contrarreferencia eficiente, respaldado por protocolos y guías clínicas, garantiza que los pacientes reciban la atención adecuada en el nivel correcto; la implementación de plataformas digitales seguras para el intercambio de información clínica es fundamental para facilitar la toma de decisiones y el seguimiento de los pacientes, asegurando la continuidad de la atención y evitando duplicaciones innecesarias de pruebas y tratamientos, y; fomentar el trabajo en equipo multidisciplinario y la comunicación efectiva entre profesionales de la salud de diferentes niveles, promoviendo un enfoque colaborativo y centrado en el paciente, mejorando la calidad de la atención y los resultados en salud.

Será igualmente necesario mejorar la organización y gestión de las redes de servicios de salud. Será esencial establecer una gobernanza clara y un liderazgo participativo, organizar la atención de manera integral y centrada en el paciente, adoptando tecnologías de la información y comunicación. Se debe priorizar la atención primaria, abordar las inequidades en salud y fomentar la colaboración intersectorial. La evaluación continua de los resultados y la promoción de la investigación será clave para lograr un sistema de salud más equitativo, eficiente y de calidad.

Finalmente, pero no por eso menos importante, está la promoción de la participación ciudadana para lograr un sistema de salud más equitativo y eficiente en Panamá. Esto implica involucrar activamente a la comunidad en la toma de decisiones, planificación y evaluación de los servicios de salud. Contribuye a mejorar la calidad de la atención, aumentar la satisfacción de los usuarios y promover la sostenibilidad del sistema de salud en Panamá. Será fundamental promover la educación en salud, empoderar a los ciudadanos para que se conviertan en agentes de cambio, y establecer mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. También es importante fomentar la creación de consejos de salud comunitarios y fortalecer la contraloría social para garantizar que los servicios respondan a las necesidades de la población

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